DÍA DEL PATRIMONIO

Del serrucho de un carnicero a los hospitales: muestra sobre la historia de la medicina en Uruguay inaugura la nueva sala del ANIP

El Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra recorre la historia de la medicina en Uruguay en el Día del Patrimonio dedicado al doctor Manuel Quintela. 

Ana Ribeiro
La subsecretaria del MEC, Ana Ribeiro, y la directora del ANIP, Magdalena Perandones.

Un trapo en la boca para morder. Un chorro de caña brasileña en la herida. El soldado, quien está al borde de la muerte, está acostado en el mostrador de una pulpería. La cirugía, una posible amputación, será llevada a cabo con un serrucho de carnicero. La desinfección es un proceso inexistente.

La fotografía tomada en un campamento militar nacionalista en 1897 y colgada en la nueva sala del Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra (ANIP) transporta a una realidad que existía hasta hace poco más de un siglo: los inicios de la medicina en el país.

Fin de semana del Día del Patrimonio

Este sábado 3 y domingo 4 de octubre se celebra otra edición del Día del Patrimonio; este año se homenajea al personal de la salud.

Esa foto forma parte de la muestra que inaugura las nuevas instalaciones del acervo multimedia del Sodre este Día del Patrimonio (sábado 3 y domingo 4 de octubre): un recorrido por el antes y el después de la asistencia sanitaria pública y un homenaje a Manuel Quintela, decano de la Facultad de Medicina y promotor del Hospital de Clínicas.

Movimientos a inicios del novecientos

A principios del siglo XX llegaron los cambios a un sistema que se basaba en los hospitales de caridad o beneficencia: se reconoce el derecho a la salud, en 1908 se inaugura el Hospital Militar, la mandrágora y el opio dan paso al éter y al cloroformo para la anestesia y el higienismo y la investigación se imponen como prácticas habituales. La historiadora Ana Ribeiro recordó que se revalorizó la calidad del aire y las áreas verdes. Las casas de campo y de “buen aire” fueron elegidos como sitios para la cura de afecciones. Así se multiplicaron las casas de Prado, Colón, Lezica o Piedras Blancas.

Siglo XIX.

Carpeta 58. Allí estaban los negativos que fueron rescatados para la exhibición. El ANIP posee la colección de fotografías más grande del país –unas 90 mil– pero, según relató a El País la historiadora Ana Ribeiro, subsecretaria de Educación y Cultura, el lugar estaba invadido por el “olor a películas avinagradas” y, lo peor, por la desidia con la que se habían acumulado cajas, papeles, objetos y polvo durante años.

Una vez que la nueva administración lo puso en orden, apareció la carpeta 58, cuyo rótulo decía “Asistencia pública nacional”. Ahí se tomó una decisión: su contenido se pondría a disposición del público en una sala reformada.

Así aparecieron imágenes que van desde el auxilio médico que se daba en una batalla a las primeras tareas de la Cruz Roja en el país por las voluntarias Señoras Cristianas y los primeros consultorios “Gota de Leche”, aquellos que a principios del siglo XX brindaban asistencia gratuita a lactantes y a sus madres.

También hay un repaso por el lazareto de Isla de Flores donde se aislaban a los polizones que llegaban a Montevideo con enfermedades infecciosas como lepra o tuberculosis. “Allí hacían la cuarentena”, recordó Magdalena Perandones, directora del ANIP, para hacer la referencia obligada a lo que vivimos con la pandemia por coronavirus.

En el subsuelo de la sala ubicada en la peatonal Sarandí se recorre la historia más antigua.

Ribeiro así la contó: “Nuestros soldados fueron a la guerra de la Triple Alianza (1864-1870) sin servicio de sanidad y tuvo una enorme mortandad. Allí muere quien iba a la cabeza de ese ejército nacional que era León de Palleja y le improvisan una parigüela, dos palos y una tela para trasladarlo herido del campo de batalla”.

Los recursos medicinales eran escasos por lo que se apelaba más a “las recetas de la abuela y a los yuyos”. Por aquellos tiempos existían las “quitapenas”, mujeres que operaban “silenciosamente” y ayudan a terminar con el sufrimiento.

Ribeiro recordó, por ejemplo, que José Gervasio Artigas procuró paliar la situación sanitaria de la tropa con el Hospital del Ejército en la villa de la Florida, aunque lo habitual era un hospital ambulante que viajaba a la retaguardia del ejército en marcha. Eran filas de carretas, con techo de cuero y capacidad para llevar seis camillas.

“Desde la época de Artigas se buscaban las vacunas –o los vidrios como les decía el viejo porque venía el virus dentro de dos placas– contra la viruela que diezmaba la población, sobre todo indígena por bajas defensas”, relató. En ese entonces asolaban las epidemias de erisipela y de fiebre amarilla.

Más tarde, en la Guerra Grande (1839-1851), ya había anestesia por éter y por cloroformo (Adolfo Brunel aplicó la primera anestesia general con éter realizada en América en 1847 y, un año más tarde, Fermín Ferreira aplicó la primera anestesia por cloroformo), “hospitales de sangre” y el Hospital de la Sociedad Filantrópica de Damas. La Cruz Roja comenzó a actuar en 1897 con la participación de damas voluntarias. Las enfermedades más frecuentes eran las reumáticas, la molestias por piojos, las venéreas y la fiebre tifoidea. La última fue la más letal, muchas veces atribuida a la ingesta de “carne cansada” de vacunas y equinos.

