ALIMENTACIÓN

La ruta de la educocina y el desafío de recorrer escuelas de los 19 departamentos

Desde hace 10 años el equipo de Petit Gourmet recorre escuelas y ahora con La ruta de la educocina se propone llegar todo el país.

Diego Ruete. Foto: El País
Diego Ruete en una de las clases. Foto: El País

Según datos de Naciones Unidas, Uruguay tiene actualmente los peores números regionales en lo que refiere a niños con sobrepeso.

“¿Y qué hacemos al respecto?”, se preguntó el cocinero y educador preescolar Diego Ruete, que hace ya bastante rato puso manos en la masa en la cuestión y este año apuesta a seguir recorriendo con su equipo las escuelas de todos los departamentos de Uruguay llevando educación alimentaria.

Trabajando como educador preescolar, hace más de 15 años comenzó a notar que algo no andaba bien con las viandas que la mayoría de los niños llevaba al jardín. Había “poco amor” en sos alimentos, recuerda siempre.

Con el tiempo, formándose como cocinero, logró unir sus dos vocaciones y creó el concepto de educocina de la mano del espacio Petit Gourmet, en el que un equipo trabaja para promover la conexión de los niños con la naturaleza, sobre todo a la hora de sentarse en la mesa y alimentarse.

Desde hace años el proyecto se esfuerza por llegar a más y más niños, incluso de a poco comenzaron a visitar diferentes departamentos del país. Lo hacían ya antes de la pandemia y debido a la situación sanitaria debieron bajar el ritmo. Pero este 2022 retoman la actividad y ya está en marcha La ruta de la educocina, con la idea de llegar a todo Uruguay.

La ruta de la educocina.

A fines de 2021 el equipo de Petit Gourmet retomó las recorridas que ya hacían desde antes de la llegada de la covid-19. Volvieron a los colegios con los que trabajaban semanalmente y recuperaron algunos de los que los venían visitando eventualmente en su espacio de cocina una vez al año.

Diego Ruete. Foto: El País
Diego Ruete. Foto: El País

Gracias a diferentes recursos en los últimos meses lograron llegar al norte del país y trabajar con muchas escuelas públicas de lugares como Artigas, Salto y Paysandú. “Eran departamentos que nunca habíamos visitado y tras recaudaciones colectivas en redes sociales, la colaboración de la fundación Gasteiz Martinicorena y la Intendencia de Paysandú lo pudimos llevar adelante”, contó Ruete a El País.

De esta forma, adelantaban sobre la marcha algo que venían planificando hace tiempo: La ruta de la Educocina.

¿Qué es La ruta de la educocina? Ruete lo explica así: “Se trata de organizar un poco mejor lo que venimos haciendo hace 10 años en Montevideo y en el interior del país, que es recorrer escuelas públicas llevando adelante nuestras acciones educativas y saludables con la cocina como eje central. El plan consiste en recorrer los 19 departamentos visitando escuelas y contando la historia, mostrando la geografía y las realidades de cada rinconcito que visitamos, generando no solo un impacto en la población escolar sino en la comunidad, fomentando el turismo y sobre todo visibilizando a un interior que la capital desconoce”.

A finales del 2021, casi al mismo tiempo que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) aprobó La ruta de la educocina para los Fondos de Incentivo Cultural (FIC), recibieron el certificado de interés educativo de parte de Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). “La educocina es ahora oficialmente una herramienta que puede entrar en las escuelas y de la que ojalá las autoridades de la educación sepan sacar el mejor provecho”, señaló el cocinero y educador preescolar.

La magister en educación Jimena Folle, asesora pedagógica que trabaja junto a Ruete en este proyecto, dijo a El País que parte de su labor es cuidar cómo se comunica a los niños, pero también a los docentes y familias: “A veces en lo cotidiano nos perdemos una oportunidad enorme de estímulos óptimos para el desarrollo de nuestros hijos, sostuvo. Por eso, destacó, el mensaje que dan parte de la base de aprovechar esas situaciones del día a día y de dar importancia al espacio del juego que tiene que tener el niño para el aprendizaje.

