ENTREVISTA

Cinco actrices y un director en una comedia exitosa que llega a su último fin de semana

El País charló con Domenico Caperchione quien hizo la dramaturgia de "Solo las chicas" sobre un texto de Cesare Pavese que se puede ver en el Teatro Circular

Solo las chicas
Solo las chicas

A Domenico Caperchione, por lo visto, no lo amedrentan los desafíos. Su anterior obra, Devenir Felisberto estaba basada en Por los tiempos de Clemente Colling de Felisberto Hernández. Y ahora se encarga de la dramaturgia y la dirección de Solo las chicas, sobre novela de Cesare Pavese.

El resultado es una comedia para cinco actrices que traslada el Torino de posguerra a la Montevideo de la salida de la dictadura. La protagonizan Carla Moscatelli, Sofía Corso, Patricia Fry, Mariana Piven y Victoria F.. Astorucci.

Este fin de semana son las últimas funciones en el Teatro Circular: el sábado a las 21.00 y el domingo a las 19.30. Le ha ido tan bien que Caperchione promete volver el año que viene pero es mejor asegurarse: es entretenida e interesante, una combinación que se agradece.

Sofia Corso
Sofía Corso en "Solo las chicas"

“La obra ha ido creciendo en estas funciones”, le contó Caperchione a El País. “Las actrices van afianzándose y cuanto más fogueo haya mejor”.

—El teatro, es en definitiva, un work in progress...

—Siempre pueden aparecer cosas y hay que estar abiertos y atentos a eso que irrumpe y si sirve se queda. Y eso pasa incluso cuando ya está estrenada. A veces le digo al actor o a la actriz “eso que hiciste dejalo porque está buenísimo”. En el teatro hay muchas cosas que tienen que ver con lo azaroso, con lo accidental. Y más en esta obra que tiene un ritmo muy intenso y pasan de un personaje a otro constantemente. Lo mágico del teatro es que es algo que va cambiando todo el tiempo y nunca va a ser igual y la obra se completa con el público.

—Trata mucho con la dramaturgia, convertir textos literarios en piezas teatrales. ¿Qué tiene que tener un texto para tentarlo a entrar en ese proceso?

—Tanto Devenir Fesliberto como Solo las chicas surgen de dos grandes textos lo que plantea de entrada un desafío. Y acá tiene toda una cuestión de cómo Pavese pensaba y vivía la vida y llega a cosas bastante profundas. Si bien este no es su texto más emblemático, igual tiene muchas características que aparecen todo el tiempo en su obra y que a mí siempre me interesaron. Así estaba el desafío de cómo llevarlo a escena y lidiar con las cosas sobre las que interpela. Y veía en este material la posibilidad tanto de hacer reír como de hacer llorar: tiene una veta dramática y desarrollamos mucho una veta cómica. Vi la posibilidad de jugar con ciertas cosas que iban a hacer que el público se riera, pero que también el drama lo sorprendiera.

—¿Le interesa ese contraste?

—Sí, y darle la posibilidad al actor de mostrar ese abanico. Hay actores que son muy versátiles y se lucen tanto en el drama como en la comedia y cuando pasa, como con estas cinco actrices, hay que aprovecharlo porque eso también es una manera de encantar al espectador.

—La obra le exige mucho a sus actrices.

—Era un gran desafío porque además tienen que hacer también los personajes masculinos. Carla Moscatelli, no pero las otras sí. Lo de Carla es muy demandante pero las otras también con toda la cuestión del desdoblamiento cuando lo más lo más común es ver hombres haciendo de mujeres, pero no a mujeres haciendo de hombres. Ahí teníamos otra zona para descubrir y fue algo muy rico que actualizó la propuesta. Y cuando a los actores -o en este caso, las actrices- le das las posibilidades de crear, se involucran de otra manera. Siempre estoy abierto a las ideas geniales. Y en este equipo hay mucha creatividad de todos. 

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