“El general Aparicio Saravia recurría al libro Práctica elemental de hidro-sudoterapia o modo de curar las enfermedades por medio del agua de Pedro Mártir Mombrú para aliviar las dolencias de los soldados”, agregó la historiadora.

Médicos y enfermeros debieron aprender a equiparse para enfrentar la pandemia.
Médicos y enfermeros serán los homenajeados en el Día del Patrimonio 2020.

El lazareto de la Isla de Flores: la cuarentena

En 1867, el presidente provisorio de Uruguay, Venancio Flores, dio una orden: la construcción de un lazareto en la Isla de Flores para aislar a los polizones que llegaban a Montevideo con enfermedades infecciosas como lepra o tuberculosis. El ANIOP repasa su historia en la muestra. Allí funcionó un hospital hasta 1934 llamado, eufemismo mediante, “Hotel para Inmigrantes”. Su apartamiento en el Río de la Plata sirvió luego para una cárcel. Durante mucho tiempo, la Isla de Flores se convirtió en “la Isla del Purgatorio”. Allí iban los desahuciados que veían por su ventana la costa.

Siglo XX.

En la primera planta del ANIP, en cambio, se ve la continuación de la historia y como figuras como Manuel Quintela fueron decisivas para el avance de la medicina en el país. Él médico y su generación –Elías Regules, Américo Ricaldoni, Juan B. Morelli, entre otros– fueron quienes visibilizaron los derechos a la asistencia sanitaria. Quintela se destacó por el afán en mejorar la educación. Las imágenes ahora muestran salas quirúrgicas o de primeros auxilios limpias y cuidadas. Las enfermeras y los médicos ya aparecen con sus uniformes blancos.

Perandones explicó: “Desde 1911 contamos con la Asistencia Pública; ya no se depende de la caridad. Las principales líneas de acción son los niños, las embarazadas, los enfermos psiquiátricos y los excluidos o desamparados. Recién en 1934 tuvimos el Ministerio de Salud Pública. (En la muestra) se puede ver el ímpetu del desarrollo de la medicina en Uruguay”.

En ese entonces surgen también los institutos de Radiología, de Anatomía, de Higiene, de Tisiología, de Neurología y de Endocrinología. El Hospital de Clínicas, el sueño de Quintela que no llegó a ver concretado en vida, pasó a conjugar la docencia, la investigación y la atención a la población.

Durante el Día del Patrimonio, el ANIP estará abierto entre las 10 y las 18 horas. A partir del lunes 5, la sala y el archivo quedarán abiertos en el horario de 11 a 17 horas.

Manuel Quintela: un espíritu inquieto

“Físico pequeño, cara ovalar, pelo negro con entradas redondeadas, nariz recta y firme bigote negro espeso caído en las comisuras, barba tipo perita, vestido casi siempre de traje con chaleco, camisa de cuello separado alto y blanco, reloj con cadena en el chaleco, zapatos tipo botines altos, andar ligero, lenguaje correcto y rápido, emotivo, enojadizo”, así describió el doctor Milton Rizzi en una de sus biografías más conocidas a Manuel Quintela.
Hijo de Julián y Olimpia, Manuel nació el 26 de julio de 1865, en una estancia llamada “El Olimar”, en el departamento de Treinta y Tres, donde vivió con siete hermanos hasta la muerte de su padre. A los 16 años viajó a Montevideo para estudiar en el Colegio Pío y luego en la Sociedad Universitaria, donde se entusiasmó por dos temas: la política y la medicina. En diciembre de 1889 se recibe de médico cirujano. Y allí formó el objetivo de su vida: mejorar la medicina de su país. Fue el primer otorrinolaringólogo uruguayo y primer docente de esa especialidad. Trajo de París los instrumentos y atendía a ricos y pobres sin distinción, de día y de noche. En 1894 se encargó honorariamente de la policlínica otorrinolaringológica en el Hospital Maciel, pero recién en 1897 se le otorgó un servicio con sala de operaciones, enfermería, clínica y un sueldo. Su habilidad era la intubación laríngea. Se estima que en 1901 practicó la primera endoscopía en el país. Fue decano de Medicina durante cuatro períodos: entre 1909 y 1915 y entre 1921 y 1927.

Manuel Quintela
Fue el primer otorrinolaringólogo uruguayo y el primer docente de esa especialidad.

Tres visitas de patrimonio científico

Facultad de Medicina: Visita por salón de actos, sala del Consejo, descripción del mural y su autor; ornamentación, Museo del Departamento de Anatomía. El sábado, el Departamento de Histología y Embriología expondrá sus investigaciones. Coordinar visita: [email protected].

Facultad de Medicina. Foto: archivo El País.
Facultad de Medicina. Foto: archivo El País.

Instituto Clemente Estable

Recorrido por estands interactivos donde se muestran los trabajos de investigación. Proyección al aire libre de videos divulgativos y el documental sobre Clemente Estable. Se solicita reserva, dado que los cupos son limitados. Más información en www.iibce.edu.uy.

Instituto Clemente Estable.
Los trabajos de investigación serán el atractivo para este fin de semana patrimonial.

Hospital de Clínicas

Presentación de posters de trabajos científicos y de trabajos premiados. Exposición fotográfica y muestra de equipos, instrumental y otras piezas históricas del hospital. Homenaje al Servicio de Voluntarias que cumplen 50 años de trabajo y a referentes académicos.

Hospital de clínicas
Hay mucho para recorrer y conocer en el Hospital de Clínicas, el sueño de Manuel Quintela.
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