Cannabis y otras yerbas: comienza el festival de cine uruguayo y ahora se hizo regional

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Empezaron como un stand en una Expocannabis uruguaya y hoy tienen filiales en Buenos Aires y Santiago de Chile (y próximamente en Brasil, adelantan). El Festival Internacional de Cine Cannábico no tiene pensado parar de crecer.

Hoy comienza su cuarta edición local y promete, hasta el domingo 23, una treintenade películas de 15 países cuya temática, estética o intención rodea el mundo del cannabis. Hay estrenos, avant premiere mundiales, charlas, cortometrajes; algunas categorías son competitivas.

Este año, el festival incluye funciones en el Centro Cultural de España, la explanada del castillo del Parque Rodó, Cinemateca Uruguay,a Sala Zitarrosa y el canario Complejo Cultural Politeama. Las charlas son en el Café Macoco (el jueves a las 16.30 sobre “Gastronomía cannábica”) y en PyG Bar (el viernes a la misma hora sobre “Cannabis como campo laboral” y el sábado sobre “Acceso universal al cannabis”).

“Era un espacio que se necesitaba y no existía”, le contó a El País Malena Bystrowicz, una de las creadoras del evento. “Era un tema superpresente y había cada vez más necesidad de debatir, de informarnos porque al ser tabú hay mucha cosa tapada o información tergiversada”.

“Tenemos documentales donde por ahí es el tema central porque alguien lo usa medicinalmente o hay algún conflicto vinculado al tráfico o es sobre usuarios y usuarias activistas”, explicó Alejo Araújo, el otro creador, sobre qué hace que algo sea cine cannábico. “En la ficción eso va variando puede ser central pero también puede ser parte de la vida de su protagonista o el punto de vista más delirante”.

“O ser una película con la que sabemos que el público cannábico se va a matar de risa”, agregó Bystrowicz. En ediciones pasadas, por ejemplo, se exhibieron las alocadísimas, Fiesta Nibiru de Manuel Facal o Carmen Vidal, mujer detective de Eva Dans.

Ese rubro, este año, parece cubierto por Lunáticos (domingo 23 a las 18.00 en Sala Zitarrosa) de Martín Salinas, una coproducción uruguaya, argentina y mexicana con un elenco en el que están Daniel Hendler, Julián Kartun, Luis Ziembrowski, Verónica Llinás y Rafael Spregelburd. A juzgar por el tráiler tiene sí, una impronta cannábica.

Es uno de los dos estrenos mundiales de esta edición del festival. El otro es la venezolana La danza del Cocuy (Cinemateca Uruguaya, jueves a las 19.00) de la que vienen sus directoras, Gabriela Fuentes y Yuruani Rodríguez.

“Es sobre una planta de los pueblos originarios de Venezuela que se usaba para hacer una bebida espirituosa y que fue prohibida desde los años 50 hasta ahora que la ciencia empieza a recuperarla”, dice la impulsora del festival. “No habla del cannabis pero es una historia muy parecida”.

El festival está dividido en secciones (Humos, Música, Otros viajes, Prohibido prohibir y Tierra), lo que revela las múltiples maneras de acercarse al tema cannábico.

“Nuestro principal objetivo es que sea cine de calidad, con nivel internacional y que tenga la temática específica del festival”, contó Bystrowicz. “Pero este año ampliamos el horizonte porque sobre todo en Uruguay que viene superando el tema desde 2013 y donde ya no hay tanto prejuicio. O seano es solo del cannabis de lo que queremos hablar, sino también del prohibiciones como política de drogas, de la salud mental. Asuntos que ya veníamos tratando”.

Una selección personalizada realizada por Bistrowicz y Araújo incluye, además de los dos estrenos mundiales, la italiana The Harvest (Centro Cultural de España, hoy desde las 15.00) de Andrea Paco Mariani, la argentina Transmigrants (Castillo del Parque Rodó, mañana a las 19.00) y la brasileña Benjamín Zambraia e o Autopanóptico (Cinemateca Uruguaya, sábado a las 18.00) de Felipe Cataldo.
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