Las familias y docentes deben ayudar a que el niño se haga preguntas y vaya construyendo sus concepciones: no se trata simplemente de “darle de comer lo está en el plato”, sino que él debe saber lo que tiene allí para poder a través de los sentidos visualizar e ir desarrollando un sentido crítico.

Un trabajo gracias a las colaboraciones.

Ruete explicó que para poder llevar adelante el proyecto y lograr la meta de visitar centros educativos de los 19 departamentos del Uruguay, es de suma importancia el aporte que pueden hacer las empresas.

Por ese motivo, invitan a las que lo deseen a participar con la oportunidad “no solo de ser parte de una actividad lúdica, educativa y saludable en todo el país, ya que los FIC permiten descontar casi un 70% de lo aportado a través de IRAE y gastos de empresas.

Por el momento COUSA se ha sumado al proyecto y aprovechamos esta oportunidad para también invitar a otras empresas para poder completar el plan”, concluyó.

Aprender haciendo y jugando.

Las acciones que lleva a las escuelas La ruta de la educocina son siempre participativas y lúdicas: los niños ya saben que ese día van a visitarlos, saben quiénes irán, prepararon junto a los docentes la visita, investigando por ejemplo sobre el trabajo que hacen y sobre los alimentos que salen de la tierra y también todo lo relacionado a la alimentación saludable.

Tras una introducción y presentación mutua de equipo-escuela los niños descubren por deducciones propias, guiados por algunas preguntas, que lo más peligroso a la hora de cocinar es no lavarse bien las manos, esa deducción tras minutos de enumerar fuegos, cuchillos, ralladores y ollas de agua hirviendo se vuelve un aprendizaje significativo, detalló Ruete.

Ya con sus tablas, cuchillos y vegetales sobre la mesa y con la responsabilidad alerta de lo que significa estar en una cocina, empieza la etapa de cocinar, en la que entre todos realizan tres recetas basadas en frutas y verduras (que el 99% prueba y acepta, dice Ruete) juegos, canciones e historias en dos horas “que pasan volando”.

Luego los niños dibujan o escriben, de acuerdo a su edad, una reflexión sobre la experiencia, contó el educador y cocinero.

Un tema para atender, en casa y en la escuela.

La mala alimentación y el sedentarismo son factores desencadenantes de enfermedades, por lo que cuidar y atender una instancia vital y diaria que se da en casa y en escuelas como es alimentarnos debe ser una oportunidad y no un mero trámite, dijo Ruete.

“Tenemos que darnos cuenta que de esta actividad que es diaria y vital, podemos capitalizar no solamente habilidades blandas como lo son el trabajo de equipo, la paciencia, el diálogo o la tolerancia a las frustraciones, sino también que la cocina puede ser una herramienta formadora de hábitos saludables, de reconexión con la naturaleza y de investigación y descubrimiento mediante la manipulación de los elementos”, sostuvo.

Lo que dejó dos años de pandemia.

A dos años de que la pandemia por coronavirus se instalara en Uruguay, los niños se preparan este 2022 para volver a las aulas de manera presencial, y en muchos casos, marcados por la cantidad de meses de aislamiento y clases virtuales.

“Sin dudas el alejamiento de los niños de las escuelas trajo consecuencias que serán inolvidables para ellos, que pasaron casi dos valiosos años de sus vidas sin sus pares y perdiendo valioso tiempo para el desarrollo de diferentes habilidades”, sostuvo Ruete.

Sin embargo, el cocinero y docente agregó que “en algunos casos la pandemia favoreció, como puede ser que algunas familias volvieron a reunirse en torno a la mesa, dejaron un poco de lado al delivery y se pusieron a cocinar, se sentaron a la mesa con la tele apagada, se miraron a los ojos y se contaron cosas que capaz nunca se habían contado”.

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