ENTREVISTA

Andrés Cunha: los errores que se reprocha, la fórmula para aguantar críticas y “humanizar al arbitraje"

"No hay un partido en el que yo haya terminado sin un solo error. A veces son mínimos y no significan nada, pero a veces son trascendentes para el juego", reconoció el árbitro.

Andrés Cunha en el Defensor Sporting-La Luz. Foto: Leonardo Mainé.
Andrés Cunha en el Defensor Sporting-La Luz. Foto: Leonardo Mainé.

Andrés Cunha encontró en el silbato a su mejor aliado en el fútbol cuando vio que no le alcanzaba para ser jugador profesional. Terminó dirigiendo un Mundial, una final de la Copa Libertadores y se dio el lujo de despedirse con 46 años en la definición de la Copa AUF Uruguay, en el Estadio Centenario, que cerró con un expulsado después de 89 minutos sin tarjetas. A continuación un resumen de su entrevista con Ovación:

-Cuando sonó la alarma y te despertaste por primera vez como exárbitro, ¿qué sentiste?

-Recordé todo lo que pasó ayer (por el domingo). Viví en mi cabeza esos momentos y me emocioné otra vez porque fue muy movilizante. Hasta el día de hoy no caigo de que sucedió. Mis compañeros se tomaron el trabajo de ir a despedirme y estoy muy feliz por todo el afecto recibido. Todavía no puedo verme como exárbitro de campo ni acostumbrarme. Supongo que con los días pensaré un poquito más en lo diario.

-Más allá de que llegaste al límite de edad para seguir dirigiendo, ¿pensabas que era el momento de dejar?

-El año pasado llegué a los 45, pedí una extensión de actividad para seguir un año más y me la dieron. Ya desde ese momento estaba con la posibilidad del retiro en mi cabeza. Cuando llegó el último partido, obviamente que no estaba preparado, pero sí tenía pensado y asumido que el final estaba cerca.

-¿Cómo lo viviste?

-Me emocioné mucho, tanto en los vestuarios como antes y durante el partido. Quiero agradecer públicamente el gesto de los jugadores cuando salimos a la cancha porque fue increíble. Me llamaron del exterior y me dijeron que eso se veía en Europa, pero que en Sudamérica no era tan común. Estoy contento de que haya sucedido aquí.

-¿Qué jugadores te han sorprendido (por su nivel) en estos más de 20 años de carrera?

-En el partido Francia-Bélgica (Mundial de Rusia 2018) uno miraba las imágenes y decía: “¡Pah! ¡Qué cantidad de figuras que hay acá, cuántos jugadores!”. (Kylian) Mbappé, que ahí era un juvenil, tenía todo por delante: estaba asomando y después explotó. En Bélgica también había figuras de primer nivel, como (Eden) Hazard. Me emocionó mucho arbitrar ese partido.

La queja de Messi a la terna arbitral liderada por Andrés Cunha. Foto AFP.
Lionel Messi protestándole en un partido con la selección argentina a la terna arbitral liderada por Andrés Cunha. Foto AFP.

-Alguna vez contaste que el juez corre menos en esa clase de encuentros porque son muy tácticos y posicionales. ¿Es así?

-Sí, sobre todo porque vas acompañando el juego y no son piques explosivos de 50 o 60 metros en los que tenés que correr. Por ejemplo, en la final (de la Copa AUF Uruguay entre Defensor y la Luz) hubo una jugada que venía del fondo en la que quedó mano a mano (Andrés) Ferrari con el guardameta (Jhony da Silva) y tuve que salir (corriendo) para estar cerca. En los partidos del Mundial los equipos salen en bloque y es un juego más previsible para nosotros, que podemos ir acompañando.

-Ese primer y único Mundial en tu trayectoria (Rusia 2018) lo viviste con 41 años. ¿La edad te ayudó a disfrutarlo o por la alta concentración fue imposible?

