PLAZA COLONIA

Eduardo Espinel: El penal que no pateó el "Cebolla" y sus grandes sueños como DT

Orgulloso de lo que hizo Plaza Colonia quiere seguir para dirigirlo en una copa internacional, pero también eleva la mira.

Eduardo Espinel
Eduardo Espinel.

Eduardo Espinel lo volvió a hacer: Plaza Colonia fue otra vez un equipo muy competitivo y que peleó el título del Uruguayo hasta el último segundo. Por eso se enorgullece de este presente, de los jugadores, del trabajo realizado. Quiere seguir asumiendo desafíos, dirigir a los “Patas Blancas” en una copa internacional, tener la oportunidad de dirigir a un grande y seguir creciendo profesionalmente.

“Sentimos un orgullo tremendo. En un fútbol muy irregular, pudimos ser competitivos todo el año. Más allá de que no hicimos los puntos que queríamos en el Clausura, el equipo nunca cayó en su rendimiento y algunos resultados que no se nos dieron fueron por detalles. Un equipo con muchas limitaciones tiene el orgullo de haber peleado hasta último momento el Campeonato Uruguayo. Me provoca una gran satisfacción porque soy hincha del club, hace 20 años que llegué por primera vez, y también por nuestro trabajo”.

No lo dice él, pero Plaza Colonia es Espinel y Espinel es de Plaza Colonia. Está ligado de forma especial. Entiende que eso pasa porque tiene “ciertas potestades que dan confianza en los momentos de tomar decisiones. En la vida vos necesitás confianza para encarar algo y acá en Plaza nos sentimos con una confianza tremenda porque tenemos esa posibilidad de hacer lo que queremos, pero pensando siempre en lo mejor. Por ahí hemos estado en otros equipos en los que hay derivaciones de otras cosas y en ciertas situaciones no te dejan resolver de la forma que te parece correcta. En Plaza sí. Después el jugador seguramente a nosotros nos entrega, por la carrera que hicimos dentro del club, mucha confianza. Eso nos da una gran espalda. Nos escuchan, respetan el recorrido que hemos realizado. Se suman muchas cosas”.

Prefiere invertir las horas en trabajar y seguir trabajando y elegir los momentos importantes para hablar. “Trabajo mucho, pero no soy muy de hablar o de hostigar mucho al jugador. Soy de delegar mucho a mi cuerpo técnico lo del día a día, pero sí intervengo en cosas puntuales que entiendo que son necesarias para el grupo o para algún jugador. Quizás ahí se gana mayor atención porque no lo hago a menudo. No soy de hablar mucho, hablo poco y lo necesario”.

Cuando habla no se anda con vueltas y pide “lo que se vio en el equipo: el compromiso. Sobre todas las cosas lo que les digo a los jugadores es que no hay que renunciar nunca a los sueños. No renunciar o intentarlo siempre. Dicen que soy un técnico motivador y que le sé entrar al jugador desde el punto de vista de la motivación, así lo ven mis amigos y los jugadores, pero eso yo creo que eso se va dando por la experiencia. Trato de mover lo sentimental”.

Todavía no está resuelto el futuro, porque lo primero es saber si va a seguir en Plaza Colonia. “Depende de muchas situaciones y no solamente de lo que piensa Eduardo Espinel sino de lo que pueda venir en Plaza. Esto es muy dinámico y nunca sabés lo que depara el futuro. Si tuviéramos que continuar, que sería un gustazo, seguramente la única manera de poder elevar más la vara, que la dejamos muy alta, es mediante objetivos que tienen que estar más arriba de lo que se lograron. Pasar el mano que tenemos para meternos en fase de grupos de la Libertadores. Potenciar ese objetivo para buscar motivación. Seguramente algunos jugadores no van a estar y al venir gente nueva, que trae ilusiones, está de nuevo un desafío. Y eso nos hace bien, porque como entrenadores precisamos desafíos nuevos, precisamos dificultades para que nuestra mente vuelva a enchufarse y no siga con una monotonía. Yo necesito tener nuevos desafíos y nuevos jugadores para tratar de que ellos me provoquen problemas”.

Como cualquiera tiene sueños y no los oculta. “Me gustaría dirigir a Plaza en un torneo internacional porque no pude hacerlo cuando lo clasificamos a la Sudamericana porque me fui. Pero también estoy buscando el crecimiento económico y profesional. Tengo el sueño de algún día poder dirigir a un equipo grande. Me parece que hemos hecho méritos suficientes como para al menos tener la chance y estar en un equipo donde pueda elegir jugadores, donde pueda tener mejores condiciones de trabajo y probarnos a ver si podemos lograr mejores resultados. Quiero ese desafío”.

Finalmente, sobre la tanda de penales y la ausencia de una ejecución de Cristian Rodríguez, Espinel sentenció: “Fue una decisión mía. Había una planificación y esto no fue al azar. Hicimos una lista con Osvaldo Carro (su asistente técnico) del 1 al 11 y lo hicimos días antes de llegar a jugar el partido. Si Gaitán lo erraba iba a patear el ‘Cebolla’. Sé que han dicho una cantidad de cosas, pero todo tiene un límite porque afirman cosas que no pasaron y me molesta. Yo estoy tranquilo porque esto fue planificado días previos al partido y en ningún momento el ‘Cebolla’ no quiso patear. Además, si hubiese pateado el tercero o el cuarto y lo erraba hubieran dicho cosas peores”.

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