ENTREVISTA

Marilina Bertoldi, la cantante argentina habla del Gardel de Oro, el éxito y la lucha feminista

Entrevista a la cantante argentina Marilina Bertoldi que lanzó una versión en vivo de "Correte", grabado en el mítico Teatro Flores en Buenos Aires

Marilina Bertoldi. Foto: Difusión
Marilina Bertoldi. Foto: Difusión

El año pasado, Marilina Bertoldi se llevó el premio Gardel de Oro por su disco Prender un fuego e hizo historia al ser la primera mujer, en 19 años, en ganar el premio más importante que se entrega a la música en Argentina. Estos meses de cuarentena obligatoria la encuentran descansando, “no se puede hacer mucho más”, dice por teléfono la creadora de “Correte”, cuyo video en vivo fue publicado en las últimas semanas. Mientras prepara un nuevo material, Bertoldi charló con Sábado Show sobre su forma de componer, también de las repercusiones de haberse llevado el Gardel de Oro, el machismo en la industria musical y dice porqué no le gusta lanzar material en vivo. Mientras charla, mira por la ventana de su casa y ve gente con el barbijo en el cuello, “es el nuevo accesorio de moda”, dice.

—¿Has estado componiendo, mirando el techo o comiendo mucho en estas semanas?

—Previo a la cuarentena había entrado a grabar unos temas nuevos y quedé por la mitad de la grabación. Me faltaron unas cosas que ahora estoy retomando, y las cosas que ya había grabado estoy terminando de mezclar y producir eso, a distancia, con lo difícil que es mezclar a distancia porque el nivel de feedback que le das a quien te está mezclando es insoportable. Termina llevando dos meses un proceso que en una noche lo cerrás, pero bueno, es una nueva experiencia y llegás a otras cosas, supongo, una forma optimista de verlo. Pero justo ahora estoy en un momento en el que me están dando ganas de componer, y para eso mi vida va a cambiar completamente, porque cuando empiezo a componer, empiezo a vivir a la noche y no veo el día. Entonces pronto entraré en esa fase.

Marilina Bertoldi
Marilina Bertoldi. Foto: Archivo

—La fase búho de Marilina.

—(risas) Claro, es así.

—¿Por qué de noche?

—No sé. No sé cómo será en cuarentena, pero la noche lo que tiene es que nadie te molesta y no tenés esa cosa en la consciencia de: no estoy haciendo otra cosa, no estoy contestando porque realmente no tenés otra obligación a la noche más que dormir. Entonces, cuando estás componiendo, estás super lejos del celular, que es una de las cosas que más me gusta hacer, no tenerlo encima. Pero en medio de una cuarentena creo que puedo llegar a componer de día, lo que me ha llevado a hacer otro tipo de canciones, las pocas cosas que lo hice, así que puede llegar a salir algo distinto. Habrá que ver.

—¿Así que la canción varía según sea compuesta en el día o la noche?, ¿es como un estado de ánimo?

—Totalmente. Por ejemplo del disco anterior, la canción que compuse de día es la más buena onda que hice: “fumar de día”. Esa canción es como que me salió de día y es una de las pocas que hice en ese contexto, y el mood que tiene es otro, es como algo mucho más alegre, está en otras preocupaciones y ambientes, está bueno. Pero soy más de la noche, el día es para dormir. Es así.

Marilina Bertoldi en el Teatro Flores de Buenos Aires. Foto: Difusión
Marilina Bertoldi en el Teatro Flores de Buenos Aires. Foto: Difusión

—Bueno, si empezás a componer de día quien te dice que no termines sacando un disco para niños.

—Claro (risas). Para niños es si compongo de mañana, el rubro cambia dependiendo del horario.

—El año pasado te llevaste el Gardel de Oro, premio a la música argentina que fue a las manos de una mujer, 19 años después que Mercedes Sosa lo recibiera. ¿Se hizo esperar el volver a ser para una mujer?

—Sí. Es un momento loco, porque es un premio conocido en el país. Y de repente estás ahí, dicen tu nombre y tenés que subir y hay pila de gente que está como expectante de qué vas a decir y vos no preparaste nada porque realmente no pensaste que lo ibas a ganar. Es un momento muy particular y creo que lo más grosso que me pasó con el premio fue lo que pasó después, todas las repercusiones y el poder que te da ese premio, todas las posibilidades de micrófono que te da. Como que te da un alcance mucho mayor para decir cosas, poner algo sobre la mesa. Y personalmente siento que lo hice, entonces pude disfrutar más. Traté de llevar ese momento no solo a algo que es una cuestión ególatra si se quiere, no era sobre mí, sino una cuestión más general. Era el cambio de una época, era empezar a ser parte de ese proceso, y no es que recibí el premio por ser mujer, sino que el premio llegó al punto histórico de poder considerar el trabajo de una mujer que venía haciendo desde hace un tiempo y lo podía considerar como un reconocimiento merecedor del premio más grande de los Gardel. Creo que lo vi así, de ese modo, y me alegró. Obvio.

