ENTREVISTA

Rodríguez Puppo y las peleas en "Esta Boca es Mía": "En los cortes bajamos la pelota"

El picante panelista del talk show de Teledoce publica su nuevo libro, "Confesiones de un colorado".

Juan Ramón Rodríguez Puppo.
Juan Ramón Rodríguez Puppo.

-Confesiones de un colorado es tu quinto libro. ¿Cómo surgió?

-Es es el libro más político que he hecho: se trata de un compendio de 50 artículos que escribí desde febrero del 2020 hasta fines de agosto de este año en diferentes medios, entre ellos el diario El País, el semanario Voces o el portal Contraviento. Todos esos artículo reflejan mi parecer de la experiencia del gobierno multicolor, pasando por el Covid, más lo que sucedió con (Ernesto) Talvi, el fallecimiento de Jorge Larrañaga o de Diego Maradona, todo variopinto y desde la visión de un colorado, como me he definido siempre.

-¿Qué visión tenés del futuro del Partido Colorado, que desde hace un tiempo viene tercero en las preferencias del electorado?


-No es sencillo el escenario para los colorados. Yo soy un militante de a pie, bastante lejos de la dirigencia, pero ha votado al partido desde los '80. Creo que lo que tenemos que hacer es abrazar nuestra historia. Lo que distingue a los colorados es el apego a la legalidad y ser el partido de la racionalidad, algo que en épocas de grieta no es fácil. La polarización de la política ha perjudicado a un partido que es absolutamente racional en un tiempo 100% irracional y emocional. Pero bueno, ya vendrá nuestro tiempo nuevamente. Tenemos que mantener nuestra visión y seguir construyendo desde el batllismo, que no tiene nada que ver con el socialismo. Nosotros somos el escudo de los débiles, no la venganza de los débiles y esa es una definición que yo lo hago en todos lados porque nos distingue totalmente de la idea de lucha de clases que esgrime la izquierda tradicional.

-¿Por qué Confesiones...? ¿Qué confesás como colorado?

-El libro es una confesión porque hubiera sido impensable hace mucho tiempo que un batllista votara a alguien que proviene del herrerismo. Pero creo que Luis Lacalle Pou es un hombre joven y moderno que no está en anquilosado con viejas ideas. Al definirse como un liberal solidario, creo que está tendiendo un puente hacia nosotros. Además, los colorados y especialmente los batllistas están en lugares claves del gobierno, como el Ministerio de Ganadería, de Turismo, Ambiente... Hay sectores clave del país en manos del Partido Colorado para aportar desde la gestión.

-En algunas ocasiones se ha acusado al gobierno de “tibio” con algunas reformas. ¿Coincidís?


-Quizás en algunas cosas el gobierno no es lo suficientemente firme, pero no me parece un gobierno tibia. Creo que tiene que manejarse dentro del arte de lo posible en un país que está claramente partido al medio, dividido. Entonces, no siempre es fácil llevar adelante todas las medidas que uno sueña o piensa. Se llega hasta donde se puede. Un gobierno tibio no hubiera sorteado, como sorteó, contra viento y marea muchas presiones que se dieron en la pandemia, un gobierno tibio no hubiera triunfado llevando adelante la LUC, con una cantidad de artículos que son muy importantes para la vida del país. Además, un gobierno tibio no se animaría a poner sobre la mesa una reforma de la seguridad social que puede tener costos políticos muy altos. Es verdad que otras cosas no se han hecho pero este en un país partido al medio y con una oposición constante de todos los días.

-Llevás más de tres años en el panel de Esta boca es mía. ¿Ya estás entrenado para el debate?


-Sí, fue todo un aprendizaje. Cuando entré era un viejo abogado en el que los últimos años había estado trabajando en la noche como cantante, una actividad con poca confrontación. Porque en definitiva cantaba para contentar a todos. Con Esta boca... se fue picando la cosa y yo mismo me descubrí que tenía un perfil bastante más dialéctico y de marcar posición de lo que pensaba al principio. Dos por tres de hacer mi autocrítica para ver si en algunos momentos estoy alentando una grieta a la que todos queremos salir pero en definitiva en un panel de debate no cabe la media tinta. Así que hay que tratar de no meterse con las personas pero sí ser muy firme con las ideas.

-Tuviste algunos cruces bastante fuertes, por ejemplo con Valera Ripoll no hace mucho, otras veces con Alfredo García y anteriormente con Selva Andreoli... ¿Cómo se mantiene el vínculo con ellos?


-En los tres casos conservo la mejor relación personal. Fueron debates durísimos en el aire del programa pero afuera, el vínculo es normal. Con Alfredo García le dije que el lagarto de la camiseta se lo iba a comer pero siempre con él mantenemos ese clima de humor. Con Valeria Ripoll tenemos a veces confrontaciones muy duras, en especial sobre temas sindicales, pero en otras áreas coincidimos. De todos modos el relacionamiento fuera del programa es el mejor con todos, o sea, yo nunca tuve un problema afuera del programa. Si hubo una discusión fuerte al aire, se arregla siempre con una pequeña charla en el corte y todos hacemos un esfuerzo por bajar la pelota al piso.

-Eras uno de los cantantes de la banda 13Stylos, ¿extrañás la noche y el canto?


-Sí. Pero también en el último tiempo me mudé al interior lo que me ha sacado más todavía de la noche montevideana. Espero en un futuro volver aunque ahora estoy en un paréntesis más allá de que mis compañeros me piden que vuelva. Veremos qué pasa el año que viene. Además, estoy demasiado expuesto con posturas políticas, a veces bastante duras, y de alguna manera siento que puedo perjudicar a mis compañeros, más allá de que ellos dicen lo contrario.

-Fuiste también dirigente de Peñarol. ¿Allí volverías?


-No. Mi tiempo como dirigente de Peñarol ya pasó. Hice mi aporte cuando en su momento Paco Casal se llevó a los Joe Bizera, Cristian Rodríguez y Carlos Bueno. Elevé un informe a la FIFA y al TAS, que a la larga nos dio la razón. Después dejé el club y el tiempo fue dándome la razón muchas cosas. Yo pensé que lo peor que le podía pasar a Peñarol era Damiani y la verdad que me arrepiento de haber pensado eso, porque lo que estamos viviendo ahora es bastante peor. Como todos los populismos en cualquier orden de la vida, siempre terminan siendo perjudiciales.

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