LIGA UNIVERSITARIA

Perazzo, baterista de Trotsky, contó el día que su banda "lo quebró" por no ir a grabar y la razón de no probarse en Primera

Guillermo le cumplió el sueño al grupo de su padre antes del éxito musical y fundó Arquitectura Juniors, ya grababa discos, pero los partidos eran sagrados y no se suspendían por nada. 

Cuico Perazzo en Arquitectura Jrs. en 2001.
Cuico Perazzo en Champagnat en 2001.

Siempre iba a ver a su padre cuando jugaba en el Club Arquitectura, equipo de la carrera que estudiaba. Así fue hasta que se extinguió, aunque de grandes el grupo se reencontró en otra liga. Pero quienes ahora eran hombres grandes, tenían la inquietud de ir más lejos, querían que sus hijos volvieran a vestir la camiseta. Aceptaron porque lo que más querían “era jugar a la pelota, pero éramos muy chicos, yo tenía 18 y todos andaban por esa edad”, recuerda Guillermo Perazzo, que fundó Arquitectura Jrs. en el 1989.

Cuico, como lo conocen, zaguero desde siempre -moldeable a los puestos de lateral y mediocampo- se había nutrido de la Liga Universitaria mientras esperaba que su padre, entonces neutral, saliera de largas reuniones en la sede y desde una ventana observaba los partidos. Hasta que fue él quien jugaba en esa cancha. El DT que tenían era de “la escuela del Holanda del 70. Volvíamos locos a los rivales, hacíamos una presión alta y exagerada”, recuerda Guillermo, quien estaba toda la semana pensando en el partido del fin de semana. A los pocos años se pasó a la Pre Senior de Champagnat y “por un tema de las rodillas”, cuenta Perazzo, ya no pudo jugar más.

"La Liga no es simplemente juntarse a jugar al fútbol, tiene un trasfondo de amistad y tratar de hacer las cosas bien. Hay una enfermedad, por así decirlo. Uno esperaba que llegara el domingo para jugar”, recuerda de un lugar al que le tiene “mucho cariño”.

Trotsky Vengarán. Foto: Difusión.
Guillermo "Cuico" PerazzoBaterista de Trotsky Vengarán

Tuvo el sueño de ser futbolista; se probó en River Plate y no quedó. Tuvo otra oportunidad cuando Eduardo Acevedo lo invitó a probarse a Sud América, pero priorizó el estudio. Luego se arrepintió. Al otro año empezó a estudiar arquitectura, al igual que su padre, madre y hermana mayor. Hoy lleva adelante el Estudio Perazzo de su padre, fallecido este año. De todas maneras, le hubiese gustado intentar. “Me quedó la espinita de haberme probado, pero no se dio”, confiesa.

La pasión por el fútbol nunca estuvo en discusión 

Cuico Perazzo. Foto: Instagram @cuicoperazzo
Cuico Perazzo. Foto: Instagram @cuicoperazzo

A todo esto la música aún no nucleaba su vida, pero en el 91’ se unió como baterista a la famosa banda uruguaya Trotsky Vengarán. “No era como ahora, durante muchos años estuvimos en el under y se tocaba poco”, recuerda. A partir del 2000 les fue mejor, pero el fútbol de la liga “no se suspendía por nada”, dice quien tocaba hasta las 5:00 en el interior de país y pedía que a la vuelta la camioneta lo dejara donde se jugaría el partido.

Una de esas locuras le costó quebrarse: grababan su segundo disco y ese día Peluffo lo llama para recordarle que tenían ensayo, a lo que Cuico respondió: “No puedo, tengo partido”. Esa noche cambió los palillos por los botines y jugó. Final fallido, porque se quebró y al otro día cayó con muletas a grabar. “El comentario al verme fue ‘apenas cortamos contigo dijimos ojalá se quiebre’”. “Lo dijeron en joda, obvio, pero me quebré”, concluyó.

Canciones inspiradas en fútbol

Trotsky Vengarán. Foto: Difusión.
Trotsky Vengarán. Foto: Difusión.

Cuando no eran tan conocidos, al resto de la banda le costaba entender estos faltazos, pero esto no significa que no fueran locos por el fútbol. “En Trotsky somos muy futboleros. Fanáticos. Hugo y yo somos de Peñarol y Guille y Grano (el bajista) son de Nacional. Igual hay un pacto de caballeros en no tomarnos el pelo”, cuenta Perazzo, y añade: “A nosotros nos gusta cantar sobre las cosas cotidianas que le suceden a la gente común. Eso implica que haya canciones que le escribimos al fútbol o que hacemos paralelismo con situaciones del fútbol“. A Cuico el fútbol también lo ayudó en la coordinación de las extremidades de manera independiente: “No fue para nada fácil”.

CANCIÓN

"Detrás del arco"

Publicada en 2001, Detrás del arco está inspirada en el fútbol y refleja una anécdota en la cancha de Cerro. “En una de las transmisiones de un partido apareció una bandera de Trotsky y tuvimos ganas de conocer a esa gente”, confiesa Cuico sobre el grupo con el que generaron vínculo y aún se juntan a comer. “Fuimos al Tróccoli y fue una experiencia increíble. Todos sabían quiénes éramos y el equipo por el que hinchábamos, pero el respeto fue alucinante”. El Esta banda no puede parar/aguanta y nunca va a faltar se volvió un clásico.

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