CATAR 2022

Diego Alonso y su carácter: así motivó a su equipo para ganar la Concachampions

En 2019 Rayados de Monterrey definió el título con Tigres. Habían ganado el partido de ida 1-0 y dio esta charla en el vestuario previo al juego de vuelta.

Diego Alonso

Una de las razones por las que Diego Alonso se llevó los votos mayoritarios en el Consejo Ejecutivo de la AUF para transformarse en el nuevo técnico de la Selección de Uruguay fue su personalidad. Además de sus atributos tácticos, que los llevaron a ser dos veces campeón de la Concachampions y una del torneo mexicano, sabe cómo llegarle a los futbolistas para motivarlos.

En el Ejecutivo hay un convencimiento de que lo que precisa la Celeste en este momento es levantar el ánimo luego de una serie de resultados adversos, porque futbolísticamente hay calidad como para marcar la diferencia. La dirigencia vio últimamente a un equipo muy caído en lo emocional y eso es lo que se quiere apuntalar. Por eso la carta que jugó Alonso desde un comienzo con incorporar al profesor Óscar Ortega al cuerpo técnico le dio tanta fuerza a su candidatura.

Cuando la dirigencia recibió el martes a la tarde la confirmación de que el preparador físico del Atlético de Madrid había recibido el OK del club para trabajar con Uruguay, allí se definió la elección de Alonso.

El Tornado es un hijo futbolístico de Julio Ribas, un técnico que siempre apostó muy fuerte por la motivación al jugador y como tal, lo hace muy bien.

El 1° de mayo de 2019 Rayados de Monterrey, dirigido por Alonso, llegó al partido de vuelta de la final de la Concachampions (torneo que ya había ganado dos años antes con Pachuca) ante el también mexicano Tigres, al que había vencido 1-0 en la ida.

Minutos antes de salir a la cancha, el Tornado dio su charla motivacional. Tomó el centro del vestuario y caminando en círculos y empezó a hablar: "Hay que tener una inteligencia emocional tremenda. Siempre tenemos que estar firmes, desde que salimos", les dijo. "Tenemos que jugar todo el tiempo con 11. No podemos dejar al equipo tirado por una calentura. Con 11 somos impresionantes; somos imparables".

"No los podemos dejar jugar. Ellos ya saben que nosotros queremos ser campeones porque se los demostramos durante los 90 minutos en el partido pasado y en este tenemos que ser igual; 90 minutos para demostrar que somos nosotros los que tenemos que salir campeones", recalcó para lanzar como última frase: "¡Hay que abrazar la historia!". Y los jugadores lo hicieron, porque empataron 1-1 y lograron el título.

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