"Formamos parte de la música popular de acá"

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Con temas como “Yo te quiero dar”, “Para no verte más” o “Te quiero comer la boca” (y tantos más), La Mosca se convirtió en uno de los baluartes de la pachanga argentina. A 22 años de haber arrancado esta historia y con la perseverancia como clave para permanecer, el cantante de las eternas gafas negras Guillermo Novellis conversó con El País sobre su nueva canción, “Todas las lindas son crueles”.

—¿Cómo los encuentra esta vuelta, con el lanzamiento de "Todas las lindas son crueles"?

—Muy bien. Creo que tenemos nuevamente una canción que tiene los atributos melódicos, de irreverencia y provocación que hacen que a la gente le llame la atención. "Todas las lindas son crueles" tiene los atributos que uno como compositor de la banda va buscando.

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—¿Lo buscás intencionalmente, o a esta altura sale solo?

—No, acá dos más dos no es cuatro. Hacés canciones y de repente te das cuenta, mis compañeros se dan cuenta, que hay algo y hay que ir por ahí. Nosotros elegimos entre muchísimas canciones, tiramos muchas veces la jabalina.

—La Mosca ha tenido varios hits en su historia. ¿Saben de antemano que los temas van a funcionar o se sorprenden?

—Generalmente nos sorprende, para bien o para mal. Siempre tenemos expectativas buenas pero ya sabemos cómo funciona esto, y que hay muchos factores que tienen que ver con un éxito.

—Pero la gente siempre se quiere divertir; eso es una ventaja para una banda como la suya en cuanto a duración.

—Pero nosotros hemos hecho discos muy eclécticos, tenemos canciones bastante oscuras, pero la gente siempre nos ha puesto en ese lugar de ser el alma de la fiesta. A mí me gusta mucho la música, forma parte de la película de mi vida, y creo que como banda tenemos el privilegio de tener canciones que remiten a los momentos más felices de la vida de la gente. Es impagable.

—¿No les pesa ese lugar?

—Para nada, nos sentimos muy orgullosos de lo que hacemos porque lo hacemos con calidad. Sentimos que formamos parte de la música popular de acá, ¿cómo vamos a renegar de eso? Somos muy laburantes, tenemos una cuota importante de sacrificio, de suerte y de talento. Me parece que no es casualidad.

—También son parte de la banda sonora de las canchas.

—Eso sí que no depende de uno, es totalmente fortuito. Si hasta la hinchada de Croacia tiene una versión de "Yo te quiero dar". Mirá, yo soy hincha de San Lorenzo, estaba en la cancha cuando ganamos la Libertadores y toda la hinchada cantaba una versión de "Baila para mí". Y fue lo más grande que me pasó.

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—¿En algún momento estar en ese límite entre el rock barrial y la pachanga, les trajo problemas como banda?

—Sí, fue motivo de debate, de discusión, pero con el tiempo empezamos a entender de qué va esto. Tratamos de manejarnos con criterio y de manera inteligente, no caprichosa.

—El año pasado sufriste un infarto en un show. ¿Pensaste en dejar de cantar?

—Creo que siempre pensé en seguir. Por suerte quedé con mi corazón prácticamente intacto, recibí muchas muestras de afecto y entendí que tengo edad para cambiar algunas actitudes y conductas. Cuidar la máquina, porque ya venimos subiendo la última cuesta.

—¿Es más difícil hacerlo en un trabajo como este, que sucede de noche? ¿Eso afecta la dinámica de la banda?

—Sí, pero hay que tener conducta, y los trabajos cuando te dan pasión y placer siempre son bienvenidos. Nosotros somos muy afortunados por cantar, viajar y conocer gente. Yo no sé en Uruguay qué hacen los chicos cuando salen de viaje de egresados, pero en Argentina solemos ir a Bariloche, y nosotros definimos nuestra propia historia como un eterno viaje a Bariloche.