Entrevista a Claudia Amengual

“Las palabras no alcanzan para contar los hechos”

La escritora uruguaya acaba de lanzar su séptima novela, El lugar inalcanzable

Claudia Amengual
Claudia Amengual. Foto: Francisco Flores

No es de los escritores que publican una o dos novelas por año. Por el contrario, Claudia Amengual ha ido desarrollando una carrera constante pero sin prisa. En 2014, su novela Cartagena, fue seleccionada entre las 10 mejores de un total de 1462 novelas presentadas al Premio Herralde de Novela. Ahora en mayo acaba de lanzar El lugar inalcanzable, que es un libro de fuerte carácter reflexivo.

-¿Cómo nació esta novela?

-Hace unos años estuve en París, investigando para la biografía de Susana Soca, que ahora también aparece como personaje secundario en esta novela. Tenía todo ese marco de París en la Segunda Guerra, que me parecía esplendoroso para ambientar una trama de ficción. Y luego un par de preguntas. ¿Cuánto es la capacidad de odio que tenemos? ¿Y cuánto nos animamos a ir hacia dentro nuestro? Y a partir de ahí, me interesó trabajar sobre el relato que construimos para sobrellevar la vida que tenemos. Busco problematizar al lector. Onetti, en El pozo, dice, y yo lo tomo de epígrafe: la más repugnante de las mentiras, es decir la verdad sin el alma de los hechos. Por eso es El lugar inalcanzable.

-Hay entonces de algún modo un trasfondo psicoanalítico.

-Sí, porque cuando vas a hacer psicoanálisis y te acostás en el diván, lo único que tenés es un relato. Lo que estás queriendo contar, o lo que podés contarle. Porque estamos siempre mediados por las palabras, y las palabras no alcanzan para contar los hechos. Ni lo que sentimos. Y eso es otra angustia que el escritor tiene muy presente: tú escribís lo que podés. Incluso trabajando y trabajando, jamás llego a decir todo lo que quiero.

-En ese sentido también tiene algo de novela filosófica.

-Sí, tiene algo filosófico, porque yo estoy un poco asustada de los radicalismos, los dogmatismos, los fanatismos. Todas esas cosas por las que nos jugamos la vida, desde una camiseta de fútbol, hasta una ideología. Hasta a veces la defensa de quienes somos, de la identidad. Quizá a veces tenemos que ser más piadosos, y darnos un margen razonable de duda. Ser menos dogmáticos. Claro, todo esto planteado así, parece que fuera un ensayo filosófico. Pero lo que tiene de divino la literatura es que luego lo aterrizás en historias humanas, muy cercanas a nosotros.

-¿Cómo ubicás esta novela en el conjunto de tu obra?

-Es mi séptima novela, y en mis últimas cuatro me propuse algunos desafíos estéticos. Uno fue que la voz lírica del narrador fuera un varón. Y en este caso, además un veterano. O sea que estuviera alejando de mí, no solamente en género sino también en edad. Como uno escribe desde uno, cuanto más masacras pone, eso te da más libertad creativa. Y también la alejé de mis lugares conocidos. Eso es porque cuesta más trabajo escribir desde lo que uno conoce menos, y obliga a hacer un trabajo de campo. O sea que está muy alejada de mí, y a la vez muy cerca, porque no hay otra manera de escribir que no sea desde uno

-O sea que te vas alejando de lo autobiográfico.

-Sí, si te ponés a ver, en literatura, hay muchos autores que comienzan a escribir muy pegados a su propia biografía, y luego la van soltando. Porque ya hiciste la catarsis, ya hablaste de los traumas de la infancia, y podés hablar de otras cosas que te preocupan, pero más enmascaradas en la ficción. Creo que eso te da más libertad creativa. Después, los temores, las angustias, los conflictos, son los propios.

-De algún modo tu literatura es socialmente comprometida.

-Sí, es socialmente comprometida, pero no necesariamente con las militancias específicas de cada época. De hecho, hasta en algún caso podría ser políticamente incorrecta. Por ejemplo, yo puedo hablar desde el lado del feminismo, que ahora es una causa muy en boga. Y por supuesto que mi literatura es respetuosa de la mujer, pero yo hablo de los derechos de las mujeres de manera implícita, sin necesidad de hacer una militancia explícita, que se puede convertir en algo panfletario.

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error
Temas relacionados