JUEGOS OLÍMPICOS

El skater de 46 años que espera no tener un paro cardíaco y sorprender a su mamá

No viene a ganar las medallas, sí a divertirse. Tiene 46 años y es el segundo skater de mayor edad en Tokio. Su debut es este jueves en la prueba park masculino desde las 00:30 horas.

Dallas Oberholzer tiene 46 años y es el segundo skater de mayor en los Juegos Olímpicos. @dallasafrica
Dallas Oberholzer tiene 46 años y es el segundo skater de mayor en los Juegos Olímpicos. @dallasafrica/Ben Curtis/AP

Nació en Durban, Sudáfrica, y comenzó a andar en skate cuando el apartheid dejaba de golpear a los ciudadanos. Él es Dallas Oberholzer, tiene 46 años, y es el segundo skater de mayor edad en los Juegos Olímpicos de Tokio. Rune Glifberg, también de 46 años, es el único mayor por tan solo ocho meses.

El sudafricano de ojos claros y barba canosa tendrá su debut este jueves en la prueba park masculino desde las 00:30 horas. Oberholzer tiene pegada una tabla con ruedas a sus pies y más que un deporte, para él el skate es su estilo de vida que comenzó en las calles de Johannesburgo . Siempre lo ha hecho y nunca ha tenido un trabajo fijo.

Estudió publicidad y finalizó la carrera, pero está claro que no era lo que le hacía feliz así que se dedicó a seguir patinando. Trabajó de chofer durante un tiempo, pero solo para subsistir. “Nunca he tenido un trabajo real. Nunca he solicitado un trabajo”, declaró. “Toda mi vida ha sido patinar. Soy un adicto”, expresó Dallas Oberholzer.

“No voy a ganar. No voy a recibir una medalla”, asegura. “Pero soy el mejor en África, en verdad. Y el mejor tipo de África tiene que ir a los Juegos Olímpicos”, afirmó el skater, que admitió que no planea arrebatarle las medallas a los adolescentes, sino que está allí tan solo para divertirse.

Dallas Oberholzer tiene 46 años y es el segundo skater de mayor en los Juegos Olímpicos. @dallasafrica
Dallas Oberholzer tiene 46 años y es el segundo skater de mayor en los Juegos Olímpicos. @dallasafrica

“No debo demostrarle nada a nadie. Sé que tengo 46 años y todo lo que necesito hacer es mantener un buen ritmo cardíaco para mantenerme en la tabla por 45 segundos”, dijo Oberholzer, que es muy querido en el lugar donde vive ya que es tutor de los niños skaters y en 2014 ayudó a construir una pista para sus aprendieses, que también son sus admiradores. “Estaré sonriendo. Eso espero. Si no es porque tengo un leve infarto cardíaco”, indicó.

Y eso es lo que busca Dallas, poder terminar la prueba y que su madre se sienta orgullosa del lugar al que llegó. “Finalmente mi mamá está contenta con las decisiones que tomé en la vida. ¿Saben lo bien que se siente? Le tomó todo este tiempo a mi mamá aceptar que esto es lo que hago con la vida”, declara. “Probablemente eso es lo mejor de todo esto, que mi mamá finalmente diga ‘Wow’”, explicó.

“Ver a mi mamá sonreír hoy ha hecho que este viaje valga la pena. ¡Vamos el equipo de South África! Todos los años que he viajado para andar en patineta, nunca pensé que sería un tipo con una remera que representa a mi país. Ahora represento al continente: Mamá África”, escribió Oberholzer a través de Instagram en la previa a su debut en Tokio.

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