ENTREVISTA

Mariano Gallardo Pahlen hizo el mejor disco uruguayo de los últimos dos años; ahora lo desarma

El cantante, compositor y productor finalmente tocará en vivo "Los sueños de los otros", este viernes en La Trastienda y en nueva versión.

Mariano Gallardo Pahlen y su nuevo proyecto. Foto: Majo Casacó
Mariano Gallardo Pahlen y su nuevo proyecto. Foto: Majo Casacó

Es el disco que hizo porque el cuerpo se lo pedía, porque no podía más, porque sentía que se iba a morir. El que llegó justo con la pandemia. El que se editó en Japón y después, en vinilo en Uruguay. El que tocó en una iglesia. El que casi no ha sonado en vivo y el que, en los últimos dos años, se ganó un lugar entre los mejores álbumes uruguayos en lo que va del milenio. El que ahora desarma, deshace, destruye, para volver a nacer. Eso, todo, es Los sueños de los otros, el disco debut de Mariano Gallardo Pahlen que mañana, finalmente, será presentado en vivo en La Trastienda: una obra que no hay que dejar pasar.

Es, dice el cantante, músico y compositor, el primer show oficial de este proyecto que desde que comenzó hasta ahora, no ha parado de mutar. ¿El último giro? Gallardo llevará un complejo disco de estudio, atravesado por lo orquestal y lo suntuoso, a la pista: mañana, en La Trastienda, ofrecerá una experiencia bailable de la que prefiere contar poco.

Adelanta que serán 11 músicos en escena (todos los que están en la foto), recomienda ir con ropa cómoda, evita dar detalles e invita a celebrar la corporalidad. Quedan entradas a la venta en Abitab.

En los tres años de búsqueda y descubrimiento y soledad que le representó hacer Los sueños de los otros (compuso, cantó, tocó y produjo todo lo que suena), Gallardo Pahlen siempre tuvo claro que, en vivo, el disco —su disco— iba a ser otra cosa.

Después, la pandemia hizo lo suyo: no quería tocar este disco en tiempos donde los shows en vivo se habían convertido en una experiencia rígida, estática entonces esperó. Esperó con cautela y porque quería cuerpos libres, porque en el fondo intuía que esta música suya se iba a poder bailar.

Ahora, a los que aclamaron Los sueños de los otros —uno de los discos recientes más mimados por la prensa local y un círculo de melómanos—, Gallardo les despeja dudas en medio de una risa larga.

“Si te gustó el disco”, dice, “esto debería gustarte, porque es una expresión que surge de la misma fuente, de escucharse a uno mismo y de plasmarlo, de llevarlo adelante”.

Mariano Gallardo Pahlen. Foto: Majo Casacó
Mariano Gallardo Pahlen. Foto: Majo Casacó

Lo que ocurrirá mañana en La Trastienda estará teñido por algunas influencias e inquietudes recientes del músico: el diseño sonoro, el panorama de la electrónica, la consideración de las frecuencias, el cuerpo, el propio James Blake si hay que ponerle nombre a alguien.

“Es un recorrido lógico”, explica a El País, “porque si el disco tiene una investigación armónica, melódica y arreglística, después de encontrarme y buscar adentro de eso, el siguiente acto es pasar a este otro mundo e incluirlo, desarrollarlo”.

Lo que vendrá

Lo que pasó con el disco y el futuro

Desde que salió Los sueños de los otros, Gallardo se insertó en la escena local desde un nuevo lugar. Compartió escenario con artistas locales, afianzó un vínculo con el pianista Luciano Supervielle, abrió un show de Conociendo Rusia en La Trastienda, publicó su álbum en vinilo tanto en Uruguay como en el mercado japonés, vio aparecer su nombre en medios regionales y en rankings de discos, y estrenó una versión extendida de “La flor que alumbra” grabada en audio y video en la Iglesia Alemana.

“Para mí es fantástico, fantástico en serio”, dice sobre todo lo que ha ocurrido desde mayo de 2020 hasta ahora. “Realmente cuando lo hacía, cuando lo terminaba, lo saqué sin expectativa. Todo el trabajo que hice para el disco, para mí era más que suficiente e impresionante lo que me satisfacía a nivel de experiencia. Después empezaron a pasar cosas hermosas, pero muchísimas, desde conocer gente a través del disco a recibir mensajes que te dicen la manera en la que inspiró a alguien”.

De algún modo, lo que ocurrirá mañana en La Trastienda es una conmemoración del recorrido, un estreno en sociedad y, un poco, el cierre de una etapa. ¿Y después?

“Te voy a ser honesto. Cuando me pongo metas, son tan grandes que me imposibilitan ver más allá de ella. Es como que ocupan todo el paisaje”, dice. “No sé lo que viene después. Hay respuestas lógicas, sí: voy a sacar más música, voy a seguir componiendo, voy a seguir produciendo. Pero de verdad no tengo un plan, porque es supergrande esto que armamos, y todas las fichas y toda la energía está puesta en esto. Estamos, de manera independiente, haciendo un show a escala enorme. Y es muy loco”.

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