Entrevista

Heber defiende su plan: "Cada vez que cerramos una boca, los otros delitos bajan"

El ministro del Interior revisa el plan de combate contra el narcotráfico, responde a las críticas y comenta la estrategia que preparan para desarticular a organizaciones locales. 

Luis Alberto Heber
Luis Alberto Heber, ministro del Interior.

—Una crítica recurrente al plan de combate contra el narcotráfico es que ataca principalmente a las bocas, el lado más débil de la cadena, ¿esta es una prioridad?

—Estamos atacando al narcotráfico en todas sus versiones; el grande, la instancia intermedia que es la distribución, y el microtráfico. Al grande, si bien lo podemos agarrar y en algunos casos hemos tenido la oportunidad de agarrar grandes mercaderías de pasta base que ingresaban para consumo local, en general está de paso a otros destinos, sobre todo Europa. En el caso de la distribución, tenemos ya a gente presa. A estos, generalmente no se los agarra con droga, pero son responsables de la distribución y por lo tanto son una figura clave en territorio de la organización narco. Por último, el micro es tan importante como los otros, porque destruye la vida social del barrio. Nosotros tenemos cifras de que, cada vez que cerramos una boca de pasta base y atacamos a los que venden, los otros delitos bajan.

—Bajaron los rapiñas y los hurtos, pero subieron los homicidios, más de 39% en el primer semestre.

—Producto de la guerra por territorio, que es porque nosotros hemos hecho un plan de cerrar bocas, y el valor de una boca de pasta base es muy preciado para el mundo del narcotráfico, donde se disputan zonas y clientes. En algunos casos hemos tenido la confirmación de que la gente que está en territorio y tiene bocas no solo atacan a otras bocas, sino que además a los clientes para que no vayan a comprar a la competencia. O sea que plantear el tema como lo plantea la oposición es de un franco desconocimiento.

—Pensando en los delincuentes más poderosos, ¿el objetivo más realizable es entonces apuntar a los distribuidores?

—No olvidemos que al grande es difícil agarrarlo porque en realidad agarramos cargamentos, en el gran narcotráfico no agarrás responsables porque por lo general están en otros países: es en la distribución que nosotros les pegamos. Tenemos en el plan que informamos al Senado, además de las 45 organizaciones, seis grandes distribuidores en nuestro país que ya están identificados, pero tenemos que tener elementos de prueba para poder llevarlos presos. Eso es lo más difícil: conseguir la prueba suficiente, porque nunca están al lado de la droga.

—Algunos fiscales observan una evolución criminal en las organizaciones locales, por ejemplo en sus tácticas de contrainteligencia, ¿se ha vuelto más difícil el ataque?

—Hay contrainteligencia y hay otra evolución que también pasa, no generalizada, que es no tener gente en las bocas, sino gente que carga pequeñas dosis y está movilizada en el barrio, de modo tal que si se aprehende a una de estas personas no tiene suficiente droga encima y alega que es para consumo propio.

Luis Alberto Heber.
Luis Alberto Heber.

—Se insiste en los récords de bocas cerradas, de personas imputadas y condenadas, ¿es un mensaje suficientemente fuerte como para llegar a la parte más alta de la cadena o van presos los reemplazables?

—Son reemplazables hasta ahí nomás. Hemos tapiado lugares, hemos tirado casas abajo con la intendencia, quiere decir que no es tan fácil reemplazarlos. Lamentablemente tenemos la consecuencia de que esto lleva a una guerra violenta entre ellos por disputa de territorios y existen muchos asesinatos: esa es la explicación que nosotros tenemos al crecimiento de los homicidios, en Montevideo sobre todo. Producto de esa virulencia, hay menos droga, hay menos plata y hay menos bocas. Entonces se disputa mucho más duramente el territorio que antes, ahora cual es la alternativa, ¿dejémoslos vender?

—¿Es parte del plan de combate ahondar en el lavado de dinero?

—Sí. La Secretaría para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Banco Central van en busca del gran capital, de cómo se mueve, pero estamos dejando de lado inversiones de carácter liviano y muy pequeño que se dan, por ejemplo, en los barrios. Puede ser la compra de una carnicería con dinero del narco, o la compra de un almacén, o de una automotor.

—¿Las fiscalías de estupefacientes no van ya por este camino?

—Dentro de la red de Luis “Betito” Suárez y “Ricardito” Cáceres, en el Cerro, que tenían muchas bocas de basta base y manejaban casi un ejército compuesto por mucha gente que estaba paga por ellos, uno de los hermanos tenía un gran almacén, que era el que generaba la posibilidad de lavar la plata. Fue allanado y la fiscal a cargo no pudo comprobar el lavado porque estaba muy bien escondido. Terminó logrando un proceso porque tenía animales exóticos: un mono creo que era. Ese es un ejemplo nomás. Quiere decir que ese microtráfico genera un dinero que queda en el barrio, y que muchas veces compra el barrio. Porque el almacén da trabajo, da créditos. Estamos frente a una organización que no se puede ver solo por dónde sale la droga, y difícilmente logremos capturar al capo narco que está en Bolivia, en Colombia o Paraguay. Hay una red que también tenemos que combatir, estamos especializando gente de la Policía en el lavado a pequeña escala.

—¿Uruguay ya es definitivamente un sitio de acopio de droga?

—Puede ser. Han aparecido laboratorios también y otro tipo de drogas, químicas.

—¿Cómo se llegó a identificar a las 45 organizaciones locales y a los seis distribuidores?

—Era increíble que no tuviéramos una brigada antidrogas en Montevideo y en Canelones, nos dio un gran resultado, porque se dedicó al territorio y le dejamos a la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas trabajar la inteligencia para determinar las 45 organizaciones que hemos identificado.

—¿Cómo son?

—Cada una tiene más de tres bocas de pasta base: no una; alguna tiene más de 20. Esa identificación la lograron las brigadas, que tienen una coordinación con la Dirección General de Drogas, que a su vez tiene contactos en el exterior.

—¿Cuál es la estrategia para atacar las rutas de tráfico?

—De todo. Como la Dirección de Drogas no se tiene que ocupar del territorio, habla con las inteligencias de Brasil, Argentina y Paraguay; los investigadores viajan, se está sabiendo cuál es el origen de la droga y se coordina acciones con otras policías para poder apresar a los delincuentes, porque el que manda la droga no está acá. Nuestra gente de inteligencia tiene mucho contacto en la región ahora: antes no.

adicción

GACH de cárceles cambia de formación

Según supo El País, el grupo de asesores convocado en julio de 2021 para integrar el “GACH carcelario” cambió gran parte de su formación original. Fuentes indicaron que hubo desvinculaciones al no obtener la recepción esperada por parte de la cartera a sus recomendaciones. Ahora, el grupo busca apoyos para afrontar el tratamiento de la adicción en cárceles. “Me parece bien, ya tuvimos encuentros con algunos actores para tener un plan para recuperar a la gente que es adicta; es uno de los temas importantes del sistema carcelario”, dice Heber.

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