SALUD

El aumento de la mortalidad cardíaca no tuvo relación directa con la pandemia del covid-19

Trabajo presentado en congreso de Sociedad Uruguaya de Cardiología muestra que, si bien las muertes por enfermedades del corazón aumentaron en el primer semestre de 2021, el covid no fue responsable. 

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El covid pudo haber incidido en menor cantidad de consultas y acceso al sistema. 

En el primer semestre de 2021 la mortalidad por enfermedad cardiovascular aumentó de forma significativa, pero eso no guardó relación directa con la presencia del covid-19. Tal fue la conclusión del trabajo Efecto del antecedente de covid-19 entre los fallecidos por causa cardiovascular en el Uruguay presentado en el 38° Congreso de Cardiología del Uruguay (CardioSUC), celebrado en mayo de este año.

Si bien no fue el estudio que se llevó el premio de la presente edición, se trata de una investigación de especial interés porque refiere a un tema que aún nos ocupa y preocupa.

“Lo que se intentó investigar fue cuál fue el impacto directo de haber tenido infección por covid-19 en el primer semestre de 2021 en el aumento de la mortalidad cardiovascular que se evidenció en ese período”, explicó a El País el doctor Víctor Dayan, profesor adjunto de Cirugía Cardíaca del Centro Cardiovascular Universitario (Hospital de Clínicas).

Dayan, como integrante de dicho centro, e Ima León, de parte de la División de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, fueron los autores de este trabajo.

“Lo que nosotros encontramos fue que dentro de los fallecidos por causa cardiovascular los infectados con covid-19 no fueron una proporción alta como para poder explicar que el aumento de la mortalidad cardiovascular se deba a eso”, señaló Dayan a El País.

Lo que sí encontraron fue que si la persona está infectada con covid-19 y muere de causa cardiovascular, es más probable que muera por lo que se llama embolia pulmonar o enfermedad vascular pulmonar en comparación con aquellas personas que no tuvieron covid-19.

“Eso confirma algo que ya se había dicho al inicio de la pandemia que era que el covid aumenta los riesgos de embolia pulmonar, trombosis y trombofilia pulmonar”, apuntó el especialista.

En conclusión, las personas que en el primer semestre de 2021 tenían un problema cardíaco y a su vez contrajeron covid-19 se morían por su enfermedad cardiovascular y no por el SARS-CoV-2.

“Si el covid-19 hubiera sido la causa directa hubiéramos tenido una tasa de mortalidad cardiovascular dentro de los pacientes con covid mucho más alta que en los individuos sin covid. De hecho fue mucho menor que en los que no tuvieron la enfermedad”, detalló Dayan.

Hay que tener presente como antecedente que mientras en 2020 bajó la mortalidad general y la cardiovascular no se modificó, en el primer semestre de 2021 el riesgo de morir de causas cardiovasculares  aumentó de forma significativa respecto a igual período de 2020 (fue 8% mayor).

“Este estudio lleva a sugerir que el aumento de la mortalidad cardiovascular en el primer semestre de 2021 es consecuencia indirecta de la pandemia. Se debió quizás a un problema del sistema o a que el paciente no consultó. Se abre un abanico de posibilidades y no podemos actualmente confirmar ninguna de ellas; creo que nunca lo vamos a poder saber porque ya se trataría de un estudio más cualitativo. Que el paciente haya o no querido consultar es algo que nunca vamos a conocer con seguridad”, señaló Dayan.

En cuanto a la sobrecarga del sistema, el cirujano indicó que cuentan con datos de que, por ejemplo, en el primer semestre de 2021 aumentaron los paros cardíacos extra hospitalarios.

Eso pudo responder a que el paciente no llegaba a consultar en tiempo y forma o, si lo hacía, tenía dificultades de acceso al sistema, ya fuera por camas ocupadas o por otras razones.

“En realidad este estudio tiene su valor por lo negativo porque lo que pudimos demostrar es que la tasa de mortalidad cardiovascular en los pacientes con covid-19 no fue más alta que en los que no lo tuvieron”, remarcó Dayan.

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Trabajo premiado.

Impacto de la anticoagulación precoz en los resultados clínicos y ecocardiográficos al año en pacientes con bioprótesis aórticas fue la investigación reconocida como Mejor Trabajo del congreso de la Sociedad Uruguaya de Cardiología.

“Es uno de los pocos ensayos clínicos randomizado (estudio en que los participantes se asignan al azar a grupos separados para comparar distintos tratamientos u otras intervenciones) que se realizaron en Uruguay en pacientes luego de una cirugía cardíaca”, explicó Dayan, también autor entre otros de este trabajo.

