SALUD

La pandemia agravó más el impacto del cáncer y afectó en especial a las mujeres

Estudio realizado por la Americas Health Foundation arrojó resultados que preocupan tanto entre los médicos como entre los pacientes. Atraso en diagnósticos está entre las principales alarmas. 

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Las mujeres están entre las más afectadas, entre otras cosas por los retrasos de las mamografías.

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"Los resultados del estudio fueron contundentes en cuanto a que la pandemia afectó el espectro completo del cuidado del cáncer, desde la prevención pasando por el diagnóstico y el tratamiento hasta el seguimiento de la enfermedad”, remarcó la doctora Mariana Rico al referirse al estudio El impacto de la pandemia de covid-19 en la atención del cáncer en América Latina y el Caribe realizado por la Americas Health Foundation (AHF).

La especialista colombiana, de amplia experiencia en políticas de salud pública, destacó en diálogo con El País que el impacto se hizo sentir principalmente en tres niveles: mortalidad por cáncer, prestación de servicios de atención oncológica e impacto económico para el paciente y los sistemas de salud.

“En temas de mortalidad, tenemos que la gran mayoría de los médicos encuestados reportaron que están recibiendo casos de cáncer avanzado en sus consultorios por los retrasos de las consultas derivados de la pandemia”, señaló.

Eso conduce a que no se llegue al diagnóstico temprano, fundamental en el caso del cáncer, lo que se traduce en menos opciones de tratamiento y más riesgo de mortalidad.

“Los pacientes se están muriendo más porque están llegando con cánceres más avanzados porque no consultaron durante la pandemia, ya sea por miedo a la infección, por restricciones de movilidad o porque no había citas porque literalmente se cancelaron”, indicó Rico.

La falta o disminución de las consultas también tiene mucho que ver con la interrupción de los programas de prevención y tamizaje que, según la especialista, “es uno de los aspectos que más preocupa” en el ámbito sanitario.

Por ejemplo, en América Central el 97% de los médicos reportó una detención en estos programas mientras que en el Cono Sur (Argentina, Chile y Uruguay) la cifra fue del 86%.

Rico explicó que el hecho de que en el Cono Sur el número haya sido un tanto menor tuvo que ver con que países como “Chile y Uruguay tuvieron una respuesta más rápida y más controlada de la pandemia” que otros países como “Colombia o Brasil donde la pandemia no se manejó muy bien y el impacto fue catastrófico”.

Impacto económico de US$ 10.700 millones

El 96% de los médicos encuestados dijo que espera una sobrecarga de pacientes con cáncer después de la pandemia y la mayoría cree que los sistemas de salud no están preparados para manejar esta demanda en términos de asignación de presupuesto o de personal sanitario y disponibilidad de centros especializados.

Aproximadamente, 473 mil personas serán directamente afectadas por un cambio en la etapa clínica del cáncer, morirán por retraso de tratamiento o caerán en catástrofe financiera y empobrecimiento.

Las repercusiones económicas tendrán un impacto considerable en el cuidado del cáncer y su costo. La evaluación económica concluyó que el impacto económico en los próximos 10 años puede llegar hasta US$ 10.700 millones.

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Se consultó a pacientes y médicos

La encuesta de la Americas Health Foundation se realizó en 11 países de América Latina, región donde el cáncer es la segunda principal causa de muerte.

Problemas que no son nuevos.

“El estudio confirmó la hipótesis que ya teníamos; nosotros ya sospechábamos de todos estos impactos”, informó la doctora Rico al hacer referencia a una serie de problemas que para estos investigadores no son nuevos en la región, incluso de antes de la llegada del covid.

“La pandemia afectó y agravó los problemas que los sistemas de salud de Latinoamérica ya venían presentando hacía mucho tiempo”, recalcó la especialista.

Teniendo en cuenta esto, el estudio de la AHF pretende funcionar como un llamado a la acción para los gobiernos “porque si seguimos así, sin reconocer esta demanda retrasada que generó la pandemia, y seguimos manejando el control del cáncer como antes del covid-19, este tsunami de pacientes que no fueron atendidos regularmente en los servicios de salud y que ahora están generando estos desenlaces negativos va a seguir creciendo. Se va a volver una bola de nieve que no va a ser sostenible”, enfatizó.