-Se disfruta en pequeñas cosas, como salir a la cancha, mirar los estadios, las tribunas, y decir “¿dónde estamos?”. Con los compañeros lo hablamos a veces, pero cuando empieza a rodar la pelota tenemos que estar metidos en lo nuestro, concentrados, y hablando solamente del partido. Ahí uno se pierde todo lo que significa, pero el antes y el después siempre se disfruta mucho.

-Tuviste la particularidad de ser el primer árbitro que recurrió al VAR en esa Copa del Mundo. ¿Te dio otra tranquilidad para dejar de estar al lado de cada jugada?

- Sí, pero las comisiones y todos nuestros instructores nos han dicho que no podemos bajar la guardia porque haya VAR. Nadie quiere que el VAR lo corrija. Los árbitros queremos resolver nosotros la jugada en cancha. No podemos aflojar y decir: “Me quedo más alejado porque tengo el VAR igual”. Tenemos pequeñas cosas, como los delay de bandera con el asistente o con el silbato, que nos cambia, pero la dinámica del arbitraje siguió siendo la misma.

-¿Cómo es esa dinámica del arbitraje? ¿Hay alguna escuela que te enseñe a lidiar con las presiones o los silbidos después de un fallo?

-No. La cáscara se va formando a medida que vas haciendo la carrera. Después ya ni lo sentís. Ayer (por el domingo) fueron muchos familiares y amigos, que no van generalmente y estaban en las dos tribunas, y me decían: “Lo que insultaba la gente... no puedo creerlo”. Yo no sentía nada, estaba en mi partido hablando con los jugadores. La experiencia y los partidos encima te van llevando a acostumbrarte y adaptarte a eso.

Andrés Cunha será el juez del clásico
Un pedido para los futboleros"Humanizar al arbitraje me parece que es el camino que tenemos que seguir".
Jonathan Fuentes y Andrés Cunha en el VAR.
Foto: Gerardo Pérez

-Por momentos da la sensación de que el árbitro es el malo de la película.

-Sí, por eso te decía lo gratificante que fue la entrada a la cancha. Los jugadores nos aplaudieron y los dos técnicos me saludaron antes y después del partido. Que el victorioso y el derrotado nos felicitaran, personalmente, me llenó de orgullo. Dar otra imagen y humanizar al arbitraje me parece que es el camino que tenemos que seguir.

-Pensando en retrospectiva, ¿cuál es el error que más te machacás?

-Son dos jugadas que yo tengo en la retina, sobre todo por lo que significaron y el ruido que hicieron. No hay un partido en el que yo haya terminado sin un solo error. A veces son mínimos y no significan nada, pero a veces son trascedentes para el juego, como esas que recuerdo, que son el gol de Perú contra Brasil en la Copa América Centenario (2016), que le significó la eliminación; y el partido Wanderers-Peñarol en el Viera, con la mano de (Gastón) Bueno, que fue alta y quedé tapado por un jugador. Después, viéndola por la tele, fue muy clara. Me reprocho no haber tenido otro posicionamiento porque, en realidad, no fue que las vi y las interpreté mal, sino que no las pude ver. Capaz que si hubiese estado ubicado en otro lado o de otra forma, podría haberlas visto. Eso me lo reprocho y me ha costado alguna noche sin dormir. Pero ahora está el VAR, que soluciona esas jugadas.

Andrés Cunha
La evolución profesional y el fanatismoLa gente tiene ese fantasma de preguntarte de qué cuadro sos hincha, pero tanto yo como mis compañeros pueden asegurarte que a nadie le importa".
Jugadores de Peñarol protestan al árbitro Andrés Cunha. Foto: Ariel Colmegna.
Foto: Gerardo Pérez.

-La incidencia de Bueno llevó a que Peñarol pidiera que no lo arbitraras más. Lo mismo hizo con Christian Ferreyra. ¿Te costó sobrellevar la situación?

-No nos gusta que nuestros nombres estén públicamente (en la agenda) porque un club no quiere que lo arbitres, pero también sabemos que es parte del juego y a lo que nos atenemos estando en esta función. Obviamente no es grato, pero también tenemos que tener la capacidad de sobrellevarlo, seguir arbitrando como siempre lo hicimos y no estar condicionado para nada.

