ESTADOS UNIDOS

Sorpresa en el Mundial de atletismo: un noruego se lució en los 5.000 metros y ganó el oro

Jakob Ingebrigtsen, campeón olímpico en los 1.500 metros, tuvo una brillante actuación frente a los favoritos africanos.

Jakob Ingebrigtsen tras ganar la medalla de oro en los 5.000 metros. Foto: EFE.
Jakob Ingebrigtsen tras ganar la medalla de oro en los 5.000 metros. Foto: EFE.

El noruego Jakob Ingebrigtsen dejó atrás su decepción por la derrota en 1.500 ante el británico Jake Wightman con una gran exhibición en la final de 5.000 metros del Mundial de atletismo de Eugene, Estados Unidos, que controló a su antojo a lo largo de los últimos 900 metros.

El campeón olímpico en 1.500 metros tomó la cabeza en ese punto y fue modulando su velocidad para alejarse cada vez más de sus rivales a medida que se aproximaba a la meta.

Ingebrigtsen cubrió los últimos 1.000 en 2’23” y ganó el oro con un tiempo de 13’09”24, seguido de otro Jacob, el keniano Krop (13’09”98), y del ugandés Oscar Chelimo (13’10”20), en tanto que el guatemalteco Luis Grijalva, tan valiente como en primera ronda, llegó cuarto, a 24 centésimas de la medalla de bronce.

Los 5.000 metros masculinos del Mundial de atletismo. Foto: EFE.
Los 5.000 metros masculinos del Mundial de atletismo. Foto: EFE.

Una semana después de colgarse la medalla de oro en 10.000 metros, el campeón olímpico ugandés Joshua Cheptegei se enfrentaba en los 5.000 a la oportunidad de rematar el doblete mundial del fondo, pero fue siempre mal colocado y en el último giro no le quedaba nada. Terminó noveno, aun así cuatro puestos por delante del campeón de las dos ediciones anteriores, el etíope Muktar Edriss.

Cheptegei, plusmarquista mundial, tomó la cabeza en la primera vuelta tras un primer amague del "dreamer" Luis Grijalva. Cubrió los primeros 1.000 metros en 2’36”58 con el plan de castigar las piernas de Ingebrigtsen, un hombre de 3’28”32 en 1.500 que se salía a la calle cinco para tomar agua en la mesa de provisión.

Antes de cumplirse el segundo kilómetro los kenianos tomaron la cabeza del grupo aunque no avivaron el ritmo. El noruego corría por fuera, listo para salir a cualquier ataque, y se colocó en la punta a 900 metros del final. A partir de ahí y hasta la meta, se comportó con enorme solvencia. Nadie puso en peligro su victoria.

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