—Cuando ganaste, se comentó más que lo ganara una mujer, y no el disco que ganó el Gardel de Oro. ¿Se hubiera dicho lo mismo si lo hubiese ganado un hombre?

—Creo que habla de una época. En el momento que eso no llame la atención, va a ser otra de las cosas por recibir ese premio. En ese momento llamó la atención por algo, para señalarnos algo, cosas suceden todo el tiempo, y cuando llama algo la atención es porque no pasa siempre. Como que son cosas insólitas, y sí, desde el lado de quienes sentimos que no vivimos dentro de lo que sería la discriminación el machismo o la misoginia, obviamente nos parece ridículo que algo así pueda llegar a llamar tanto la atención. Pero efectivamente, habla de una problemática. Argentina está en el momento del despertar de una generación que está cambiando las cosas y que realmente está generando un efecto importante en el público. Y ni que hablar que salieron discos muy importantes para la escena que han cambiado cosas y no estaban nominados ahí conmigo. Por eso hubo tanto debate después. Otra de las cosas que pasaron, a mí me atacaron por todos lados, no solo por lo que dije, por ser mujer, por ser muy joven para ese premio, sino por no ser tan conocida por las masas, si se quiere. No soy una artista tan conocida en Argentina, lo que habla también de cómo los premios se manejan, que le dan reconocimiento a la persona más conocida. Y cuando el premio tiene el poder de echar luz sobre un artista, cuál recomendarle a todo el mundo. Entender que no es una cuestión de ventas, de llegada, sino que esto es importante que lo conozcan porque nos va a sumar a todos y esto es muy importante porque nace de una escena que nos nutre y nos va a ayudar. Y eso fue hermoso de parte de los premios, lo que me restituyó la fe.

—Es un cambio de cabeza que comienza con una ceremonia de premios. Porque que le den el premio más importante a una artista joven, independiente, mujer y lesbiana, habla de ese cambio que contabas.

—Totalmente. Muchos hablaban de la corrección política, de ser correctos, y la verdad que no importa, solo importa el mensaje que le damos a la gente joven que mira el premio, que es lo que yo no tuve. Muchas mujeres de mi generación, más grande y más joven no tuvimos. Y es importante dar ese mensaje. Empecemos a corregirnos para naturalizar algunas cosas.

—Después de ganar el Gardel diste un concierto en el mítico Teatro Flores. ¿Cómo estuvo ese concierto?

—El show ese fue increíble. Era todo un nivel de no entender nada porque el Teatro de Flores es un lugar mítico donde tocaron todos los artistas de rock en su mejor momento, o en vías a su mejor momento. La escalada al Teatro de Flores era como que la condecoración a ese momento, es el Templo del Rock de Capital Federal. Y poder hacer este show después de esos premios tuvo un valor extra que se escapaba de mí persona y representaba como un hecho muy puntual e importante para las mujeres y disidencias que por primera vez veíamos que todas nuestras luchas, nuestra angustias y dudas que siempre tuvimos y los problemas que tuvimos que atravesar.

—Lanzaste “Correte” que viene bárbaro para estos momentos de pandemia y aislamiento.

—No iba a sacar el tema si no hubiese sido por la pandemia. Era un material que tenía y solo requería tener tiempo a disposición y así fue. Entonces lo sacamos. No solo eso, sino que en el tiempo de pensarlo sumó mucho, porque ese final como se escucha la voz de la gente en el teatro, creo que es muy valioso que en otro momento.

—Ese momento en el que el público te da esa devolución, tiene que ser imponente.

—Sí, igual en el momento era un constante no entender nada. En ese momento lo hacés, no pensás, después te bajás, te sacan una foto y no crees que esto acaba de pasar. Siempre es así, como dándote cuenta de lo que pasó, algo tarde. Igual lo disfrutamos mucho.

—Ahora largás este tema como para que los que no pudimos ir, tengamos un registro que ese hecho sucedió.

—Claro, es verdad. No soy de subir cosas en vivo, es raro, no sé por qué. Me gusta cómo suena, pero el vivo es algo que tiene que suceder. Justamente este material pasó algo raro, porque ya pasó un año y adquiere otro valor para mí y para el público. Nunca voy a sacar un material apenas hecho, me parece raro. Además, sino siempre tenés ese changui que decís bueno, no voy si total mañana lo sube; no, si no venís no lo vas a ver. Me gusta esa intimidad que genera y además me siento otra artista en vivo que en los discos. Creo que eso le pasa a otros artistas. Personalmente me pasa eso, como que solo tiene sentido en el vivo, después lo escuchás y no lo ves en ese contexto y es raro. El vivo tiene algo lindo, es estar en ese momento, solo funciona ahí y debería ser así. Me parece un momento íntimo, y cuando lo ponés afuera suele perder esa cosa personal, esa vivencia que tenemos. Pero de nuevo, esto pasó hace un año, lo vi y no me generó el rechazo que me suele generar algo grabado. Esto sí me gustó verlo.

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