ENTREVISTA

Martín Fablet debuta en "Los 8 escalones": "Los disparates que digo tienen fundamento"

El comunicador habla de su nuevo rol como conductor de "Los ocho escalones", trabajar junto a Jaime Clara en "Buen día", la radio y los haters

Martín Fablet. Foto: Difusión
Martín Fablet. Foto: Difusión

Esta noche llega una nueva temporada del programa de entretenimientos Los ocho escalones. Además de un nuevo “experto” -se suma Miguel Nogueira al equipo que integran Julio Frade, Valeria Tanco, Sebastián Beltrame y Diego Fischer-, el principal cambio es que Martín Fablet se estrenará como el conductor del formato.

El integrante del periodístico matutino de Canal 4, Buen día, y del programa de Radio Sarandí, Las cosas en su sitio, será el anfitrión de la nueva etapa del programa tras la salida de Gustaf, quien ahora se encargará de la versión uruguaya de Ahora caigo, que estrenará en el segundo semestre. Y en la previa al debut, Fablet habló con El País.

—Fuiste participante en la edición famosos, integraste el equipo de “expertos” y ahora conducís Los ocho escalones. Era el rol que te faltaba.

—Estuve en todas las posiciones, y la macana es que Gustaf me deja una vara muy alta. Al menos para mí, porque lo que me gustaba era verlo a él. Ahora el programa toma más protagonismo y el conductor va a pasar a un segundo plano.

Martín Fablet. Foto: Difusión
Martín Fablet. Foto: Difusión

—¿Por qué te tirás para abajo?

—Lo que pasa es que Gustaf particularmente me gusta mucho y me parece que era un gran llamador. Yo como conductor, sin modestias, soy correcto, pero en esta nueva temporada lo que se realza es el producto, Los ocho escalones como certamen del saber. Va a ir más por ese lado.

—La conducción no es nueva para vos, ya que hiciste La noche menos pensada hace una década. ¿Por qué no siguió ese late night show?

—Por el horario y porque los pastores pagaban más. Salía tarde y era difícil hacerlo, a diferencia de lo que pasa en otros lados del mundo. Creo que es el programa más lindo en el que he estado. Justo ayer estuvo en Buen día Julia Möller y se acordaba de que hacíamos las mismas lecturas que ella en el (programa) Punto final.

—Ahora que hablás de Buen día, ¿cómo es trabajar con Jaime Clara, con quien llevás varias temporadas compartidas en Radio Sarandí?

—Con Jaime hay una conexión y dinámica de laburo de hace muchísimos años. En radio, Jaime es bastante divertido y creo que se puede replicar en la televisión, porque es un culturoso de verdad. Además, son muy pocos en el medio a los que puedo tomarles el pelo, porque hay mucha confianza. Sabemos cuáles son los límites, aunque le he hecho cualquier cosa: le solté pájaros dentro del estudio, le llevé un parrillero con chorizos, cualquiera he hecho. Ahora me advirtieron que no lo haga, pero es difícil, porque el gordo es muy bueno. Además, nunca lo agarrás mal parado.

—Vos también tenés una trayectoria en los medios. ¿Cómo ves tu evolución desde que llegaste a la radio?

—El gran responsable de mi incursión en los medios es Ignacio Álvarez. Le pedí para hacer publicidad de la empresa en la que trabajaba, y cuando le explicaba lo que quería hacer me dijo: “Hacelo vos”. A partir de ahí emepcé a hacer publicidad de las cosas que vendía, y le gustó a Nacho que hablara de tecnología. Eran unos bolazos satánicos. Así que fue Nacho el que me dio para adelante.

Martín Fablet. Foto: Difusión
Martín Fablet. Foto: Difusión

—¿Y por qué no te fuiste con él a La Pecera, en Azul FM?

—Porque es un ciclo terminado; hacer radio con él ya está. Además, soy como los gatos que no quieren al dueño, quieren la casa. Estoy enamorado de Radio Sarandí, de ahí no me muevo.

—Has desarrollado un perfil polémico. ¿Te gusta la pelea?

—Mi filosofía es: todo me chupa un huevo. Ya sea en las redes o lo que se pueda decir de mí, no me afecta en nada. Por eso me usan un poco en eso de: tiralo a Fablet a ver qué disparate dice. Igual, son disparates honestos. Generalmente un disparate es algo infundado, o que le falta raciocinio. Creo que muchas veces los disparates que digo tienen un fundamento y raciocinio y por eso me parecen que pueden ser, de alguna forma, valiosos.

—¿Cuánto te llevó construir esa actitud?

—Soy así desde siempre. Lo único que me puede molestar es que le manden un mensaje a mi hija y le digan: “Qué mala suerte el padre que tenés”. Ese es el único flanco, mi debilidad, porque conmigo hacé lo que quieras, de verdad que no me importa. Pero que se metan con mis hijas no me gusta nada.

—¿Te influyen los haters?

—No me importan y tengo toneladas de haters. Lo que sí, me encantaría que lo hicieran de forma personal, pasaría mi teléfono para que me llamen, así me odiarían con propiedad. Muchas veces las broncas son por gente que se quedó con el titular. A veces los portales son podridos, la gente ve el título y no entra a la nota o escucha el audio, pero sí saca sus conclusiones. Y muchas veces no es lo que uno dijo. Igual, nunca me pasa eso de: “Lo que quise decir fue tal cosa”. No, siempre quiero decir lo que digo; en eso no me equivoco ni pido disculpas.

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