Totalmente natural y orgánica: bioquímica y cosmetóloga médica crean línea uruguaya de cosmética

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Como cosmetóloga médica, Tania Castro no encontraba soluciones totalmente naturales para las distintas situaciones y requerimientos de la piel de sus pacientes. Le planteó la inquietud a su amiga Josefina Louge, bioquímica, y ambas resolvieron combinar sus capacidades y experiencias para desarrollar una propuesta que resolviera el problema. Fue así que hace un año surgió Pohã, la primera línea de biocosméticos totalmente natural y orgánica de producción uruguaya que hoy se encuentra en plena expansión.

“Ha sido todo un camino de crecimiento y aprendizaje. Desde el punto de vista de emprender, yo siempre estuve en el laboratorio, muy vinculada al ámbito científico y al ámbito biotecnológico, y Tania estuvo siempre en su consultorio. Por eso para nosotras es todo un desafío”, contó Louge sobre este emprendimiento que fue incubado por el CIE (Centro de Innovación y Emprendimientos de la Universidad ORT).

Actualmente cuentan con más de 20 productos diseñados y validados. La primera línea que desarrollaron fue la de Cuidados Cotidianos, que engloba todos aquellos productos básicos que la persona utiliza para la higiene de su piel. Acá entran las emulsiones de limpieza, los hidratantes faciales, productos para las líneas de expresión y antioxidantes, entre otros.

En este momento están muy enfocadas en llevar adelante la línea de Cuidados Especiales, destinada a acompañar el cuidado cotidiano de las personas cuyas pieles presentan patologías. “No son medicamentos”, aclaró Louge, “sino que se trata de cosméticos diseñados para mejorar el bienestar del usuario”.

La especialista explicó que a Pohã no le interesa tener 20 productos distintos para cumplir diferentes funciones, sino que trata de minimizar la cantidad y hacer que sean multifuncionales para lograr que las rutinas de limpieza sean más simples y de menor impacto.

Hay que tener en cuenta que casi en el 95% de los hogares del mundo se usan cosméticos; en promedio, una persona usa 15 cosméticos por día (incluye los productos de higiene personal).

“Son productos que usamos muchísimo, que a veces ni registramos las rutinas que hacemos, y que tienen impacto en nuestra piel, que es el segundo órgano más grande del cuerpo, en todo nuestro ser, en nuestra autoestima y en el medioambiente”, detalló la bioquímica a El País.

Cada ingrediente al que recurre Pohã es empleado para cumplir una función. Los productos son diseñados, formulados y elaborados por ellas mismas, cosa que admitieron que puede cambiar a futuro si la empresa sigue creciendo y se suma más gente.

“Nosotras promovemos el procesamiento con mínimos pasos de producción y manteniendo las características de los ingredientes lo más cercanas a como estaban en la naturaleza posible. En vez de apostar a los ingredientes purificados, buscamos la sinergia de las moléculas activas que hay en cada planta. Esto nos permite elegir, diseñar los extractos y trabajar con mínima cantidad de ingredientes que cumplan diversas funciones”, indicó.

Louge señaló que no hay una legislación hoy en día que indique qué es lo que tiene que tener un cosmético para ser natural.

“Con dos o tres principios activos naturales, es decir que sean de fuentes y orígenes naturales, ya estás dentro de lo que es un cosmético natural”, dijo y aclaró que en el caso de Pohã el 100% de los ingredientes son naturales.

En tanto que la definición de orgánico deriva de que todos los aceites vegetales y las plantas empleadas en la producción son de manejo orgánico y agroecológico, o sea que su cultivo está libre de agrotóxicos y no tiene sustancias genéticamente modificadas. Además, no emplean derivados del petróleo, ni químicos, fragancias o perfumes sintéticos.

“El concepto de biocosmético, que surge primero en Europa, marca que el producto tenga como mínimo un 95% de origen natural y que el 95% de los componentes vegetales sean orgánicos. También que la producción sea sostenible, es decir, que todo el proceso productivo sea respetuoso con el medioambiente”, apuntó Louge sobre un encare que se inscribe dentro de la llamada economía circular.

Para cumplir con esto último recurren a envases de vidrio, que son reutilizables o a materiales reciclables. “Las bombas plásticas las redireccionamos a otros proyectos, como Plasticoin o Red Ecológica”, acotó.

Louge apuntó que en Uruguay lo que es difícil de conseguir es la materia prima orgánica, pero aún así se las ingenian para intentar comprar todo a nivel local. “Hay insumos orgánicos que no se consiguen certificados. Por suerte en Uruguay existe una red agroecológica que certifica de una forma distinta, entonces ya se están consiguiendo aceites vegetales orgánicos”, destacó.

La bioquímica indicó que actualmente hay una creciente demanda a nivel mundial de productos orgánicos y naturales por parte de los consumidores. Pohã apuesta por ese cambio de conciencia, por prescindir de lo que es prescindible y por adoptar rutinas eficientes con la mínima cantidad de consumo y descarte de productos.

“El concepto es integral. Nuestra propuesta es mejorar el bienestar, la calidad de vida y la autoestima de las personas a través de acciones conscientes de cuidado cotidiano. Que lo que me pongo, cómo me cuido y lo que elijo tenga el menor impacto posible en el medio ambiente, en la biodiversidad y en los seres vivos”, sentenció Lounge.