INFLACIÓN

El problema a nivel mundial que ya está dejando varios países ganadores

Con ese escenario, el presidente del BCU, Diego Labat, abrió el taller “Política monetaria y shocks externos en América Latina”, en el XXIV Workshop International Economics and Finance.

Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central de Argentina
Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central de Argentina. Foto: Archivo El País

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Ante una inflación global persistente, los principales bancos centrales del mundo han aumentado sus tasas de interés y existe preocupación en los mercados de que esas tasas altas generen problemas en los balances y en la estabilidad financiera de los países.

También existe preocupación en los mercados sobre si los bancos centrales podrán -o no- manejar la inflación.

Con ese escenario, el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Diego Labat, abrió el taller “Política monetaria y shocks externos en América Latina”, en el XXIV Workshop International Economics and Finance, que organizó el BCU en su sede.

Participaron los economistas Guillermo Calvo (Columbia University), Pablo García Silva (vicepresidente del Banco Central de Chile) y Federico Sturzenegger (expresidente del Banco Central de Argentina, 2015-2018).

Los ponentes reconocieron que el fenómeno de la inflación persistente, que tanto llama la atención en Estados Unidos y en Europa, no es para nada nuevo en América Latina (“lamentablemente”), aunque sí se recibe presión en esta región de las crisis de los países más desarrollados.

Después de prácticamente 40 años sin inflación en Estados Unidos, se llegó a pensar que este era un fenómeno del pasado, que no iba a regresar, y diversos actores empezaron a generar más deuda en dólares a tasas de interés fija.

Un caso claro es, por ejemplo, Argentina, que tiene la mayor parte de su deuda externa a tasas fijas en dólares, al igual que otros países.

Lo cierto es que, según señaló Sturzenegger, la inflación de Estados Unidos ha generado una redistribución entre los diferentes actores en los mercados regionales, favoreciendo al gobierno estadounidense en esta coyuntura. “¿Quién es el mayor emisor de deuda a largo plazo a tasas fijas?”, se preguntó Sturzenegger. “El gobierno de Estados Unidos”, se respondió. Según señaló, esta tasa de inflación ha implicado una ganancia para EE.UU. de US$ 2 trillones.

Otros países han emitido US$ 1,3 trillones en deuda en dólares a tasa fija y han tenido una ganancia de aproximadamente US$ 100.000 millones, por la inesperada inflación de 10% en EE.UU. en 2021 y 2022.

El Líbano, que tiene una economía dolarizada, emite deuda en dólares a tasas fijas y por lo tanto “ha resultado ganador”, señaló.

Récord histórico de inflación en la zona euro

La inflación en la zona euro alcanzó su máximo histórico, al situarse en 10,6% en octubre, una décima menos de lo que la oficina europea de estadísticas, Eurostat, había publicado el último día del mes anterior.

A pesar de esta ligera corrección a la baja, la cifra sigue siendo un máximo histórico por estar el índice de precios al consumo por encima de dos dígitos por primera vez desde que se creó la moneda única. Más arriba, incluso, se ha situado el IPC en el conjunto de la UE, en 11,5 %.

Shocks

Sturzenegger fue quien más lanzó conceptos -u opiniones- que tiran por tierra algunas premisas económicas.

Mencionó momentos en la historia en que el precio del petróleo se disparó sin que la inflación se viera afectada. “Hay shocks externos que no necesariamente generan inflación, si se maneja una política flexible de precios y una política monetaria que contemple factores exógenos”, afirmó.

“La inflación crece no por shocks, sino por las reacciones (decisiones) de los bancos centrales, por las políticas monetarias”, dijo, e ironizó su afirmación haciendo referencia a las recurrentes crisis de Argentina: “El número de historias (supuestas explicaciones) sobre la inflación (en su país) es proporcional a la tasa de inflación”.

Credibilidad

El manejo de argumentos poco convincentes socava la credibilidad de la población -advirtió Sturzenegger-, y una vez que esta se rompe, es muy difícil de recomponerla, lo que a su vez impacta negativamente los comportamientos en los mercados.

García Silva coincidió en que “se pierde credibilidad cuando la historia sobre las causas de la inflación no tienen sentido”, afirmó. “Tal como ocurrió en Brasil, Indonesia, Turquía”, enumeró.

Sturzenegger explicó que el ciclo global financiero/liquidez está dirigido por la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) y que, cuando esos ciclos llevan a flujos de capital volátiles y variaciones (swings) en las tasas de cambio, impactan también a los países emergentes.

Actualmente, entre los temas pendientes, destaca que a nivel global, la política fiscal no se consolidó lo suficientemente rápido en los tiempos poscovid; los balances fiscales así como las tasas de cambio permanecen bajo presión (y seguirán así por bastante tiempo, según proyecciones), y las políticas domésticas también seguirán inciertas por “bastante tiempo”, según proyecciones.

García Silva, por su parte, observó que, a diferencia de las anteriores, la actual crisis no es producto de un ciclo o acontecimiento financiero específico, sino de un factor “externo”, como lo fue el covid. En ese sentido, se estima -al menos así indica la teoría- que salir de esta crisis debería ser más fácil que en el pasado. Sin embargo el economista reconoció que existen muchos asuntos domésticos sin solución que pesan. Además, “la relación entre la inflación y la política monetaria no es tan clara”, afirmó, lo que hace más compleja la salida de la crisis en la región.

Calvo hizo especial referencia al aumento de la liquidez en los mercados y en la caída del precio de las monedas locales (salvo excepciones), e hizo un llamado a la colaboración entre los bancos centrales en este contexto, “para navegar en forma conjunta en estas aguas turbulentas”.

Consultado sobre si Argentina podría salir de su crisis con un banco central más independiente, Sturzenegger respondió “eso no es suficiente. Al menos en Argentina”.

A mayor independencia del banco central, menos inflación

“Existe una relación inversa entre el grado de independencia de los bancos centrales y los índices de inflación. A mayor autonomía del banco central al formular políticas, menos inflación (o inflación reducida), y viceversa”, afirmó el economista Samuel Pienknagura (FMI), al presentar las conclusiones de su tesis elaborada en coautoría con Luis Jacome (George University), en el evento del Banco Central (BCU).

La conclusión resulta de un estudio histórico de los bancos centrales de 17 países de América Latina entre los años 1940 y 2019.

Pienknagura explicó que gran parte de los países de la región establecieron sus bancos centrales en forma bastante independiente (a principios de los años 20), un período de “años tempranos” que se extiende hasta la década de los 40, en la que van perdiendo autonomía por la influencia gubernamental (llamada “fase de desarrollo”), hasta que en los años 90 aproximadamente entran en un “período de oro”, que es cuando recuperan bastante su autonomía, exceptuando países con “reformas regresivas” -afirmó- como Argentina, Venezuela y Ecuador.

“Les tomó seis décadas a los bancos centrales de América Latina enfocarse en el combate a la inflación desde una independencia política y operacional”, afirmó, refiriéndose a un estatus que ha tenido sus caídas y subidas a lo largo de la historia.

Actualmente los países mantienen distintos grados de autonomía de los gobiernos de sus respectivos países, lo que afecta de manera diferente a cada componente de la inflación, según el estudio.

Sara Calvo (Columbia University) avaló la conclusión de la tesis, no sin aclarar que al análisis de la inflación se le deben sumar factores externos que van más allá de los bancos centrales, como por ejemplo cuando esta región no tuvo, por años, acceso a los mercados internacionales ni a las financieras.

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