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Leonardo Sbaraglia charló con El País: "La pandemia me puso más sensible a la realidad"

El actor argentino protagoniza "Hoy se arregla el mundo", comedia de Ariel Winograd que se estrena este jueves en cines. De eso, su presente y sus proyectos conversó con El País

Leonardo Sbaraglia. Foto: Difusión

Leonardo Sbaraglia tiene una de las carreras actorales más admirables de Argentina. Ha sido parte de algunos de los hitos cinematográficos de la historia del Río de la Plata —Tango feroz, Plata quemada, Relatos salvajes—, trabajó en Hollywood (Red Lights) y con directores de la talla de Pedro Almodóvar (Dolor y gloria) y Olivier Assayas (La red Avispa). Ganó premios, hizo drama, ficción histórica, terror, éxitos de Netflix (como la Trilogía de Baztán), doblaje para animaciones (Sing) y eso sin contar todos sus aportes para series y telenovelas.

Pero nunca, dice, había hecho una película apta para todo público, una comedia familiar con el típico sello del cine comercial argentino de los últimos años. Nunca, hasta ahora.

Sbaraglia es el protagonista de Hoy se arregla el mundo, lo nuevo de Ariel Winograd (Mamá se fue de viaje, El robo del siglo) que este jueves llegará a cines locales. Es la historia de El Griego, un productor de televisión y padre ausente que justo cuando se entera de que Benito no es su hijo, deberá hacerse cargo de él y ayudarlo a buscar su verdadero origen. Coprotagoniza el debutante Benjamín Otero, Charo López, y la madre es Natalia Oreiro.

Hoy se arregla el mundo fue uno de tantos proyectos afectados por la pandemia. Terminó de rodarse a comienzos de 2020 y aguardó hasta ahora para estrenarse en pantalla grande, a diferencia de, por ejemplo, Errante corazón, otra con Sbaraglia en un asunto de paternidad, que terminó lanzándose directo por HBO Max (y fue un éxito).

“A esta altura trato de fluir, como dicen los budistas, sin temor ni expectativa. Hay que ir para adelante y vivir las cosas como te van tocando”, dice Sbaraglia en charla con El País, previo al estreno. “La respuesta, como siempre, está en la gente. La verdad de la milanesa está ahí. Los fenómenos cinematográficos ocurren en la gente”.

—¿En qué sentiste más los cambios de la pandemia? ¿Cómo te transformaste?

—En el caso de la gente que trabajamos en el mundo del espectáculo, nos ha perjudicado muchísimo. Ha sido muy complicado. A mí, fundamentalmente me puso los pies más en la tierra. Siempre me consideré una persona relativamente sensible, pero es como si me hubiese puesto más sensible. Más sensible a la realidad, a la humanidad, con más ganas de estar en casa, de compartir con mis afectos, con mis padres sobre todo. Tuve mucho miedo de que mis padres se mueran. Yo perdí a mi tía, la hermana menor de mi mamá, por covid, y eso a toda la familia nos generó un gran temor y un gran dolor. Entonces es una oportunidad para poder estar mucho más cerca y disfrutar de la gente que uno ama.

—Ya que hablás de tus padres y ya que Hoy se arregla el mundo se centra tanto en la relación padre - hijo, ¿qué es la paternidad en tu vida? ¿Qué lugar tiene?

—Hay muchas maneras de ser padre. Podés ser padre de alguien que no es tu hijo, podés ser padre de una hija real como la mía (Julia), podés ser padre o madre de dos gatitos como tengo (se ríe), que me siento como el padre. Los extraño, los quiero, y uno se mira a los ojos y sos la persona responsable de ellos… Son infinitas las maneras de ejercer y de aprender a cuidar a otro, y hay una constante reflexión de cómo uno tiene que ser padre. Y justamente uno se va dando cuenta de que eso es tan orgánico como el vínculo que tenés, las condiciones de vida que te rodean, quién es la madre, cómo va creciendo tu hija, en mi caso... Hay que tener paciencia, mucha paciencia para no joderlos, para no meterles los propios miedos, los propios rollos, no decir cosas al pedo... Me cuesta, ¿eh? Yo soy bastante leche hervida, hay cosas que me enojan, pero lo más importante es que estoy en constante reflexión en relación a eso, aprendiendo y dejándome enseñar. Es muy difícil la paternidad, muy difícil. Y la película toca eso, de manera tierna y liviana, pero no por eso menos profunda.

Leonardo Sbaraglia y Benjamín Otero en "Hoy se arregla el mundo". Foto: Difusión
Leonardo Sbaraglia y Benjamín Otero en "Hoy se arregla el mundo". Foto: Difusión

—¿Cómo fue trabajar con Benjamín Otero, que da sus primeros pasos en la actuación?

