NOTA DE TAPA

Gonzalo Cammarota: el furor de "La Bajada", su verdad sobre la salida de Magnolio y la militancia en el Frente Amplio

Tras convocar a miles de personas a la rambla de Montevideo para una nueva edición de su fiesta La Bajada, el comunicador habla sobre medios y política con El País.

Gonzalo Cammarota. Foto: Leo Mainé.
"Me tocaron de cerca muchas historias, algunas remueven experiencias personales", dice sobre los testimonios de PH Uruguay. Foto: Leo Mainé.

Cada vez que se acerca diciembre, el celular de Gonzalo Cammarota empieza a recibir los mismos mensajes. “¿Cuándo es “La Bajada?”, “¿cuánto sale la entrada?” son algunos de ellos. Pero esa fiesta que crearon Justicia Infinita y su público se anuncia la misma fecha de la realización y siempre fue gratis. “Trascendió el programa”, concluye el conductor sobre el evento que cuenta con su organización y que este año recibió a más de 20 mil personas en la rambla de Montevideo. Sobre las repercusiones de la fiesta, y también sobre radio y política, Cammarota habla con El País.

-¿Qué lectura hacés del crecimiento que ha tenido La Bajada, la fiesta que creó Justicia Infinita para inaugurar el último período del año?

-Empezó hace mucho tiempo con la consigna de “se va el año” y un día empezó a tener el componente musical. Sonaba lo opuesto a lo que era el programa. Nosotros éramos un programa rockero y ese día poníamos cumbia y música medio bizarra. Después se sumó la gente. En los primeros años ni siquiera había parlantes afuera, se acercaban los autos a la radio y abrían las puertas para que se escuche el programa. En 2014 empezó a haber algo más elaborado y con el tiempo precisamos más planificación: necesitábamos baños químicos, seguridad. Fuimos ayudando a que eso creciera y llegamos a esto que es increíble, trascendió el programa. Nos cuesta creer, es una belleza.

-¿Cuál dirías que es la esencia del evento, que este año convocó más de 20 mil personas?


-Juntarse, bailar, disfrutar. Yo estoy súper contento porque es gratis, el que quiere llevar su bebida la lleva, el que quiere va con niños o con su mascota. Es algo súper democrático, un encuentro sin importar las diferencias.

-¿Vos disfrutarías como público de un evento con este tipo de música, teniendo en cuenta que siempre estuviste identificado con el rock?

-Yo tengo un origen rockero, pero me encanta la música bailable. No es impostado, yo lo disfruto. Me sé las canciones de Chayanne y fui a ver a Ricky Martin en vivo. A mí no me saldría participar de esto si no lo disfrutara realmente. 

Una vez más, Cammarota se puso al frente de La Bajada, la ya clásica fiesta multitudinaria para inaugurar el último tramo del año. La iniciativa comenzó en su programa Justicia Infinita como una consigna con música, y la fiesta “la generó la propia gente”
Una vez más, Cammarota se puso al frente de La Bajada, la ya clásica fiesta multitudinaria para inaugurar el último tramo del año. “La generó la propia gente”, dice.

-¿Cómo procesó Justicia Infinita el pase de Urbana a M24?

-Fue difícil. El cierre de Urbana nos golpeó. Es duro que después de 20 años de hacer un programa te digan “no hay lugar para vos”. No es fácil de digerir. Sentíamos que el programa representaba una sensibilidad que estaba bueno que siguiera y así lo entendieron en M24. Es una radio en la que nos sentimos súper a gusto. Tenemos menos recursos que nuestra competencia, pero nos respetan mucho profesionalmente. Eso para nosotros es muy importante.

-¿Cuando en Magnolio te comunicaron el cierre de Urbana no te ofrecieron la posibilidad de reubicar el programa en otra radio del grupo?


-No, no existió ese planteo. Cuando se nos comunicó que se terminaba en algún punto fue liberador porque nos tuvieron mucho tiempo diciendo “capaz que sí, capaz que no”. La radio no estaba funcionando bien y eso nos desgastaba muchísimo. La incertidumbre era horrible porque no sabíamos qué hacer, si salir a buscar otra cosa o no. Esa duda comía por dentro porque no nos podíamos proyectar.

-Justo cuando dejaste el Grupo Magnolio se sumó Orlando Petinatti, con quien has tenido muchas diferencias, ¿creés que hoy podrías trabajar en la misma empresa que él?

-Más allá de lo personal, estamos en polos muy opuestos de pensamiento. Una radio es acostumbramiento, queda sintonizada. No es como la tele. Igualmente creo que en un mismo grupo sí podríamos convivir. Estoy seguro de que hay un montón gente que está trabajando en ese mismo grupo y no se lleva bien entre sí. De todas formas yo hoy estoy feliz con el cambio y bien donde estoy. 

-¿A la hora de estudiar la propuesta de M24 pesó el hecho de que sea una empresa vinculada al MPP?

-Es que nosotros hemos estado en radios de perfiles políticos de lo más diversos. A nosotros nunca nos dijeron lo que teníamos que decir y lo que no. En esta radio pasa lo mismo y hacemos el programa con total libertad. Por otro lado, tampoco tenía miedo de quedar pegado a un perfil progresista porque es lo que somos. La gente sabe lo que pienso y lo que voto.

