TRANSICIÓN SIMULTÁNEA

Uruguay y Argentina cambian presidentes: ¿cómo se llevarán los nuevos vecinos?

Alberto Fernández ya está en funciones y su primera medida resultó perjudicial para este lado del Plata, por lo que en su Cancillería piden disculpas. ¿Cómo será el vínculo entre ambos países?

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Los mandatarios uruguayos posan con el presidente argentino, Alberto Fernández, y con su canciller, Felipe Solá. Foto: Reuters

Las especulaciones estuvieron a la orden del día antes de que las elecciones en ambos márgenes del Río de la Plata tuvieran lugar. El triunfo del izquierdista Alberto Fernández era casi un hecho, pero de este lado no estaba tan claro que Luis Lacalle Pou se quedara con la victoria. Por eso se ideaban distintos escenarios según qué dos fórmulas fueran a gobernar los próximos años.

Si la campaña en Uruguay ya es larga, la transición termina de coronar un proceso eterno: hay que esperar más de tres meses para que asuma el mandatario electo. Pero en Argentina las cosas se resuelven más rápido y en cuestión de un mes Fernández se colocó la banda presidencial. Su primera medida, que no fue sorpresiva pero sí más aguda de lo esperado, implicó un fuerte golpe para nuestro país: un impuesto del 30% a las compras con tarjeta de crédito y débito en el exterior.

La partida ya comenzó; los equipos de ambos lados están a la vista, por lo que es hora de terminar con las especulaciones y preguntarnos cómo serán las relaciones entre Uruguay y Argentina durante el próximo período.

Nuestros vecinos comienzan la entrevista pidiendo disculpas. Solicitan que los entendamos, que “no es nada personal con Uruguay”, que tuvieron que tomar una “medida de impacto” para evitar la sangría de divisas. Fuentes de la Cancillería argentina dicen a El País que el turismo en el extranjero es un “gran camión de egreso de dólares” y que por ese motivo debieron gravarlo.

“Era cantado que esto iba a pasar. Entendemos que Uruguay se vea perjudicado, pero que quede claro que no es una medida para perjudicar a Uruguay a propósito: tuvimos que tomarla debido a nuestras propias necesidades”, explican.

CARRERA CONTRA EL TIEMPO

Última solución: una tarjeta prepaga para argentinos

A 10 días de que empiece la temporada, las autoridades buscan junto con los operadores una solución que permita atraer turistas argentinos. Juan Martínez, presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, explica que trabajan con una entidad emisora de tarjetas en Uruguay para entregarles una prepaga a los argentinos que visiten nuestro país. De esta forma podrían evitar el 30% de impuestos a las compras en el extranjero, una medida que impuso el gobierno de Alberto Fernández en los últimos días. Todavía no está claro que lleguen a tiempo, por lo que el gobierno prefirió no anunciar esta alternativa.

Es martes 17. Hace pocas horas que Lacalle Pou confirmó al expresidenciable colorado Ernesto Talvi como próximo ministro de Relaciones Exteriores. Las fuentes ya se lo comunicaron al canciller argentino, Felipe Solá, quien habría recibido la noticia “con la mejor predisposición” de trabajar juntos. Sin embargo, admiten que todavía no tienen ningún proyecto en agenda que involucre a Uruguay y tampoco está claro quién será su embajador en Montevideo.

Para referirnos a los futuros vínculos entre nuestro país y Argentina es importante entender la figura de Solá. Fue ministro en períodos anteriores, gobernador y diputado de la provincia de Buenos Aires, pero rompió relaciones con el kirchnerismo en 2007. Por eso las fuentes aseguran que su impronta determinará una cartera diferente a la que muchos analistas vaticinaban.

“Este es un gobierno conformado por distintos frentes, hay muchos sectores, no es solo kirchnerista. Claro que el kirchnerismo tiene la mayor cantidad de votos, los aportó la vicepresidenta (la exmandataria Cristina Fernández), pero es uno de los frentes. Con este tipo de decisiones se nota que hay intenciones distintas”, agregan.

Solá no es el único ajeno al kirchnerismo. Las fuentes también destacan a Martín Guzmán, un verdadero outsider político que resultaba desconocido para la mayoría de los argentinos. Este economista de 37 años tomó las riendas del Ministerio de Hacienda, quizás la cartera más protagónica del período que recién comienza debido a la crisis económica que sufren nuestros vecinos.

