ENCUENTROS

Bares montevideanos se suman a campaña que fomenta la interacción entre extraños

Mesas Abiertas es una iniciativa española que busca combatir la soledad, en particular, la de adultos mayores

mesas abiertas ciudad vieja
La Petite Cuisine es uno de los establecimientos que ya se sumaron a Mesas Abiertas en Montevideo; está en la Peatonal Sarandí. Foto: Leonardo Mainé

Verde: el color de la esperanza, del optimismo y de la buena suerte. Para la iniciativa española Mesas Abiertas es señal de apertura. Es una invitación a sentarse con un extraño, mirarse a la cara y hablar de la vida. “Queremos combatir la soledad; casi es una epidemia”, dijo uno de los creadores, Juan Carlos Martín Yuste, quien llegó a Montevideo el 1° de enero para sumar restaurantes en la ciudad.

Ya hay cuatro inscriptos: Verde Comidas Naturales (en Tristán Narvaja y Uruguay), La Petite Cuisine (Peatonal Sarandí), Bar Facal (18 de Julio y Yi) e Irmans Tapas&Beer (Acevedo Díaz y Canelones); y hay, al menos, dos interesados a sumarse en breve en Montevideo, entre ellos, Mercado del Inmigrante; y otros en Punta del Este y Progreso.

El objetivo es conformar una “red de puntos de encuentro” para la interacción social sin ninguna pretensión romántica como pueden tenerla otras campañas de interacción humana.

Lo que busca Mesas Abiertas, en primer lugar, es que los adultos mayores salgan de sus casas –muchos viven solos– y tengan motivos para reinsertarse en la sociedad.

En cualquier lugar, el procedimiento es el siguiente: los extraños pueden sentarse en la mesa que luce un mantel (o servilletas) de color verde. Cada lugar asociado se identifica, además, con un cartel en la vidriera. Esto no representa ningún costo para el local: pueden acceder a los manteles de Mesas Abiertas o pueden usar los propios siempre y cuando tengan ese color predominante. “El espíritu de Mesas Abiertas solo tiene que ir con la conciencia o la idiosincrasia del lugar; no queremos poner barreras. Es algo positivo para paliar este problema”, indicó a El País.

Los interesados en participar tampoco tienen que depender de que un restaurante esté asociado a la campaña. Mesas Abiertas tiene pegotines para colocar en la parte trasera del celular para que la persona lo tenga a la vista e invite a quien quiera acercarse y charlar. “Es un símbolo que el celular esté dado vuelta”, apuntó Martín Yuste, puesto que el móvil y las redes sociales, a su juicio, han llevado al aislamiento, incluso entre los integrantes de una misma familia. “Hasta se lo ve en las cenas que cada uno está en su teléfono”, reconoció.

La epidemia de la soledad.

Mesas Abiertas nació en agosto de 2019 en Peñaranda de Bracamonte, una pequeña ciudad de la provincia de Salamanca. A pesar de que solo tiene seis mil habitantes, los creadores de la iniciativa advirtieron que era necesaria una acción para favorecer la empatía. “Se nos ocurrió hacer una red social física, de cara a cara, sencilla y económica de implementar”, indicó Martín Yuste, de profesión ingeniero aeronáutico y fundador de la ONG Estado Universal que ha encontrado en Mesas Abiertas la oportunidad de salir de fronteras. Pronto, los manteles verdes llegaron a Sevilla, Madrid y Barcelona.

No obstante, llegó el invierno a Europa y se decidió detener la promoción para aprovechar el verano en el hemisferio sur. Así llegó a Montevideo, capital de un país donde una de cada cinco personas es mayor de 60 años.

En Inglaterra, por ejemplo, el 75% de los ancianos vive solo; dadas las dimensiones del problema, en enero de 2018, la entonces primera ministra Theresa May creó el Ministerio de la Soledad.

Detrás de esto hay cuestiones de salud pública. Informes dan cuenta de que la soledad es tan perjudicial para la salud como fumar 15 cigarrillos por día o que también incrementa en un 30% el riesgo de padecer cardiopatías isquémicas o ictus.

Un ensayo publicado en The Lancet afirmaba que las personas que se sienten solas tienen una mayor tendencia a acudir al médico y, de esta forma, sobrecargan el sistema sanitario.

“Con esto estamos haciendo que una masa poblacional que está fuera del sistema se reintegre a la sociedad. Además, hay que recuperar los valores tradicionales como el respeto por el adulto mayor. Tienen mucho para decir”, comentó el español.

Si bien Mesas Abiertas apunta a los adultos mayores, no se quiere dejar de lado a otras edades. “La soledad es transversal; sucede mucho entre adolescentes también”, afirmó.

Conexión social.

Atento a la problemática social, Martín Yuste le solicitó una entrevista al próximo ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol, para que el espíritu de Mesas Abiertas sea incluido en “las estrategias para combatir la soledad” del nuevo gobierno y pueda llegar a plazas, estaciones de ómnibus y hasta organismos públicos y empresas con el objetivo de fomentar la integración de personas de diferente edad y de origen, puesto que también es una forma de integrar a los inmigrantes y de promover el turismo.

En este sentido, seguidores montevideanos de Mesas Abiertas han comenzado a concentrarse en parques los fines de semana para conversar y compartir un picnic. Una cita siempre se da en el Parque Rodó los domingos. Solo hay que estar atento a sus redes sociales. En Facebook se los encuentra como “Mesas abiertas - Open tables”.

En épocas de emprendimientos de citas rápidas –cinco minutos para hablar con diferentes candidatos durante una cena– y plataformas tecnológicas para encontrar pareja como Hppen o Tinder –por nombrar solo las más conocidas–, Martín Yuste apunta que Mesas Abiertas no persigue esa intención. “Lo otro tiene un carácter frívolo; esto no”, afirmó.

Lo que se busca es recuperar la conexión social en vivo y en directo, en particular, entre los adultos mayores y entre todas las edades. Pero si el amor llega a la mesa, también es bienvenido.

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error
Temas relacionados