Al menos se pudieron reconciliar Jorge Rial y su hija Morena

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El otro día me llamó mi amiga Irene para contarme de Jorge Rial.

No me digas más, le dije en seco, ya me tiene patilluda que se ponga a hablar desde la comodidad de su casa y sin nadie que lo presione, sobre los famosos.

Ah, pero cómo te pusiste, te dije Rial y se te prendieron las alarmas, retrucó mi amiga.

Bueno, no es para menos. Ya sabés que me gusta mucho la Juanita Viale, y el Jorge salió con los tapones a decir que nunca había entregado un currículum en su vida.

No es por estar de su lado, pero en cierta manera tiene razón. La gurisa es simpática, talentosa y todo lo que quieras, pero cuando decidió llegar a los medios ya tenía medio camino hecho gracias a su apellido y familia.

Puede que tengas razón le dije sin dar el brazo a torcer. ¿Era por eso que me llamabas?

No, pero por cómo te pusiste no sé si te lo quiero contar ahora, dijo.

Dale, contame qué le pasó al Jorge.

A él nada, pero como su hija, More Rial, está en medio de una batalla campal con su madre, Silvia D'Auro, ahora se amigó con su padre y se mandan mensajes de aliento del estilo “Mi familia, hasta el último día”.

Bueno, pasando raya y sin prejuicios me parece bárbaro que se hayan amigado. Son familia y por más problemas mediáticos que tengan o hayan tenido, tienen que mantenerse unidos, como la familia que son.

Te pusiste sensible, dijo mi amiga Irene.

Sí, pero ya se me pasa.