ENTREVISTA

Giovanna Martinatto y el desafío de crear, disfrutar y mantenerse en movimiento

La exbailarina y coreógrafa habla de "Alicia en el país de las maravillas", ballet que se estrena en el Teatro Solís con entradas agotadas

Giovanna Martinatto. Foto: Marcelo Bonjour
Giovanna Martinatto. Foto: Marcelo Bonjour

Hace cinco años que se retiró del Ballet Nacional del Sodre, pero Giovanna Martinatto tenía claro que su carrera no terminaba cuando dejara de subirse al escenario.

"Mi madre siempre me decía: tenes que tener metas y sueños a corto, mediano y largo plazo. Eso me quedó toda la vida. Creo que es una enseñanza que tiene que estar siempre", dijo a El País la exbailarina, profesora y coreógrafa cuya última creación el ballet Alicia en el país de las maravillas se estrena esta noche en el Teatro Solís. Serán tres funciones hasta el viernes; todas tienen entradas agotadas.

Martinatto está con los nervios previos al estreno y cuando se encuentra con El País para charlar, sigue ultimando detalles. Si bien son más responsabilidades que cuando bailaba, a Martinatto le gustan los desafíos.

"Cuando uno baila, especialmente en una compañía como el BNS que por suerte tiene muchos equipos, como bailarín vas a las clases, tenés una prueba de vestuario, ensayás y estás focalizado en bailar, nada más", dijo. "De lo externo, a veces ni te enterás. En cambio acá estas en otro lugar, tenés que tomar pila de decisiones y estar atento a lo que elegiste".

Imagen de "Alicia en el país de las maravillas". Foto: Leo Barizzoni
Imagen de "Alicia en el país de las maravillas". Foto: Leo Barizzoni

Esta no es la primera coreografía de Martinatto, quien el año pasado estrenó Pausa, también en el Solís y también acompañada por la Filarmónica de Montevideo.

Además dio clases online para el exterior. “Eso fue por salud mental más que nada, porque hay que seguir”, contó. “La pandemia fueron unos meses complicados porque fue un momento en el que decís: ‘ahora qué hago’”.

Ella estrenó espectáculos y preparó esta Alicia, una creación que comenzó a armar en enero.

Todo comenzó con una selección de músicas que le envió el maestro Martín García, y mientras Martinatto iba leyendo el libro, escuchaba las músicas.

Imagen de "Alicia en el país de las maravillas". Foto: Leo Barizzoni
Imagen de "Alicia en el país de las maravillas". Foto: Leo Barizzoni

La coreógrafa cuenta con varios amigos que ha ido cosechando y quienes la ayudaron a realizar el espectáculo. Hugo Millán en vestuario, Dolores de Arteaga y García quien estará al frente de la Filarmónica.

Al igual que con Pausa, lo que se verá en Alicia en el país de las maravillas es una mezcla entre ballet clásico y contemporáneo: ella lo define como neoclásico.

“Las puntas van a estar”, avisó. “No me siento atada a la estructura del ballet clásico, pero tampoco con lo contemporáneo y por eso este término medio. Van a ver momentos de ballet más contemporáneo y las chicas van a estar en punta que es más clásico. Hago esa mezcla, además, porque siempre me gustó bailar muy libre. El clásico puro me costaba y siempre me sentí más guiada por un camino del medio que es lo que se va a ver acá”.

Y ella misma estará en escena para interpretar a la villana de la historia: la Reina Roja, mientras que Alicia será interpretada por Melissa Oliveira que también integró el cuerpo del BNS.

Imagen de "Alicia en el país de las maravillas". Foto: Leo Barizzoni
Imagen de "Alicia en el país de las maravillas". Foto: Leo Barizzoni

—¿Cómo es crear un espectáculo así? ¿Se piensa desde pequeñas piezas que se van ensamblando, o se lo concibe como algo global?

—Se trabajó de la misma forma que se hizo con la música. Martín me fue enviando músicas y yo mientras leía el libro buscaba las melodías ideales. Así que lo fuimos armando por partes. Lo mismo pasa en los ensayos y después se unifica todo y se ve si falta algo. Es un trabajo creativo y muchas veces me pasa que cuando monto una coreografía y después la veo plasmada y sale, digo: “¡Qué suerte que sale, gracias chicos!” Porque está todo en tu cabeza. A veces pasa que no sale y buscamos otra forma, y hay que definir y pensar en otra cosa.

—¿Sos así de pragmática para todo?

—Sí. Para mí es esencial para poder seguir adelante. Si quedás como trancado en una idea y nada más, no seguís a lo siguiente.

—¿Y cómo fueron surgiendo los movimientos?

—Muchas veces estoy sentada en la cama escuchando la música y veo imágenes que escribo. O cuando me voy a acostar, en ese entresueño veo movimientos que pueden hacer y los escribo. Tengo un cuaderno donde anoto absolutamente toda la coreografía. Siempre elijo un cuaderno distinto para plasmarlo, y le voy poniendo los personajes y lo que hacen en cada momento, es un registro.

—Además de convertirse en repertorio de la compañía, es una forma de poder llevarlo a otro lado.

—Hacer una coreografía en el exterior es un pendiente que tengo, me encantaría y ojalá en algún momento se de. Por eso, además de lo escrito queda el registro audiovisual que siempre sirve.

Giovanna Martinatto es primera bailarina del BNS. Foto: Ariel Colmegna.

—¿Qué significó el BNS?

—Ahí pasé divino. Para mí es una compañía increíble. Fui a ver Raymonda y me encantó lo que hicieron, admiro a los bailarines que están y al equipo porque fui parte de eso por muchos años. Entonces uno le tiene un gran cariño a ese lugar. Ahora entro y veo el escenario desde otro lado, es diferente. Siempre estaba arriba, y sentarme en la platea y poder disfrutar de eso es maravilloso. Le mandé un mensaje a María (Riccetto) felicitándola porque sé lo que es ese tipo de trabajo para que todo salga perfecto.

—El perfeccionarte es algo que no termina, y hace poco estuviste en un festival de danza en Brasil. ¿Qué se aprendió allí?

—Estuve en el festival Joinville, que para mí es el más importante de Latinoamérica y fui como maestra invitada. María fue como jurado y yo fui la única profesora extranjera, y estuvo espectacular. Me sentí adoptada por los brasileros, estuve dos semanas dando cuatro clases por día y fue divino.

—Eso de estudiar en el extranjero no es nuevo para vos. Tenías 17 años cuando te fuiste a Cannes a estudiar.

—Sí. Esa fue una beca que me salió a los 17 años. Es una escuela internacional que hay en Cannes y tuve la posibilidad de tomar clases con Rosella Hightower y fue una experiencia increíble. Hace poco hice una maestría en la Royal Academy of Dance en Londres y en unas semanas me voy a buscar el título, así que son muchas cosas buenas que están pasando al mismo tiempo.

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