ENTREVISTA

Fernando Marguery: "Hay politólogos que están más flechados que yo"

El panelista más incisivo de Esta Boca es Mía celebra el triunfo del "NO" en el referéndum sobre la Ley de Urgente Consideración. "La ciudadanía es sabia y ganó la estabilidad", destaca.

Fernando Marguery. Foto: Leo Mainé
"El presidente Lacalle Pou me dijo que le habían hecho llegar un recorte sobre mi participación en el programa", asegura. Foto: Leo Mainé

-¿Cuál es tu lectura sobre el resultado del referéndum sobre 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración?

-El claro ganador es el presidente de la República, pero también la población en general. Yo fui pro LUC en el entendido que le otorga a la gran mayoría de la sociedad una serie de derechos que no teníamos o que estaban limitados, como la portabilidad numérica o la garantía de libre circulación frente a un piquete o una ocupación. Además, limita algunas libertades de quienes no tenían por qué tenerlas, como a los sindicatos que les impiden coaccionar para que la gente no pueda ir a trabajar por una huelga. También le quita derechos a delincuentes como violadores, que no van a poder reducir su pena. Es una ley justa, y los que más ganamos con su confirmación somos los ciudadanos.

-Algunos politólogos señalaron que el resultado tan parejo no deja bien parado al gobierno.


-No coincido para nada, es todo lo contrario. El resultado fue un reflejo casi calcado del resultado del balotaje de noviembre de 2019, con una diferencia incluso mayor a favor del actual gobierno. Después de dos años de gestión frente a una crisis económica y sanitaria, que el gobierno mantenga el respaldo es muy positivo. Los de la opción del “Sí” dicen que llegaron al 47% con todo el poder del Estado en contra, pero es al revés: no llegaron a ganar teniendo a favor todo el poder sindical y el poder de movilización que tiene el Frente Amplio. La conclusión es que llevaron a referéndum 135 artículos de una ley, y la ley quedó firme, así que el ganador es el gobierno, mientras que el Frente Amplio perdió votos respecto a la elección de 2019. Que lo lean como quieran, pero los números son clarísimos. Los politólogos tienen su lectura, pero hay politólogos que están más flechados que yo.

-¿Cuáles?

-(Risas) Hay uno que fue secretario de Seregni durante muchos años, así que tengo que pensar que tiene una lectura sesgada de la realidad. Está claro quién es, no tengo ni que nombrarlo.

-¿Militaste por la no derogación de los artículos, más allá de tus participaciones mediáticas y en redes?


-Militancia partidaria no, hice mi militancia solo porque esto va más allá de los partidos. Yo entendí que esta ley me daba más derechos y libertades, y correspondía que yo marcara claramente cuál era mi posición. El partido no lo jugué para nadie más que para mí mismo.

-¿Saliste a festejar cuando se conocieron los resultados?


-No. Vi los resultados solo en mi casa y esperé para ver la conferencia del presidente. Me quedé conforme y contento. También me quedé preguntando qué hubiera pasado si ganaba el “Sí”, con un poder ejecutivo debilitado y un poder sindical fortalecido. La ciudadanía es sabia y ganó la estabilidad.

-¿Cuánta relevancia tienen los referentes como vos sobre la opinión pública a la hora de definir el voto?


-Nada. Yo creo que puedo haber interpretado lo que otros piensan, pero no haber influido en nada. Capaz que ayudé a que alguno reafirmara su posición, pero nadie cambió el voto por algo que yo haya dicho.

-A lo largo de tu permanencia en Esta Boca es Mía protagonizaste varios cruces que subieron de tono, ¿hubo alguno que te haya incomodado especialmente?


-No. Las personas con las que yo quedé incómodo fueron compañeros que ya no están en el programa. Con dirigentes políticos e invitados nunca quedé incómodo, y a más de uno con los que discutí me los encontré después y hablamos amablemente.