-En ese sentido suelen haber más críticas cuando se trata de medios públicos.


-Sí, pero yo trabajé en TV Ciudad y Canal 5, y estoy muy orgulloso de todas las cosas que hice a nivel público. Yo trabajé en el 10, el 12 y el 4, entonces si mañana hago otro programa en Tv Ciudad no me están regalando nada. Yo vivo de esto. Lo que no me haría sentir bien es si no me creyera capaz de hacer algo y me lo dieran como un premio a la militancia. Pero yo permanentemente trato de revalidar mi trabajo en medios privados, entonces creo que en mi caso correrme por ese lado es injusto. En 20 años si vos tomás el 100% de mis ingresos, los que son por lo público representan un 5%. El resto me lo gané en empresas privadas.

-En los últimos años se te pudo ver como conductor de PH Uruguay (Canal 4), en el que pasaste de ser un comunicador volcado al humor y la ironía a ser un conductor que busca generar climas y empatizar con historias duras, ¿cómo fue ese proceso?

-Al principio me daba miedo. Es un programa muy exigente para el conductor. No tenés a nadie para salvar el bache o la laguna. Van cambiando las dinámicas y el programa pasa de ser serio y emotivo, a uno de interés social y después de humor. Hay que hilvanar un montón de cosas intentando que los invitados se sientan a gusto. Con el tiempo le fui agarrando la mano y hoy me encanta. Me siento muy cómodo y disfruto mucho con este formato.

-¿Hubo alguna historia de las que cuentan los invitados que te haya conmovido especialmente?


-Me tocaron de cerca muchas historias, algunas remueven experiencias personales. La primera que me viene a la cabeza es el relato de El Reja, de cuando se enteró de lo que había pasado con su papá. Si bien es muy distinto a lo que atravesé yo con mi novia, el relato tiene algunas similitudes y uno siente muy de cerca lo que cuenta el otro. Me movilizó bastante, y eso me pasó infinidad de veces en el programa.

-¿Te trajo algún dolor de cabeza haber hecho campaña por el Frente Amplio en 2019?


-Sentí que El Abrazo, que es una agrupación a la que me siento cercano, representaba una voz importantísima. Me jugué porque quería que lleguen al Parlamento. Le puse mucha energía a ese proyecto y no me arrepiento. Para mí es hasta liberador que la gente sepa lo que voto: digo “apoyo esto” y ya sabés desde qué lugar estoy opinando.

-¿Creés que Daniel Martínez hubiera sido mejor presidente que Lacalle Pou?


-No sé, hubiera hecho un gobierno distinto. Puedo imaginar algunas cosas que hubiera hecho el Frente Amplio que eran necesarias, como contener más a la gente que se cayó del sistema durante la pandemia. También le reconozco aciertos a este gobierno, durante mucho tiempo estuvimos en Uruguay como si la pandemia no existiera, y las vacunas llegaron bastante a tiempo.

-¿Cómo evaluás el gobierno de acuerdo a las expectativas que tenías?


-En base a mis expectativas, más allá de los escándalos que son graves, el gobierno está haciendo lo que dijo que iba a hacer. Yo no tenía dudas de que iba a hacer un fuerte ajuste fiscal, que iba a haber una reforma educativa con o sin los gremios de la educación, que iba a haber un recorte de las políticas públicas del Mides, que había apoyos que no iban a estar para la educación, la investigación y la universidad. Ya lo viví cuando estudié en la Universidad de la República y fue lo que pasó. No me sorprende. Hay un montón de estas cosas que yo no quiero y no comparto.

-¿Creés que el Frente Amplio va a ganar en 2024?


-Sí, no sé si en las próximas elecciones. Creo que vienen tiempos de alternancia entre los partidos. Lo que destaco es que acá hay republicanismo y vocación democrática. El Frente Amplio es un partido que gobernó 15 años, demostró que lo puede hacer bien, y hoy las encuestas le dan muy bien. Además, tiene referentes muy claros que están perfilados. Es más que probable que el Frente pueda ganar. 

-¿Con cuál de los referentes te identificás más?

—Yo soy más de los procesos colectivos. Al poder no llega ninguno de ellos sino el Frente Amplio. Yo confío en (Yamandú) Orsi, (Carolina) Cosse, (Oscar) Andrade y (Mario) Bergara para representar a la fuerza política. Para ser candidato creo que el Boca (Andrade) representaría un polo más radical y es más difícil para captar votos. Tanto Cosse como Orsi cosechan un montón de simpatías y cualquiera de los dos podría ser candidato.

-¿Coincidís con algunos dirigentes del Frente Amplio que sostienen que este gobierno está “blindado mediáticamente”?

-No. Yo me entero de todas las cosas por la prensa, y algunas son escandalosas. En algún medio estas noticias tienen más relevancia y en otros menos, pero hablar de blindaje es un montón y no lo comparto. Lo que puede haber es que algunos medios tengan un sesgo. Sería ingenuo no aceptarlo.

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