Pablo Oyhenart llegó a la televisión: viene del stand up y está en dos éxitos de Canal 12

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Pablo Oyhenart celebró sus 11 años haciendo stand up con dos fechas en el Undermovie pero tiene más motivos para festejar. Fue guionista de ¿Quién es la máscara?, y ahora de Fuego Sagrado 2, por ejemplo. Y desde la semana pasada es el capitán del equipo verde (el que comandaba Sole Ramírez en la nueva temporada de Poné Play, los lunes a las 21.15 en La Tele.

Sobre su trabajo como libretista, su faceta de humorista y algún secreto de ¿Quién es la máscara?, habló Oyhenart con El País.

—Junto a Majo Álvarez te sumaste a Poné Play. ¿Cómo te lleva?

—Es algo increíble y totalmente inesperado. El otro día pensaba que durante la pandemia se cortó todo y ahora surgió una cosa atrás de la otra. Estoy un poco anonadado, no puedo creer todas estas cosas lindas que están pasando.

—¿Sos de escuchar música?

—Me encanta. De chico tocaba la guitarra y si bien ahora solo la rasco, me gusta y la tengo siempre conmigo. También toco el ukelele y hace poco comencé a coleccionar vinilos. Siempre que ando por la feria me compro alguno. La otra vez fui a Buenos Aires y me compré uno que buscaba hace tiempo, uno de Bill Withers, el que canta “Ain’t no sunshine”. Ahora, haciendo Poné Play siento que para algo sirvió escuchar tanta música. Le estoy sacando provecho y me divierto pila.

—¿Qué categoría no elegirías para el desafío final?

—En todo lo que es el trap y reguetón nuevo, estoy bastante perdido. Me mezclo los artistas, me confundo a Bad Bunny con J Balvin, no conozco a Bizarrap, soy un desastre. A esa categoría, si puedo zafar lo hago, y cuando sale digo “paso” o tiro alguno y por ahí le emboco. Es una buena estrategia porque en algún momento sale alguno de esos. Es como tirar un triple con los ojos cerrados, y en una de tantas embocás.

—Este año también trabajaste como guionista ¿Cómo llegás a sumarte al equipo de ¿Quién es la máscara?

—Eso estuvo increíble. En la pandemia le había escrito a una productora de La Tele y le dije que quería hacer algo en televisión. Al tiempo me propuso sumarme a ¿Quién es la máscara?. Fue una gran responsabilidad porque me estaban poniendo entre los pocos que iban a saber quiénes eran los famosos escondidos. Estuvo divertido pero no le podía decir a nadie que estaba trabajando en el canal. Había mucho secretismo, trabajaba en una oficina fuera del canal y me iban pasando los nombres de los famosos para que escribiera las pistas. Con algunos tuve contacto telefónico o por Zoom para chequear datos y no decir alguna cosa que no estuviera actualizada. Fue divertido desarrollar la creatividad en las pistas.

—Imagino que es distinto al trabajo para Fuego sagrado 2.

—Sí, es otro desafío. Es una competencia de cocina y lo que sé de ese mundo es que me encanta comer. Tuve que aprender un montón porque el trabajo se divide en tres partes, se escribe un guion con todo lo que va a suceder, después miramos lo que ocurre mientras se graba para ver si se le quemó el tomate a uno, o se le cayó una pinza a otro. Y después escuchamos las entrevistas de los participantes para seleccionar aquellos momentos para cuando se le cayó tal cosa a uno o le pasó otra cosa a otro. Así generamos el guion.

—Junto a Germán Medina, Pablo Magno y Sebastián González sos parte de una generación de comediantes que vienen del stand up y llegaron a la televisión.

—Empezamos todos medio que juntos. El stand up es mi profesión, mi sustento y lo que me encanta hacer. Nos conocimos con Germán, Seba y Shulay Cabrera porque cuando arrancamos había dos o tres boliches que hacían stand up, y nos veíamos tres veces por semana. Llegó un momento que los veía más a ellos que a mi familia.

—Con algunos de ellos armaron el espectáculo Estos. ¿Sirvió para abrir puertas y darse a conocer más?

—Sí, con Germán, Seba y Pablo hicimos Estos que duró seis años y nos fue bastante bien. Sí, nos abrió otras puertas para llegar a más público y además empezamos a trabajar en distintos medios. Está buenísimo porque el humor es una linda forma de comunicar. Puede ser sano y divertido para todos porque no tiene que ser ofensivo.

—¿Cuál es el objetivo del humor?

—Creo que el objetivo es generar empatía y eso se consigue haciendo algo gracioso para todo el mundo y que nadie se sienta ofendido.

—¿Cuál sentís que ha sido el diferencial de ustedes?

—Capaz que lo que le aportamos fue el crecer juntos y hacernos amigos. Nos compartimos la información que tenemos, y si surgía un lugar nuevo nos los decíamos. Lo mismo con las primeras salidas al interior, siempre nos pasamos esa información. Fuimos de abrirnos las puertas entre nosotros, y esas puertas quedaron abiertas para todos, porque la movida del stand up es mucho más que nosotros. No hay que ser celoso de la información porque cuantos más lugares haya, más trabajo habrá para todos. Me encanta decir que mi trabajo es hacer humor. Ya sea sobre un escenario o en Poné Play trato de ponerle mi cuota de humor.

—Más allá del humor, Poné Play es una competencia. ¿Cómo te llevás con eso?

—Soy muy competitivo y me gusta ganar. Trato de maquillarlo porque soy buen huésped, entonces como que pasa un poco desapercibido.

—¿Hay idea de más shows para los próximos meses?

—Para octubre no programé nada porque el 22 me caso. Estoy en esas semanas previas que mejor no agendarme mucha cosa porque seguramente tenga alguna reunión. Los shows los dejo para fin de año.