Gastón "Rusito" González: "Siento que al humor se lo está castigando demasiado"

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El domingo, Los Muchachos volvieron al Teatro de Verano para presentar “Los juegos del hambre”, el espectáculo con el que concursan —y defienden título— en la categoría parodistas del Concurso Oficial de Carnaval 2022.

Y, al igual que en su espectáculo 2020, el conjunto retomó su personaje de “Luis”, una imitación del presidente Lacalle Pou a cargo de Gastón “Rusito” González. Su actuación, que parodia las conferencias de prensa que el presidente ofreció durante la etapa más oscura de la pandemia, se volvió tendencia en Twitter y despertó halagos y críticas.

Sobre su paso por el Teatro de Verano, González dialogó con El País.

—¿Cómo fue la experiencia de retomar al personaje de Lacalle Pou para el espectáculo 2022 de Los Muchachos?

—No me gusta repetir personajes, pero como los letristas lo plantearon entendí que las conferencias de prensa del presidente fueron de lo más importante del año pasado. Así volvió Luis, que lo tomo como una caricatura y no como una imitación, pero también hago de Gustavo Salle y L-Gante, que son otros de los personajes del año. Al presidente lo trato de hacer con mucho respeto, aunque a veces leo en redes y en notas que lo que hago es un poco ácido, pero el juego que Luis hace con los periodistas se hizo siempre con cualquier presidente. Igual, hay gente que dice que es un palo lo que se hizo en chiste, pero te digo que el domingo se le dio palo a todos: nos metimos con el Frente Amplio, el paro del 8 de marzo, Marcelo Abdala y hasta Esteban Valenti. Hay gente a la que no le gusta el carnaval —algo totalmente respetable— que ve solo un fragmento de la actuación y piensa que te estás repitiendo, pero esta es una caricatura que se podría haber hecho en otros años cuando se hacía humor político.

—¿Sentís que la resistencia ante el humor político está creciendo?

—Ahora está toda la onda de la grieta, que ojalá pueda desaparecer pronto, y se etiqueta a la gente que hace carnaval. Pero, realmente, los personajes son tomados desde la ironía y son una caricatura de lo que pasa el año. Igual, el arte es libre y uno tiene derecho de decir lo que siente, y la gente tiene derecho a interpretar lo que quiere.

—¿Considerás que las redes fomentaron este tipo de divisiones? Hay gente a la que no le interesa el carnaval, pero que cuando ve un fragmento de una parodia en redes sociales lo toma como un ataque al partido que defienden.

—Lo que pasa es que con el humor político se piden límites y no nos damos cuenta de que, al final, vamos a terminar siendo seres limitados y eso no está bueno. Cada uno sabe hasta dónde puede ir, pero al carnaval y al humor se les está pidiendo límites sin tener en cuenta que cualquier hecho artístico es un reflejo de la sociedad...

—Y en la parodia, aunque resulte obvio, la exageración y la caricaturización de los personajes son esenciales.

—Claro, pero hay que aclararlo constantemente. El humor se basa en la exageración para que haya risa. Claro que es una realidad que no inventamos nosotros, pero lo que me da miedo es la delimitación del humor y esa creencia de que todo es culpa del humor. En este momento, el humorista está limitado porque si habla de política lo etiquetan y si dice otra cosa está discriminando, entonces llega un momento en el que no podés hacer absolutamente nada. Y eso no está bueno porque en el complot que hay entre el público y el artista se genera una situación bárbara en la que todos nos reímos, pero al otro día se viraliza un recorte del espectáculo. Me parece que al humor lo estamos castigando en demasía, y tanto que se suele decir que el humor es salud mental, tratemos de cuidarlo porque le estamos dando demasiado palo.

—Más allá de las parodias políticas, la caricaturización de la pandemia funciona como una herramienta para, a través de la risa, tratar de superar lo que sucedió en estos dos años. ¿Lo notaste en el intercambio con el público?

—Sí, se genera algo divino y pasa desde los dos lados eso de mirar lo que pasa en el escenario y decir: “Yo viví esto de quedarme sin laburo y tener que reinventarme”. A veces, te reís de la desgracia cuando pasó y nosotros lo hacemos con mucho respeto. Por ejemplo, a la gente de las ollas populares le damos las gracias porque dio la vida para que no le falte un plato de comida a sus vecinos. Eso es lo bueno que nos sacó la pandemia. También ofrecemos postales de amigos y familiares que nos robó la pandemia. Después, con la idea de “Los juegos del hambre”, tiramos mecha y no solo nos metemos con la política: cuando hago a Salle es porque está harto de cualquier cosa y siempre quiere denunciar algo; o cuando Jime (Jimena Vázquez, de Queso Magro) hace de Graciela Bianchi es para representar lo que ella hace en su cuenta de Twitter. Nosotros no hacemos más que representar o exagerar lo que hacen en las redes sociales, pero se suele ir contra el humorista cuando en verdad es una adaptación de lo que pasa en la realidad.

—Ya que mencionaste a los seres queridos que fallecieron durante la pandemia, en el final del espectáculo ofrecerás un homenaje a Ariel “Pinocho” Sosa. ¿Cómo surgió la idea?

—Pinocho fue una persona muy importante en el carnaval y no importa nuestra competencia con Zíngaros porque yo lo estoy nombrando a él. Siempre lo vi como un superhéroe y recuerdo que cuando era chico y lo veía en el tablado de Malvin decía: “Yo quiero ser como él”. Luego, cuando tuve 18 años, tuve la suerte de salir con Zíngaros y pude conocerlo más y acercarme a él.  Es una figura imborrable del carnaval y estoy seguro de que, cuando crezcan mis hijas, van a ser hablando de él porque logró trascender lo artístico. Yo siempre decía que en febrero, sin importar cómo estén los Zíngaros, Pinocho iba a ser una figura. Me emociona poder decir cosas que él solía decir en el Teatro de Verano, como:“Dame luces de platea” y “Aplaudan, no dejen de aplaudir”, porque ese era su lugar en el mundo. También agradezco a (Néstor) Pallares, porque siempre que escuchaba la radio quería que me nombrara; a (José María) “Catusa” Silva y al “Cachila” Silva. Para mí fue muy importante agradecer a todas esas personas porque sé que si no fuera por ellos, hoy no estaría existiendo en el mundo del carnaval.