-¿No te afectan esas situaciones de tensión una vez finalizado el programa?

-Yo me las llevo, las mastico un poco y después las suelto. No termino condenando a una persona solo porque discrepó o se peleó conmigo.

-En su momento trascendió una fuerte pelea con Alejandro Camino que siguió incluso fuera del aire, ¿cómo la procesaste?


-Ese mismo día después del cruce hablamos en la vereda del canal, nos dimos la mano y terminó. Después compartimos otros programas, antes de que concluyera su participación en Esta Boca es Mía. Tengo diferencias con él que no son personales, sino en la forma que tenía de conducirse en el programa. No me gusta la hipocresía y me molesta cuando alguien no se muestra tal cual es o disfraza las cosas para que parezcan distintas.

-¿Volviste a hablar con él?

-No, ni con él ni con la otra panelista que dejó el programa. Sé que ella (NdeR: Selva Andreoli) hizo alguna referencia a mí en El País, pero a mí me importa un rábano. Lo que diga me tiene sin cuidado.

-¿Cómo manejás la exposición meteórica que alcanzaste, en especial en redes sociales?

-Me tiene sorprendido el impacto de la televisión. Hace casi 40 años que trabajo en los medios, pero nunca había tenido tanta repercusión como en Esta Boca es Mía. Todavía no me acostumbré a ese impacto. Me llama la atención cuando piden para sacarse una foto conmigo. Les pregunto “¿en serio?”. Por otra parte, dejé de leer los insultos en las redes sociales. Al principio leía todo, pero ahora ni lo leo o lo hago esporádicamente.

-¿Recibías muchos insultos?


-Tengo una lista de insultos que me hacen, un día la publiqué en Twitter. Eran como 30 o 40, algunos muy creativos y otros muy soeces. Fue una forma de exorcizar lo que me pasaba. Al principio me amargaba, pero ahora entendí que es parte del juego. Tanto los elogios como los insultos son circunstanciales.

-¿Los comentarios condicionan tu trabajo?, ¿te han llevado a bajar un cambio o a redoblar la apuesta?


-Lo que estoy intentando es no enojarme tanto. Hay amigos que me dicen “no te hace bien cuando te enojás”.

-¿Te enojás en serio?

-Me enojo en serio en siempre. Estoy intentando moderar eso y salir al aire más calmo. No siempre lo logro porque hay personajes que me sacan de las casillas.

-¿En algún momento pensaste en renunciar a raíz de estas situaciones?

-Eso pasó una vez, hace como ocho meses. Hablamos, lo reconsideramos y resolví continuar. Fue por un cúmulo de cosas. Coincidió con la época en la que leía todos los comentarios sobre mi participación, y estaba irritado y amargado. En un momento dije “basta, hasta acá”. Victoria Rodríguez, que tiene años en esto, me dio algunos consejos muy interesantes que me sirvieron mucho. Me contó cómo se manejan estas cosas y me ayudó a tomar una decisión. Finalmente decidí continuar y hoy las cosas me patinan distinto, esto no deja de ser un programa de televisión.

-¿Y alguna vez una autoridad del canal o de la productora te hizo un llamado de atención por algún exceso en una discusión?


-No, nunca nadie del canal ni de la producción del programa me pidieron que baje un cambio.

-¿Cómo es tu relación con el presidente Lacalle Pou?

-Hoy tengo poca relación. Me mando algún mensaje por WhatsApp y lo saludo cuando me lo cruzo. Yo lo conozco de antes y mantengo una cuestión de afecto, pero no tengo un vínculo cotidiano de intercambio. Lo estimo mucho y ojalá termine el mandato como el quiere, dejando una sociedad más libre y más feliz.

-¿Alguna vez te hizo un comentario sobre tus participaciones en el programa?


-Me dijo que le habían hecho llegar algún video o recorte de mi participación en el programa, pero fue parte de una comunicación privada (risas).

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