-También tuviste de las buenas, como la final de la Copa Libertadores 2018 entre River y Boca en Madrid. ¿Te sentías preparado para el desafío?

-Fue muy especial. Estaba preparado para afrontarla y mi equipo también, pero sin dudas que mediáticamente fue muy fuerte. Por estar cerca de Argentina, por nosotros consumir mucho su fútbol y por cómo se vivió una final histórica como esa. Con la suspensión, pasó casi un mes para que se volviera a jugar y fue en Madrid. Fueron momentos en los que había que abstraerse de todo para estar libre y arbitrar. Soy un agradecido de haber podido vivir ese partido.

Foto: Reuters
Foto: Reuters

-Hablando de hechos particulares, Luis Suárez volvió a Nacional y ustedes tuvieron un cruce. ¿Cómo lo notaste durante los partidos?

-Estuvo bien. Yo lo arbitré dos partidos. En el primero hubo un diálogo muy normal, no protestó nada y vino solamente a preguntarme por la demora del VAR. Me preguntó por curiosidad y nada más. El segundo partido fue otro, contra Defensor, y ahí hubo protestas suyas, pero nada del otro mundo. Fue como todos los jugadores. Lo vi tratando de enfocarse en el juego y no en el arbitraje.

-¿Qué rol ha tenido tu familia en tu carrera?

-Mi familia es clave y es el principal sostén que tuve en toda la carrera. Cuando venía de un partido golpeado eran los que me apoyaban, me sacaban del ambiente del fútbol para hacer otras cosas y compartía con ellos.

La protesta del capitán Gonzalo Bergessio contra el árbitro Andrés Cunha. FOTO: F. Flores.
El rol de los árbitros"Entramos a una cancha y queremos salir limpios para que nadie tenga nada que decir de nosotros. Ese es nuestro mayor placer"

-¿Cómo toman tus hijos el hecho de que seas árbitro?

-Para ellos no es fácil; es un garrón, porque no eligieron eso. Yo elegí esta profesión y la llevo sabiendo que me dio muchas alegrías y algún dolor de cabeza, pero mis hijos no tuvieron opción y la llevaron bastante bien. No han tenido problemas y, como son chicos, les ha transcurrido bastante bien la cuestión de que el padre sea árbitro.

-¿Es una profesión bien pagada el arbitraje?

-Siempre se puede mejorar, pero en los últimos años hemos tenido algunas conquistas en ese rubro. También hemos tenido algunas rebajas de los aportes que hacíamos gremialmente y eso se ve reflejado en una mejor compensación. La realidad es que acá en Uruguay no se puede vivir del arbitraje y todos tenemos que tener algún otro trabajo para una mejor salida económica. Cuando sos internacional y tenés viajes, sí se hace un poco más fácil y más llevadero dedicarse al arbitraje. Hay mucho por mejorar y sería ideal poder ganar un poco más de dinero para ser profesionales. No es el peor momento tampoco.

-¿El árbitro es hincha de algún equipo o termina perdiendo el fanatismo?

-La gente tiene ese fantasma de preguntarte de qué cuadro sos hincha, pero tanto yo como mis compañeros pueden asegurarte que a nadie le importa. Yo no sé de qué cuadro eran hinchas los otros. Nosotros somos profesionales, estamos en esto para hacer justicia y ese es nuestro principal objetivo. Entramos a una cancha y queremos salir limpios para que nadie tenga nada que decir de nosotros. Ese es nuestro mayor placer. Nadie está hinchando por un equipo, a favor de este o en contra del otro. No tenemos equipo; entramos a trabajar y a hacer lo mejor para poder seguir arbitrando y creciendo en la carrera.

-¿Y ahora que ya hiciste un camino y te retiraste?

No. Tampoco lo vivo. Hace 20 años soy árbitro. No he ido a ver partidos de ningún equipo, salvo de la selección por Eliminatorias, pero mi camiseta es la del árbitro y así será hasta el día en que me muera.

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