RESEÑA

En "La Escuela del Bien y del Mal", Netflix va por su propio "Harry Potter" y no le alcanza

La película más vista en Netflix en Uruguay hoy es la inauguración de una saga fantástica, con Charlize Theron y Kerry Washington en el elenco.

Kerry Washington y Charlize Theron en "La Escuela del Bien y del Mal". Foto: Netflix
Kerry Washington y Charlize Theron en "La Escuela del Bien y del Mal". Foto: Netflix

Es una mezcla extraña. Tiene el perfil televisivo de Disney Channel, la pretensión de acercarse a lo que fue Harry Potter, la fórmula histórica de los cuentos de hadas, la base de una saga literaria exitosa y el presupuesto como para reunir a un par de actrices reconocidas como Charlize Theron y Kerry Washington. Y tiene algo más, algo como para convencer a la protagonista de una de las mejores películas del año (Michelle Yeoh de Todo en todas partes al mismo tiempo) de aceptar un papel secundario. Pero La Escuela del Bien y del Mal, la última gran producción de Netflix, parece tropezar con sus propios deseos y ambiciones.

La historia es sencilla. Hay una escuela secundaria a la que llegan potenciales héroes y villanos —el hijo del capitán Garfio y el del rey Arturo, por ejemplo—, que serán educados para protagonizar las hazañas que luego serán leyendas, cuentos clásicos, mitos. El edificio es el mismo —un castillo antiguo en el medio de la nada, a lo Hogwarts—, pero los cursos están separados: en el bando de los malos la decana es Lady Lesso (Theron); en el de los buenos, Clarissa Dovey (Washington). Por encima de las dos hay un director (Lawrence Fishburne), que aparece poco pero en cuyos hombros está la revelación clave, y no por eso menos predecible.

A esa escuela llegarán, de manera inesperada, dos amigas llenas de diferencias subrayadas por el casting. De un lado está Sophie (Sophia Anne Caruso), blanquísima y rubia, con sueños de grandeza y profunda convicción de que nació para ser princesa. Del otro está Agatha (Sofia Wylie), piel morena y melena abundante y enrulada, la chica de perfil bajo a la que todos acusan de ser una bruja.

Contra cualquier pronóstico, Sophie termina en la escuela del mal y Agatha en la del bien, porque esa —le aseguran los mayores— es la verdadera esencia de cada una. Se empeñan por cambiar su suerte pero todo es en vano, entonces vendrá lo que cualquiera puede imaginar: la transformación física que apenas se trabaja, el interés amoroso, las tensiones inesperadas y el plot twist que dejará en evidencia el verdadero peligro que anda por ahí.

Es, en esencia, un relato sobre las dos fuerzas del título y también sobre la amistad y el amor. Sobre el verdadero amor, un tópico que se aborda entre estereotipos, sin sutilezas ni metáforas.

La Escuela del Bien y del Mal se basa en la saga literaria homónima de Soman Chainani, la suma de dos trilogías que obtuvo ventas exitosas en la última década. En Uruguay está disponible de la mano de Editorial Urano.

De ahí que el final de la película sea así de abierto, aún cuando la sucesión de hechos no parece ameritarlo. El bien triunfa, no es un gran spoiler, pero resulta que el mal no estaba tan derrotado como parecía.

La dirige Paul Leig, que tiene a cuestas una serie de comedias tirando a fallidas aunque funcionales, donde lo obvio suele ganarle a lo sugerido. Hizo Chicas armadas y peligrosas, aquella con Sandra Bullock y Melissa McCarthy; Spy, una espía despistada, también con McCarthy, y Last Christmas: otra oportunidad para amar, una romántica y navideña con Emilia Clarke cuando acababa de terminar con Game of Thrones. Damas en guerra y la comedia negra Un pequeño favor son los puntos altos de una filmografía dispar.

El elenco de "La Escuela del Bien y del Mal". Foto: Netflix
El elenco de "La Escuela del Bien y del Mal". Foto: Netflix

Acá, como en la mayoría de las nombradas, Feig reúne a un elenco atractivo al que se le exige poco. Lo que hay son un par de escenas de acción algo llamativas, buenos efectos visuales y vestuarios, y una banda sonora que incluye a las princesas pop Olivia Rodrigo y Billie Eilish. No es suficiente.

Sin embargo, ni esa impresión ni las críticas globales le han impedido a La Escuela del Bien y del Mal debutar primera en la plataforma. Estrenada el miércoles, es la película más vista en decenas de mercados —el uruguayo incluido—, según cifras recogidas por el sistema FlixPatrol.

Los datos formales llegarán en cuestión de días, y aunque todo está hecho como para abrirle la puerta a una nueva saga mágica, el rendimiento de las primeras semanas será el que determinará su suerte.

El futuro, una vez más, está en manos de la audiencia. Por lo pronto, La Escuela del Bien y del Mal es un poco como el personaje de Sophie: no sabe cómo cumplir sus ambiciosos sueños a y anda a los tumbos entre diferentes caminos, sin que quede del todo claro qué quiere ser, a dónde quiere ir.

El tono simple la deja más cerca de Descendants que de Harry Potter, lo que tampoco está tan mal para una matiné de sábado gris de primavera. Ni para el catálogo original de Netflix, que tan bien sabe de ese tipo de entretenimiento.

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