En este caso se abordó una operación muy frecuente en Uruguay que consiste en colocarle una prótesis de cerdo a un paciente al que no le funciona la válvula aórtica; por eso se llama prótesis biológica.

“En el mundo no está elucidado si vale la pena o no anticoagular a los pacientes. Nosotros concluimos que al año la anticoagulación no tiene beneficio en los pacientes; hay que esperar a ver lo que pasa a más largo plazo”, apuntó Dayan.

Otro aspecto a resaltar de este trabajo es que por primera vez en el país se hizo un ensayo clínico randomizado en cirugía cardíaca que involucra a más de un centro donde participa la Universidad de la República. En este caso se trató de una investigación llevada adelante por el Instituto Nacional de Cirugía Cardíaca del SMI y el Centro Cardiovascular Universitario del Hospital de Clínicas.

Cirugía: Se aconseja dos semanas después del alta covid

Como presidente de la Sociedad Latinoamericana de Cirugía Cardíaca y Endovascular (LACES), el doctor Víctor Dayan viene de participar en un estudio en conjunto con la Confederación Latinoamericana de Sociedades de Anestesiología (CLASA) sobre el plazo que es recomendable esperar para realizarle una cirugía cardíaca a un paciente luego de que tuvo covid-19.

Las recomendaciones vigentes, basadas en el pico inicial de covid-19 (fines de 2020 y comienzos de 2021), indicaban aplazar seis semanas las cirugías. Dado que en cirugía cardíaca esperar seis semanas puede ir en detrimento importante de la salud del paciente porque la mayoría son operaciones de urgencia, ambas sociedades se unieron para revisar esa postura.

“Lo que ahora tenemos en cuenta fundamentalmente al hacer las recomendaciones es el estado de inmunización previa del paciente (vacunas) y si tuvo un covid asintomático”, explicó Dayan.

También se tuvo presente que los retrasos en cirugía cardíaca en Latinoamérica tienen un impacto más fuerte en la salud que en los países desarrollados, donde la lista de espera es menor y el sistema trabaja de forma distinta.

“Entonces lo que pautamos de acuerdo a la evidencia publicada hasta el momento fue un tiempo de espera de dos semanas. Eso es para pacientes totalmente inmunizados y con un covid previo asintomático”, informó el especialista.

Es importante aclarar que a nivel internacional la inmunización completa se traduce en dos dosis de la vacuna Pfizer.

¿Qué ocurre entonces en Uruguay donde para la mayoría de la población el esquema completo son dos dosis de la vacuna Sinovac y una de la Pfizer? “Los estudios son para personas con dos dosis de Pfizer, entonces no los podemos extrapolar si somos estrictos desde el punto de vista científico. Adaptado a la realidad uruguaya dependerá de la urgencia del procedimiento. Si puede esperar dos semanas más, entonces esperamos cuatro desde el alta covid. Es la opinión de Víctor Dayan, simplemente porque no tengo evidencia para mantener la recomendación de dos semanas”, aclaró.

Dos premios entre siete trabajos presentados

El Mejor Trabajo del CardioSUC 2022 fue “Impacto de la anticoagulación precoz en los resultados clínicos y ecocardiográficos al año en pacientes con bioprótesis aórticas” (Amparo Fernández, Gimena Loza, Ricardo Robaina y Víctor Dayan). Además, se entregó el premio Mejor Investigador Joven (menores de 35 años) al trabajo “¿Cómo es la relación entre la rigidez aórtica y el strain longitudinal del ventrículo izquierdo en una cohorte poblacional de Montevideo?” “Se correlacionaron valores del ecocardiograma con mediciones de las arterias del cuerpo con el objetivo de encontrar parámetros que puedan anticipar de forma precoz el riesgo de enfermedad cardíaca”, explicó el doctor Víctor Dayan. Los autores de la investigación fueron: Matías Pécora, Romina Nogara y Leticia Oviedo (Departamento de Fisiopatología), Paula Moliterno (Departamento de Nutrición y Dietética), Luciana Borgarello (Departamento de Laboratorio Clínico), Lucía Florio (Departamento de Cardiología) y José Boggia (Centro de Nefrología); todos del Hospital de Clínicas.

En total se presentaron siete trabajos, todos los cuales se pueden consultar en el sitio de la Sociedad Uruguaya de Cardiología (SUC).

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CardioSUC 2022

El 38° Congreso Uruguayo de Cardiología se celebró del 18 al 20 de mayo. Fue 100% virtual, emitido desde el Hotel Radisson Montevideo.

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