Hasta el momento el estudio ha tenido una buena acogida en los distintos países, “sin embargo, no hemos tenido ningún acercamiento por ahora de los ministerios de salud”, se lamentó.

Quienes sí han respondido de buena forma han sido el Banco Mundial y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta última va a sacar sus propios datos para corroborar también estos resultados.

Rico detalló que, por el momento, no hay ningún estudio de seguimiento programado, pero que pasado un par de años a la AHF le gustaría realizar un análisis de cómo han respondido los gobiernos y cómo han evolucionado sus políticas de cáncer.

“De hecho, ya varios países como Chile, Colombia, Perú y Uruguay habían hecho ciertos avances para instaurar leyes de cáncer nacionales, pero quedaron en el tintero por la pandemia. Entonces esperamos que las retomen”, destacó en la charla con El País.

La especialista consideró que el mensaje final de este estudio es que el panorama de diagnóstico y tratamiento de los pacientes con cáncer en la región merece una mirada prioritaria.

Los resultados del estudio fueron terminantes en cuanto a las consecuencias sociales y económicas de haber disminuido los esfuerzos contra el cáncer y muestran la importancia de la continuidad inclusive durante las crisis.

“Tenemos que tomar las lecciones que hemos aprendido de esta pandemia para cualquier otra crisis, ya sea un conflicto armado, un desastre natural o lo que sea que no necesariamente va a venir en forma de pandemia, para de esa manera estar mejor preparados para darle continuidad a los sistemas de salud”, señaló.

Finalmente subrayó que ninguno de estos retos se puede afrontar con esfuerzos aislados.

“La pandemia nos mostró que la colaboración entre los sectores público y privado es clave y estos dos sectores tienen que articular sus esfuerzos para generar soluciones a través del trabajo conjunto donde gobiernos, academia, vías de salud y la industria trabajen juntos”, sentenció Rico.

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Afectó más a la mujer, sea como paciente o cuidadora

Un tema del que la doctora Mariana Rico considera que se ha hablado poco y es fundamental es el impacto desproporcionado que tuvo la pandemia sobre las mujeres en todo sentido: emocional, laboral, mental, físico y económico.

“Los hallazgos de este estudio evidencian el efecto en la salud de la mujer por varios factores”, señaló Rico.

Uno que es clave es la reducción de las mamografías en un 96% a nivel regional, siendo el cáncer de mama el más común en las mujeres de América Latina y el Caribe. “No estudiamos el cáncer cervical, pero podemos asumir que en este caso los métodos de tamizaje (PAP) también fueron afectados”, apuntó la especialista.

Por el lado económico, el cáncer de mama representa un costo de US$ 3.900 millones, aproximadamente el 50% del impacto económico total estimado ya que constituye más del 50% de todos los casos de cáncer y tiene una alta tasa de supervivencia, lo que hace que los pacientes pasen a una etapa clínica más costosa.

Rico agregó que la pandemia afectó no solo a las mujeres enfermas de cáncer, sino también a las mujeres en su rol de cuidadoras. “Muchas perdieron su empleo o lo tuvieron que dejar para dedicarse al cuidado de sus seres queridos a tiempo completo”, señaló. Además se las expuso a un riesgo mayor de contraer covid y a mayor tensión mental, física y financiera.

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Algunas de las acciones que se recomiendan

* Abogar por políticas públicas y programas de apoyo para los pacientes.

* Desarrollar estrategias específicas para estar mejor preparados para futuras crisis (no solo pandemias).

* Combatir la escasez y la mala distribución de recursos de salud en la región.
* Abordar la importancia de continuar con los programas de prevención y detección del cáncer.

* Implementar programas de comunicación y concientización.

* Evitar retrasos en las pruebas de detección y diagnóstico e interrupciones del tratamiento del cáncer de mama.

* Incorporar la perspectiva de género reconociendo el impacto social y económico desproporcionado que sufren las mujeres y las niñas como pacientes y cuidadoras.

* Incorporar la perspectiva de género en todas las etapas de la formulación de políticas, planes y estrategias.

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