BIENESTAR

Seis pasos para mantener la calma en tiempos difíciles o momentos de tensión

Respirar hondo y prestar atención en las señales de tensión enviadas por nuestro cuerpo, son algunos de los consejos que mantendrán tranquilo frente a situaciones adversas.

Cada vez son más las personas que buscan tranquilidad en la meditación

Un mal día no significa una mala vida. Muchas veces, las adversidades desmotivan y las emociones negativas, poco a poco se apoderan de nosotros. Aunque sientas que todo está yendo mal a tu alrededor, tené cuenta que en algún momento todo mejorará, aunque tome tiempo.

Las relaciones que mantenemos con nuestros amigos o familiares, así como las situaciones sociales y económicas, pueden afectarnos en gran medida cuando existe un desequilibrio. Pero la única persona que puede controlar cómo la situación nos afecta, somos nosotros mismos.

Por eso, en la medida de lo posible es que, a pesar de las adversidades, nos mantengamos tranquilos. Hoy compartimos algunos consejos que te ayudarán a mantener la calma en esos momentos que sentís que todo va mal:

Identificá las señales de tensión en tu cuerpo

Escuchá a tu cuerpo. Durante situaciones complicadas es posible que experimentes diversas reacciones. Puede que tus músculos estén más tensos, que tu respiración o corazón se acelere o, incluso podés sentir cómo sube tu temperatura corporal.

Tiempo para responder

Cuando identifiques algún tipo de reacción en tu cuerpo, tomate tiempo para dar una respuesta o una solución. A medida que pasen los minutos, las horas, los días, será mucho más fácil pensar objetivamente y encontrar la mejor manera de resolver la situación.

Respirá hondo

El control de la respiración es indispensable para mantener la calma. Concentrate en la respiración e intentá que sea más profunda y más calmada. Hacé una inspiración profunda, aguantá el aire unos 5 segundos y expúlsalo lentamente. Repetí esto tantas veces como sea necesario y verás cómo las señales de tensión de tu cuerpo reducen.

Concentrate en otra cosa

Ante las situaciones complicadas, muchas veces no podemos parar de pensar continuamente en ellas. Intentamos evitarlo, pero intentar no pensar en algo es pensar en ello. Concentrate en otra cosa. Visualizá un paisaje en tu mente, escuchá música, mirá por la ventana, lo clave es distraerse.

Jugá

Un solitario de cartas (real o virtual) o un videojuego que te permita tener la mente en blanco. Da igual el juego, pero jugá. Jugar nos conecta con nuestra infancia y nos relaja porque es un momento en el que nos dedicamos a nuestro disfrute y nos olvidamos de lo que sucede a nuestro alrededor, al menos, durante un rato.

Utilizá el sentido del humor

El sentido del humor es básico para llevar una vida plena, feliz y divertida. Pero en las situaciones complicadas todavía más. Intentar sacarle el punto humorístico puede hacer que se relajen las tensiones. No es fácil, pero puede conseguirse.

Cuando el mal rato que estás atravesando haya pasado, no olvides reflexionar sobre lo aprendido. Mantener la calma exige mucho autoconocimiento y gran autocontrol, cada situación complicada que te toca vivir, deja un aprendizaje. 

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