La película uruguaya que imaginó un niño de La Paloma, dirigió un argentino y llega a cines

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Lucas fue, en realidad, para “hacerle el aguante”, dice, a Pablo, un amigo, al curso de guion que el libretista y director argentino Pablo Solarz daba en La Paloma. El profesor le sugirió a Pablo que, como el curso era para adultos, sería mejor que fuera con alguien de su edad para no sentirse tan raro.

Lucas, quien entonces tenía 12 años, desde los 10 tiraba rimas, o sea hacía freestyle, allá en La Paloma. Así que cuando Solarz pidió que escribieran un texto sin pensar, él prefirió improvisar con un beatbox de fondo. Así rapeó la historia de un niño que quería estudiar actuación pero que no se animaba a contárselo a sus padres.

Lucas es Lucas Ferro, y ese cuentito que contó rimado es la historia que se relata en Desperté con un sueño, la película que protagoniza y en la que hace de un adolescente de La Paloma que no se anima a contarle a su madre que quiere ser actor. No es una historia personal, ya que, le dice Ferro a El País, sus padres lo apoyan en su vocación. Pablo, el amigo, no volvió nunca a las clases de guion.

La película, que se estrenó ayer en cines, la dirige Solarz, en su segundo largometraje después de El último traje, aquella con Miguel Angel Solá como sobreviviente del Holocausto que vuelve a Europa. Entre sus créditos como guionista figuran Me casé con un boludo, Un novio para mi mujer e Historias mínimas, un antecedente cercano a Desperté con un sueño.

Filmada entre mayo y julio de 2021 en La Paloma, la ciudad de Rocha y Montevideo, la película sigue a Felipe mientras acompaña el duelo de su madre (Romina Peluffo) por la muerte del papá de Felipe, quien esconde su vocación artística ensuciando de barro los championes de fútbol cuando viene del taller de actuación. Cuando el profesor (el propio Solarz) le dice de la posibilidad de un casting en Montevideo, Felipe se manda solo (el guarda del ómnibus es el Zucará, Julio Víctor González, en una de las tantas apariciones especiales que hay en la película). Además del casting, visita a su parlanchina abuela (Mirella Pascual) a la que hace ocho años que no ve. Mientras intenta desentrañar algún secreto sobre su padre.

Todo está contado en un tono amable que alivia el drama y aprovecha, por ejemplo, algunos momentos musicales, con la banda de amigos de Felipe en las playas y las calles de La Paloma. “La película además muestra los paisajes del balneario que es un lugar bien atractivo”, dice Ferro, con orgullo.

“Cuando faltaban dos semanas para que se terminara el taller, yo sentía el impulso y deseaba que la historia no fuera real y que su familia no se opusiera porque él era el protagonista seguro”, recuerda Solarz. “La película se hizo por él y porque lo conocí a él, más allá del cuento, y por esa sensación de que tenía que hacerla”.

“A mi padre le parecía que se podía pinchar en cualquier momento pues era una cosa loca y había que conseguir la plata y todo eso, y encima a Pablo, a cada rato se le caía la propuesta”, dice Ferro.

Solarz, que cuando está acá vive en su barco en el puerto de La Paloma, volvió a Buenos Aires en marzo de 2020 con la historia escrita por Ferro y con unos videos de él rapeando para buscar una productora que apoyara.

“Esto nunca fue un proyecto, estuvo pasando siempre”, dice. “No tuvo esa cosa de cuatro o cinco años de aplicar a fondos internacionales, conseguir algo de algún instituto de cine. Nosotros teníamos que hacerla ahora porque el protagonista crecía y dejaba de ser un niño, y no podía buscar otro porque mi actor era el autor, el dueño de la pelota y no había manera de hacerla sin él”.

La producción estuvo a cargo de Mutante Cine, con Agustina Chiarino como productora. Desperté con un sueño está dedicada al alcalde Alcides Perdomo, quien falleció en agosto del año pasado y fue uno de los promotores de la película. Los actores infantiles que hacen de amigos de Ferro son alumnos de los talleres de actuación para niños y adolescentes de Alejandra Pallares, que se dan en La Paloma.

-¿Cómo es para un adolescente vivir en un balneario ?

Ferro: Pasar la adolescencia allá es muy bueno. Al ser un pueblito chiquitito tenés todo cerca, tenés a 10 minutos una playa y vas en bici con todos tus amigos. Es perfecto para un niño. Ya de adulto capaz que no tanto.

—¿Y se juntaban a rapear?

Ferro: Fue esa cosa que le agarra a tu grupo de amigos y lo terminamos haciendo todos. Bueno, hacíamos eso hacía como un año o dos y justo aproveché.

Solarz: Y yo también aproveché, y todo eso está en la película.

La primera escena se filmó en el teatro de Rocha. “Fue raro, y a pesar de que estuvimos un mes ensayando, fue como medio de golpe”, dice Ferro. “Me sentí perfecto, contento y feliz”.

—¿Y cómo es Solarz como director?

Ferro: Me ayudó muchísimo en todas las escenas y cuando no salía algo, me lo decía. Es un buen director.

-Tenés escenas con grandes actrices como Mirella Pascual y Romina Peluffo. ¿Cómo te sentiste?

Ferro: Mirella es una gran actriz y sentía la comodidad de sentirme apoyado. Pero era y soy un actor inexperto y me costó adaptarme. Ponele que en la primera semana del rodaje fui peor que en la última.

Solarz: En la película no se nota eso y en mi visión es impresionante lo que pasó porque no se le quedaba atrás a Mirella, a Romina, a nadie.

-¿Y hacia donde va tu vida, después de esta experiencia?

Ferro: Quiero seguirme dedicando a la actuación. Igual yo mismo me estoy diciendo que ser actor es una cosa complicada.

Solarz: Pero si nos dedicamos a esto es que hay un cosa adentro que no podemos evitar. Yo quería ser actor cuando tenía 15 años y pensaba en que Lucas quería ser actor e iba a protagonizar algo, con lo que lleva llegar a protagonizar. Él pasó esa experiencia pero está bueno que con 15 años no sepa cómo va a seguir. Igual estoy seguro de que cuando lo vean lo van a venir a buscar.