—Trabajar con un chico es otra dinámica completamente diferente. Son seis horas de trabajo, cuando uno en general está trabajando 11 o 12 horas por día, entonces muchas veces trabajábamos con un doble y eso ayudaba para ganar tiempo, porque cuando él llega, todo se tiene que centrar en él. En ese sentido es un ejercicio de paciencia tremenda, porque a mí me encanta mi trabajo, soy muy perfeccionista, y hay algo de eso tan perfeccionista que tenés que ceder porque la dinámica de juego cambia. El chico no es un actor profesional, gracias al cielo; es un chico y uno quiere que siga siendo un chico. Entonces dejás de ponerte en primer lugar, y al mismo tiempo hay un equilibrio porque te importa hacer bien lo tuyo, entonces hay un laburo interesante de cómo encontrar el equilibrio. Y que lo vaya encontrando el director también, porque en ese sentido Wino (Ariel Winograd), que está muy acostumbrado a trabajar con chicos, lo fue manejando muy bien. Es otro mundo trabajar con un chico.

—Si esta película estuviera más cercana en el tiempo, se podría pensar que la aceptaste porque este es un momento para que la gente se ría más o para que la familia vuelva a los cines. Pero la realidad es que tus motivos fueron pre-pandémicos. ¿Qué te interesó de Hoy se arregla el mundo y de un personaje como El Griego, con el que es difícil generar empatía?

—A mí me gustó mucho el personaje, la historia y el guion. Yo leí un guion que me atrapó, y además venía de la mano de Wino que es un director con el que quería laburar hace mucho. Y laburamos re bien, nos entendimos de primera. De hecho tenemos un proyecto para hacer ahora en abril, lo que da cuenta de que nos hicimos amigos, nos llevamos bien. Pero fue todo un combo; me pareció que era una película que reunía características en las cuales yo quería bucear. Y me pareció un guion tierno, gracioso, dirigido por Wino; me cerró por todas partes. Dije que sí enseguida.

Leonardo Sbaraglia, Benjamín Otero y Ariel Winograd en "Hoy se arregla el mundo". Foto: Difusión
Leonardo Sbaraglia, Benjamín Otero y Ariel Winograd en "Hoy se arregla el mundo". Foto: Difusión

—Contame un poco de Asfixiados, la película que estuviste rodando recientemente en Uruguay. ¿Cómo fue la primera parte de esa experiencia?

—Un poco loco porque son dos partes. Es una película que transcurre en un 90 por ciento arriba de un barco, pero a medida que fue avanzando la preproducción se fueron dando cuenta de que había muchas escenas que se iban a tener que hacer en estudio. Y nosotros ya estábamos comprometidos con otros proyectos, entonces no se pudo hacer en continuidad. O sea, yo me voy ahora a Barcelona a filmar una película, vuelvo y termino con Asfixiados. Estamos con Juli Díaz, Marco Caponi y Zoe Hochbaum, y es una historia de cómo mantener a flote una relación de muchos años. Es una comedia dramática y está dirigida por Luciano Podcaminsky, que está haciendo su ópera prima. Él está muy contento y estamos entusiasmados.

—Al margen de este paréntesis pandémico, parece que estás siempre trabajando. ¿Qué pasa con Sbaraglia cuando no hay trabajo?

—Y fue un paréntesis que me hizo pensar un montón, y muchas cosas se fueron amontonando y ahora surgió todo. La segunda temporada de la serie de Maradona (Maradona: Sueño bendito; hace de Guillermo Coppola) la tendríamos que haber hecho en 2020 y se va a hacer en 2022… ¿Qué pasa? Bueno, me gustaría poder dedicarme más al dibujo, la fotografía, la música; en algún momento quizás escribir y dirigir. Yo creo que cuando baje un poquito el trabajo… Pasa que a mí me gusta mucho lo que hago, me entretiene y me hace crecer, moverme, me da alegría. Por eso lo hago mucho, porque no lo vivo como un trabajo. Es un trabajo y soy consciente de eso, pero me da mucho disfrute. Entonces sí, lo hago mucho. ¿Me gustaría trabajar menos? Sí. ¿Es una decisión mía? Sí. ¿Por qué no lo hago? Bueno (se ríe), me van convenciendo. Me entusiasmo enseguida.

PROYECTOS

De la tira que no salió al cine, su historia con Oreiro

“Yo la adoro a Natalia, me parece una persona hermosa, una actriz hermosa y tenemos una afinidad a pesar de que no nos conocemos mucho”, dice Leonardo Sbaraglia sobre Natalia Oreiro. El argentino y la uruguaya comparten escenas en Hoy se arregla el mundo, también lo harán en Asfixiados, y tienen una historia laboral que se remonta a fines de los noventa, cuando grabaron capítulos para una telenovela llamada Casablanca que nunca llegó a emitirse.

“Se filmó durante un mes y pico, dos meses, que hoy día sería inaceptable estar trabajando en algo que se pudre… No se encontró la dinámica que se estaba buscando. Natalia era muy chiquilina, estaba casi empezando y era otra Natalia. Ella misma lo dice”, comenta el intérprete.

A pesar de que luego coincidieron en la película Cleopatra, Sbaraglia cuenta: “Nunca pudimos hacer algo juntos en grande. Siempre decimos que a ver si nos escriben una película para nosotros”. Es un pendiente.

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