Y también está Sergio Massa, quien se alejó del kirchnerismo en 2013 para crear su propio sector. El político intentó disputarle la Presidencia a Cristina Fernández en 2015, pero quedó en tercer lugar con el 23% de los votos. Desde entonces se mantuvo por fuera del bloque creado por el matrimonio Kirchner, aunque hace dos semanas preside la Cámara de Representantes.

“La división del gabinete contempla gente cercana a Cristina, por supuesto. Pero también hay personas clave en roles protagónicos, y ahí se nota la impronta del presidente. Alberto lo dejó muy claro desde el primer día: este gobierno va a ser diferente”, aseguran las fuentes.

Durante la campaña Fernández le había manifestado su apoyo al entonces candidato oficialista, Daniel Martínez. Sin embargo, desde su gobierno expresan que “no será un inconveniente” para las relaciones bilaterales que haya ganado Lacalle Pou, aunque los signos políticos no coincidan.

Las fuentes destacan el buen vínculo que tienen el actual presidente argentino y el exmandatario Luis Alberto Lacalle Herrera. “Entendemos que eso va a beneficiar a su hijo, el presidente electo. Los blancos han sido muy cercanos al peronismo y realmente no tenemos problemas. El tema de la diferencia ideológica es secundario”, señalan.

De hecho, hacen hincapié en que “a pesar de tener afinidad ideológica”, los gobiernos kirchneristas y los del Frente Amplio chocaron, en especial durante el primer período. Entonces ocurrió el conflicto por la instalación de las plantas de celulosa de este lado del río Uruguay, lo que determinó que cortaran los puentes internacionales durante tres años.

Y luego llegaron las declaraciones del expresidente José Mujica, quien llamó a Cristina Fernández “la vieja” y aseguró que era “peor que el tuerto”, en referencia a su marido. El mandatario tuvo que pedir disculpas días después, luego de que la Cancillería argentina emitiera un comunicado en el que expresaba su “profundo malestar” por los dichos.

“Ahora, a pesar de que la sintonía ideológica no es la misma, hay expectativas de que se pueda trabajar muy bien. Hay afecto y una relación previa con la familia Lacalle. La relación del kirchnerismo con el Frente Amplio es del siglo XXI, pero si vamos al siglo anterior vemos la amistad entre Alberto y Lacalle. Y más atrás también, porque Luis Alberto de Herrera tenía relación con (el expresidente Juan Domingo) Perón”, recuerdan.

Catástrofe y luz

La primera medida económica argentina preocupa tanto que el presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, Juan Martínez, se anima a calificarla como una “catástrofe” para la temporada que está a punto de comenzar.

El principal problema es que el turismo en Uruguay no está diversificado: “Somos ‘argentinodependientes’”, admite Martínez. El 75% de los extranjeros que llegan en verano a nuestro país son de esa nacionalidad, una cifra que se diluye al 62% durante el resto del año. Por eso, si a los vecinos les va mal, es casi un hecho que nuestra temporada va a ser mala.

“Somos el sector más damnificado por lejos, el más dañado, y encima llega en una época donde muchos argentinos vienen. Este impacto es altamente negativo en todo sentido. Sabíamos que algo iba a haber, pero no esperábamos una medida tan dura ni tan restrictiva. Nos cuesta creer que nos den así la espalda”, sentencia.

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Los operadores turísticos están preocupados por el impacto que tendrá la medida argentina. Foto: Archivo El País

Martínez asegura que ningún gobierno vecino perjudicó de esta manera a Uruguay. Ni siquiera en la época más proteccionista del kirchnerismo, durante el segundo gobierno de Cristina Fernández. Entonces se empezaron a gravar con un 20% de impuestos las compras en el extranjero y se restringió a US$ 50 la extracción con tarjetas en los países limítrofes.

Pero ahora implica un gravamen del 30%, algo que ni el gobierno ni los operadores turísticos esperaban. Por eso el presidente Tabaré Vázquez le transmitió por teléfono su preocupación a la ministra de Turismo, Liliam Kechichián, y le expresó también que hará gestiones “al más alto nivel” para intentar que los vecinos den marcha atrás, informó El Observador.

Sin embargo, fuentes de esa cartera reconocen a El País que es muy difícil que a esta altura de diciembre —cuando la parte más fuerte de la temporada empieza en 10 días— se pueda revertir el daño que ya habría implicado esta medida.

