Pareja de artesanos logró reconversión  laboral gracias a técnica de papel calado

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A Juan Andrés Carvallo (34 años) y Marianela Muñoz (33) siempre les gustó hacer regalos originales. Amantes del arte, la pintura y las artesanías desde niños, cuando se conocieron, hace cinco años, potenciaron esa búsqueda de lo diferente.

Fue así que navegando por Internet descubrieron a una pareja de hindúes que desde hacía 10 años aplicaba una técnica de papel calado mezclada con luz que los conquistó.

“Ellos lo hacen a una escala muchísimo más grande, tamaño de vidriera y lo aplican a las mandalas. Nosotros lo intentamos llevar a escenas más comunes, paisajes, y a una escala mucho más chica”, explica Juan Andrés a El País.

Con los hindúes como inspiración comenzaron a experimentar con el papel, separando capas, colocándoles color y luz… “Fuimos buscando diferentes tipos de técnicas, no hicimos ningún curso específico”, acota Marianela.

Poco a poco fueron dándole forma a Claro Oscura.

Empezaron con prototipos muy básicos y lo primero que hicieron fue una lámpara para regalarle a la ahijada de Juan Andrés. La silueta de una niña con un paraguas en medio de la selva, rodeada de ciervos, fue todo un éxito.

“Fue tanta la repercusión que tuvimos que todo el mundo quería una. Se dio un boca a boca entre familiares que sin querer nos vimos en una situación que dijimos ‘o tenemos esto como hobby o realmente nos dedicamos y le damos con fe’”, recuerda Marianela.

En ese entonces Juan Andrés todavía trabajaba en la empresa constructora de su familia, mientras Marianela lo hacía en el Correo Uruguayo. El tema fue que los pedidos se fueron acumulando e incluso sumándose aquellos que solicitaban piezas personalizadas. Se hizo necesario que al menos uno de los dos renunciara a su trabajo.

El empujón final se los dio el resultar elegidos para ser parte de la feria Ideas+, en la que ya llevan tres ediciones.

“Nos presentamos para ver qué pasaba, sin ninguna expectativa. Quedamos seleccionados y ahí fue cuando decidimos ir de lleno porque teníamos que producir una gran cantidad para vender a fin de año. Entonces nos hicimos un Instagram para que la gente nos fuera conociendo”, dice Marianela.

Juan Andrés renunció a su trabajo, Marianela se mantuvo en el horario matutino del Correo Uruguayo y juntos montaron el taller en una habitación de su casa en Las Piedras (Canelones), en el que muchas veces pasan más de ocho horas, sobre todo en las tardes.

Dibujantes técnicos ambos y con estudios de diseño de interiores y fotografía en el caso de Marianela, emprendieron un proceso de experimentación que ya lleva tres años y consideran que aún no terminó.

En ese camino tuvieron qué descifrar cuál era el papel ideal a emplear, darse cuenta de que la humedad que reina en Uruguay era un obstáculo a vencer, que debían identificar a los mejores proveedores y tener presente que en nuestro país no se venden papeles de grandes dimensiones como los que usan los hindúes.

“Esa búsqueda fue mutando. Empezamos con una caja de cartón forrada con papeles de regalo y cartulina común. Cuando empezamos a avanzar nos dimos cuenta de que no funcionaba por equis motivo y buscamos otros materiales”, cuenta Marianela.

En el proceso fueron quedando otras técnicas de lado que en un futuro planean retomar. “Cuando arrancamos con Claro Oscura hacíamos piezas de hormigón, piezas con madera reciclada. También hacíamos dioramas, que son como maquetas. Por ejemplo, una vez hicimos dentro de una guitarra una casita con vegetación y luz”, apunta Juan Andrés.

Por ahora prefieren no llenarse de pedidos porque saben que a partir de una determinada cantidad se les complica cumplir en tiempo y forma.

Así se vienen repartiendo entre los diseños que más los motivan, como los que tienen que ver con la arquitectura y la naturaleza, con los que les pide la gente, a la que a veces deben explicarle que no todo se puede y convencerla para poner su toque de Claro Oscura.