ESTRENO

"La bella Helena", la opereta que llega al Solís con un debut y homenaje a tres uruguayos

El 27 de diciembre se estrena en el Teatro Solís la opereta "La bella Helena"; su directora, la argentina Rita Cosentino, cuenta los detalles.

Parte del elenco de "La bella Helena" en el Teatro Solís junto a María Inés Obaldía. Foto: Santiago Bouzas
Parte del elenco de "La bella Helena" en el Solís junto a María Inés Obaldía. Foto: Santiago Bouzas

El 27 de diciembre se estrena la opereta La bella Helena, título que cierra la temporada de Ópera 2022 del Teatro Solís. Cuenta con música de Jacques Offenbach, tendrá la dirección escénica de la argentina Rita Cosentino y servirá para homenajear a tres figuras del teatro uruguayo.

Eso se debe a que se representará la adaptación y traducción que realizaron China Zorrilla y Taco Larreta, pero también porque Omar Varela, recién fallecido, dirigió una versión de esta opereta hace ya 30 años.

El espectáculo -que cuenta con artistas líricos, la Banda Sinfónica de Montevideo y la Comedia Nacional- tendrá 50 artistas sobre el escenario y funciones hasta el 30 de diciembre. Las entradas se adquieren por Tickantel desde 400 a 1.650 pesos.

Con La Bella Helena debuta en los teatros uruguayos la reconocida directora Rita Cosentino, quien ha sido Coordinadora del Centro de Experimentación del Teatro Colón de Buenos Aires, y actualmente es responsable del Departamento Pedagógico del Teatro Real de Madrid.

Estuvo por estrenarse en Montevideo hace más de 10 años, cuando Ariel Cazes la convocó para hacer Werther en el Sodre; finalmente, el proyecto no prosperó. “Esta es mi primera vez acá y estoy doblemente feliz”, dijo Cosentino a El País luego de la conferencia en el Solís, donde se presentó el espectáculo a la prensa.

Parte del elenco de "La bella Helena" en el Teatro Solís junto a María Inés Obaldía. Foto: Santiago Bouzas
Parte del elenco de "La bella Helena" en el Solís junto a María Inés Obaldía. Foto: Santiago Bouzas

En esta oportunidad, Cosentino recibió el llamado de Martín Jorge, director de la Banda Sinfónica. Modificó su agenda, aceptó la propuesta, y desde agosto trabaja en esta puesta en escena porque, dijo, le interesa mucho el título.

“Cuando me dijo: ‘Es La bella Helena’, no dudé, porque es un compositor que me puede”, comentó Cosentino, quien presentará, con humor y sarcasmo, la huida de Helena con Paris de la guerra de Troya.

Cosentino ha dirigido “óperas serias” como Madame Butterfly, Rigoletto o Gianni Schicchi, pero en los últimos años le han ofrecido algunas cómicas, como en este caso.

“Siempre pensé que servía para la ópera seria, los dramas y las tragedias, pero hace unos años me di cuenta que tengo mi costado alegre y que sirve para la comicidad. Eso lo fui descubriendo porque no pensaba que servía para ese registro cómico”, dijo Cosentino.

La bella Helena es una opereta. ¿En qué se diferencia de una ópera?

—No son lo mismo, la opereta no es ópera. Se podría decir que está del lado de la ópera bufa y de la cómica, pero se diferencia porque esas óperas no tienen tanto texto hablado. Está dentro de la línea de la zarzuela, el singspiel alemán y la opereta vienesa. Y uno de los primeros que acuñó el término opereta fue Offenbach. A partir de ahí se deriva el vaudeville francés, género que tiene su manera y musicalidad propia.

—¿Entonces es precursora de lo que hoy es el musical?

—Sí, se puede llegar a decir que el musical es un derivado. Es fascinante ver cómo el género evoluciona de manera diferente en cada país. Offenbach hizo muchas obras. Las escribía muy rápidamente, y la melodía después se cantaba en toda Europa. Era muy buen músico y tuvo mucho éxito en Francia.

—¿Fue uno de los primeros artistas populares?

—Hay que pensarlo así: como en otra época ocurrió con Mozart, eran estrellas de rock. Nos cuesta imaginarlos de esa forma, pero tuvieron mucho éxito en su propia época.

—La bella Helena es una historia sobre políticos corruptos. ¿Cómo repercutió para el gobierno de aquella época?

—Estaba muy bien disfrazada la crítica por la comicidad, pero se decían algunas cosas.

—Y el tema se mantiene.

—Sí, y de antes, porque es parte de la naturaleza humana. Viene de una narrativa religiosa que nos atraviesa hasta estos días: el bien y el mal. Estamos construidos de eso.

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