CON LOS HIJOS

Mamá Estimula: “Papá Noel te está mirando", el chantaje emocional en navidad

Claudia Guimaré explica la importancia de no utilizar frases como "Papá Noel no trae regalos a niños que se portan mal”, ya que así los enseñamos a aceptar el chantaje como medio para relacionarse.

Navidad.

De entre todos los chantajes emocionales con los que muchos adultos suelen manipular a niños y niñas para lograr que ajusten sus conductas a sus deseos, el de la Navidad, debe ser por lejos uno de los más trillados y quizá también de los más efectivos.

¿Qué niño no tiembla ante la idea de quedarse sin ni un solo regalo cuando den las 12? ¿Se imaginan el terror de esa escena en la que bajo el arbolito no hay absolutamente nada para ti si tan sólo tienes 4 años?
“¿Te portaste bien este año? Mira que Papá Noel te está mirando”, “Si te sigues portando así Papá Noel y los Reyes no te traerán nada”, “si tienes el cuarto desordenado los Reyes se van a ir sin dejarte ni un regalo”, son sólo algunas de las frases más usadas.

Pero hay algunas peores, como decir que “a los niños malos Papá Noel no los quiere y por eso no les da nada”, donde ya no se trata de una cuestión circunstancial en la que el niño o la niña cometió un error y ahora deberá pagar las consecuencias, sino que el niño mismo es malo, es decir, no es que se portó mal sino que ya es malo de por sí y no hay nada que hacer, es una condena definitoria por la que claramente merece un castigo como el no ser querido, ni siquiera por un ser mágico y generoso que al parecer quiere a todos los niños.

Casi que podría decirse entonces que a Papá Noel no le gustan los niños que no ordenan, no comparten, no cometen errores, no protestan y por sobre todo, que no obedecen. ¿Será que a Papá Noel no le gustan los niños y punto entonces? Porque convengamos en que no existen niños que no incurran en ninguna de esas “faltas” en el correr de un año, ni de una semana, ni de un día. Y si lo pensamos bien, adultos tampoco. ¿Será por eso entonces que a nosotros ya hace años no nos trae nada?

Si lo pensamos bien, es evidente que estar a la altura de esa vara, es casi imposible para cualquiera. Pero si encima tienes 4 años y tu vida es sólo el aquí y ahora, aun no entiendes por qué no siempre se hace tu voluntad y andás por ahí con las emociones a flor de piel sin aun poderlas controlar. Bueno, es absolutamente imposible.

Sin embargo, los adultos esperamos ansiosos que nuestros hijos se comporten como si tuviesen tanta experiencia e inteligencia emocional como nosotros (o más, ya que la mayoría de las veces esperamos que hagan lo que les decimos no lo que realmente hacemos), no conozcan el mal humor y demuestren una paciencia infinita para pasarse la vida recibiendo órdenes. Y cuando nos quedamos sin argumentos para logar esto último, muchas veces caemos en el error de blandir castigos y amenazas que surtan efecto. Y la Navidad, es por lejos el momento del año en que parece ser más fácil hacerlo. ¿Pero qué estamos comunicando con esto?

Aceptar el chantaje y el soborno

Lo primero y más obvio es a aceptar el chantaje como medio válido para el relacionamiento. Al fin y al cabo papá y mamá lo hacen, y ni que hablar si también lo hacen los demás parientes o incluso la maestra. Es decir, si todos los referentes que lo rodean se comportan de esa manera, entonces esta manera debe ser normal.

Hay que obedecer por miedo

Lo segundo es que si hay chantaje es porque no hay argumentos de peso que logren convencernos, por lo que también estaremos enseñando que no es necesario tener argumentos sólidos para cumplir con una orden, con la lógica consecuencia de esto en el largo plazo de que es posible seguir a líderes (por ejemplo el líder de la bandita que se porta mal en el liceo o el barrio), sin cuestionarse si sus motivos o incluso sus medios son correctos.

mamá estimula
Foto: Depositphotos

Colaborar a cambio de algo

Si sólo hago mi cama porque me van a pagar algo, si sólo ayudo a mamá con las bolsas del super porque me va a comprar un caramelo, si sólo me porto bien porque así Papá Noel me trae regalos, también estamos aprendiendo a hacer las cosas por interés. Por supuesto que no es fácil convencer a los chicos de ayudar con las tareas domésticas por ejemplo.

Pero es más importante hacer el esfuerzo de que aprendan que la familia es un equipo y que todos tenemos que poner el hombro, que mamá y papá también necesitan ayuda así como te la dan todo el tiempo y que está bueno aportar nuestro granito de arena, que lograr que los chicos cumplan con todo a la fuerza pero jamás interioricen nada de eso.

Naturalizar la amenaza como forma de interacción con los otros

Y por último, lo más grave de todo es que les estamos acostumbrando a naturalizar la amenaza, que es de por sí una forma de violencia y por ende, los estamos dejando vulnerables a que en el futuro, cuando otra persona a quienes ellos quieran mucho, ya sea una amigo o amiga o su pareja, un compañero de trabajo, o su jefe o jefa, les quiera obligar a hacer algo contra su voluntad, no puedan hacerlo y crean que tienen que obedecer porque ese es su deber por más que les pese.

Celebremos la Navidad sin socavar la ilusión, y que los deseos de paz y amor que tanto predicamos en casa, se reflejen también en nuestro trato para con ellos.

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