Lacalle Pou cree que el caso Astesiano no impacta en el gobierno

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Fue un Consejo de Ministros con una finalidad clara: la idea era hacer un balance del año, centrado en los logros de la gestión del gobierno del presidente Luis Lacalle Pou.

Por eso allí dentro, en el piso 11 de la Torre Ejecutiva, con todo el gabinete presente, se abordó una lista con más de 20 puntos (ver recuadro) que buscaron resumir las metas cumplidas, e incluso hubo un espacio para que cada ministro resumiera los objetivos alcanzados durante este 2022.

Sin embargo, y como más de uno en el Poder Ejecutivo esperaba, el presidente dio un mensaje final en el que se detuvo en uno de los casos más polémicos que debió enfrentar, no ya este año, sino en lo que va de su administración: la imputación -y todas las derivaciones que tuvo- del exjefe de la custodia presidencial, Alejandro Astesiano, a quien la Fiscalía lo investiga por participar de una banda criminal dedicada a falsificar partidas de nacimiento para otorgar pasaportes uruguayos a ciudadanos rusos, pero también por posible tráfico de influencias dadas las comprometedoras comunicaciones que el hombre ha tenido con jerarcas del Estado y la Policía.

Los chats que a diario son difundidos en la prensa, y la furibunda críticas que ha hecho al respecto el Frente Amplio -su presidente, Fernando Pereira, ha pedido la renuncia de al menos dos ministros- han afectado personalmente al mandatario, como repiten allegados a Lacalle Pou.

Sin embargo, a criterio del primer mandatario, todo el daño por este caso lo ha absorbido él como figura y persona y no así el gobierno, tal como lo transmitió ayer a los ministros. Fuentes del Poder Ejecutivo aseguraron además a El País que el presidente confía que el tema, y los cuestionamientos recibidos por la oposición, no durarán para siempre: que todo quedará saldado una vez que la Justicia se expida y esclarezca los hechos. “El gobierno sigue funcionando y yendo hacia adelante”, dijo un jerarca del gobierno.

Porque en definitiva, resumió otro integrante del gabinete, el caso Astesiano se generó por un “error que asumió él” -al haber confiado en un delincuente, con anotaciones policiales varias en su legajo, para encargarse de su seguridad y la de su familia- y que tuvo por consecuencia “que le pegaran básicamente a él”. “Es el blanco de los ataques”, agregó.

Hay otros temas, no obstante, que han generado cuestionamientos del Frente Amplio, como por ejemplo la política de seguridad llevada adelante por el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, que en las últimas horas convocó a una encuentro de todo el sistema político para aportar soluciones, pero al que la oposición no fue.

Sobre las críticas en este tema, el consenso en el gobierno es que la situación es mejor que cuando gobernaba la coalición de izquierda, según contaron participantes del encuentro.

Otros remarcaron que, más allá de lo logrado hasta el momento, un desafío que tiene el gabinete es “bajar a tierra” todos los ejes de gestión que quedan por delante.

Hay un mensaje con el que varios ministros se quedaron, y es que, independientemente de las afirmaciones de la oposición, el gobierno ha hecho un muy buen año, y que algunas de las metas cumplidas han sido “ocultadas” por la situación del excustodio.

Porque el año, en realidad, comenzó sonriente para el oficialismo, con la victoria en las urnas el 27 de marzo, cuando la sociedad uruguaya ratificó los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración que impugnaba la oposición.

Esto, de hecho, fue particularmente destacado por quien ofició de vocero tras el encuentro, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres.

“La ciudadanía ratificó de manera plebiscitaria a pesar de toda la enorme cantidad de mentiras e inexactitudes que hubo durante la campaña y tuvimos que soportar”, dijo Mieres en ese sentido.

El secretario de Estado, quien es uno de los más preocupados por los “límites” que a criterio del oficialismo ha atravesado la oposición en términos de convivencia democrática, celebró asimismo la “buena capacidad” que tiene el país para enfrentar la “enorme inflación que el mundo ha soportado”, además de haber logrado crecimiento económico por encima de la media mundial, y continuar mejorando la situación del empleo.

“El balance es altamente positivo, independientemente de que además estamos con un impulso muy fuerte en obras públicas viales y en vivienda. Además hay inversión privada en vivienda que nos asegura que el año que viene va a haber un incremento de los puestos de trabajo”, dijo el ministro.

Y respecto a los desafíos del año próximo, apuntó que el presidente Lacalle Pou definió al menos tres: incremento del empleo, recuperación del poder adquisitivo del salario y “seguir avanzando en la mejora de la situación de los más vulnerables”.

“Va a haber un esfuerzo grande para seguir avanzando en materia de empleo, estamos mejor que el último año previo a la pandemia, pero no nos quedamos en eso. Tenemos que recuperar el salario real”, señaló.

El presidente lo planteó de esta manera al final de la jornada, desde Carmelo: “(Los objetivos son) seguir apoyando a las personas que están en una situación más vulnerable, seguir generando fuentes de trabajo y obviamente (lograr) la recuperación salarial, o sea, la recuperación del poder adquisitivo”.