Ignacio Bartesaghi, director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica, escribió en El Observador que fue la crisis económica la que llevó a Fernández a tomar esta decisión: “Parece inevitable la aplicación de medidas fiscales con objetivos recaudatorios, proteccionistas y de corte nacionalista”.

No obstante, sostuvo que este tipo de impuestos se contradicen con lo que se auguraba antes de que empezara el gobierno: “Antes de la asunción presidencial muchos analistas planteaban que Alberto Fernández no era Cristina, argumentando que él posee un capital político propio y que Argentina transita otro contexto que dificulta la aplicación de algunas de las políticas públicas del pasado”, narró.

Asimismo, los economistas Horacio Bafico y Gustavo Michelin publicaron ayer una columna en El País en la que aseguraron que “hace más de un año que la pérdida de confianza en la situación financiera de Argentina es casi total”.

“No es necesario hacer ningún análisis fino y detallado para pronosticar el ajuste en un país donde se postergaron vencimientos selectivos de deuda pública, el déficit fiscal es grande y la economía está en recesión. Incluso una parte del financiamiento tiene que ver con la emisión de moneda, lo que repercute al final en la inflación, que es una de las más altas del mundo”, escribieron.

Esto llevó al gobierno electo a mirar la situación de cerca. Fuentes de la próxima administración reconocen que la “peor parte” se la llevarán las autoridades que están en funciones, aunque también les preocupa cómo afectarán estas medidas al turismo del resto del año.

Entre los exportadores el ánimo es distinto, aunque la crisis en Argentina implicó una caída del 25% en las ventas a ese país en el último año. Teresa Aishemberg, gerenta de la Unión de Exportadores, asegura que “son de esperar dificultades adicionales a las que se vienen viviendo”, por lo que recomienda ser “muy cautos”.

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Las exportaciones a Argentina disminuyeron 25% en el último año. Foto: Archivo El País

“El problema que tenemos es la cercanía. Hay productos que son industrializados que van hacia Argentina, y cuando salimos hacia el mundo no nos compran el producto casi terminado, nos compran materia prima. Nosotros queremos generar más valor a nuestro empleo y eso nos lo da el mercado argentino”, agrega.

Sin embargo, las exportaciones lograron diversificarse y ya no dependemos tanto de nuestros vecinos, como sí nos pasa con el turismo. Las cifras también son positivas, ya que este rubro va a terminar el año con un 2% de crecimiento, gracias a la recuperación de la soja.

Aishemberg destaca “la buena receptividad” que tuvieron tanto de parte del gobierno actual como del electo. Explica que trazaron una hoja de ruta con todos los ministerios y esa misma guía se la presentaron ahora a las nuevas autoridades, con las que están en contacto. De hecho, ya se reunieron con la ministra designada de Economía, Azucena Arbeleche.

“Somos apartidarios, lo que nos importa es que le vaya bien a Argentina para que a nosotros nos vaya bien. Lo mismo pasa con Brasil, por ejemplo. Pero no sé qué está en la cabeza del gobierno argentino, supongo que van a tratar de recuperarse y quizás para recuperarse tomen otras medidas que puedan seguir impactándonos”, sostiene.

Entre tantas dudas, también hay expertos que ven algo de luz. Nicolás Albertoni, analista internacional de la Universidad del Sur de California, considera que Fernández debe mostrar “certidumbre y apertura” para conseguir inversiones. Solo así podrá mejorar la crisis económica, dice.

Por eso estima que este gobierno no tendrá “una impronta tradicional del kirchnerismo”, ya que el nuevo mandatario deberá cuidar las relaciones internacionales para asegurarse la entrada de divisas. Entonces se refiere a los precios de los commodities, que bajaron en forma drástica en los últimos años: “Antes se podían pelear con cualquiera porque los demás les iban a comprar a buen precio. Eso ya no corre más; ahora, cuanto más comercio, mejor”, asegura.

Faltan 69 días para que Lacalle Pou encabece el gobierno. En el medio se augura una temporada floja de verano, aunque surgen buenas perspectivas para las exportaciones. Y a pesar de esta primera medida antipática, las relaciones entre ambos países empezaron con el pie derecho: con el mandatario en funciones y el electo viajando juntos a la asunción de Fernández.

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