INFORME

Los cracks que emigraron y volvieron...y los que no regresaron al fútbol uruguayo

A partir de la pequeña tormenta que se armó alrededor de las declaraciones de Luis Suárez sobre Nacional: ¿qué figuras volvieron al fútbol uruguayo y cuáles no?

Diego Forlán firma con Peñarol. Foto: Marcelo Bonjour
Diego Forlán en su llegada a Peñarol. Foto: archivo El País.

Volver con la frente bien alta, al revés del famoso tango, se ha vuelto una costumbre de los futbolistas uruguayos tras jugar varias temporadas en el exterior, sobre todo Europa. Sin embargo, no todos pegan la vuelta. La pequeña tormenta que se armó alrededor de las declaraciones de Luis Suárez sobre Nacional recuerda cómo algunos protagonistas celestes de Sudáfrica 2010 prefirieron seguir o concluir sus carreras en el exterior.

Existen para eso razones económicas: es imposible que los clubes de este país se acerquen a lo que ganan figuras como Edinson Cavani. Martín Cáceres sigue prefiriendo ofertas de clubes del exterior. Diego Lugano prefirió evitarlo para no embanderarse con colores locales.

Diego Lugano jugó en Sao Paulo 10 años después. Foto: saopaulo.net
Diego Lugano. Foto: Prensa Sao Paulo.

Diego Forlán, por su parte, se dio el gusto de salir campeón con Peñarol (su padre, Pablo, se fue a Brasil y volvió al aurinegro), pero volvió a emigrar tras una única temporada. Y al mismo tiempo, aquí siguen jugando Walter Gargano, Maxi Pereira, Álvaro Fernández, Ignacio González y Sebastián Fernández, además de quienes volvieron y ya se retiraron.

La situación de Sebastián Abreu fue especial, pues se fue y volvió varias veces, con ese espíritu de viajero incansable que siempre exhibió .

Recoba, Pacheco, Fernández, Fleurquin, Rodríguez
Recoba, Pacheco, Papelito Fernández, Fleurquin y Cebolla Rodríguez. Foto: archivo El País.

Volvieron

El fenómeno de los futbolistas emigrantes que retornan no es nuevo. En realidad, es antiguo. Imposible no citar a Héctor Scarone, que de Barcelona regresó en la década de 1920 a Nacional. Lo mismo hizo más tarde otro olímpico, Pedro Petrone.

De los campeones de Maracaná se fueron a Italia Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia. El Pepe se retiró allá pero el autor del gol del triunfo ante Brasil volvió, ya veterano, para jugar en Sud América y Danubio.

Walter Gómez se fue de Nacional a River argentino y de ahí a Italia, pero tuvo un segundo pasaje por el tricolor. Julio César Abbadie se fue de Peñarol a Italia y a su retorno fue clave en el aurinegro de los años 60. De esa época, otros dos cracks fueron transferidos por Peñarol: Roberto Matosas a River argentino y Luis Cubilla a Barcelona. El defensa volvió al aurinegro; el puntero, que luego también fue a River, se vino a Nacional, siempre como gran figura.

Sin embargo, en los últimos tiempos el fenómeno se ha vuelto muy común, y no solo en Uruguay. En primer lugar, cuando los futbolistas se van al exterior muy jóvenes empiezan a acumular años fuera de casa y terminan pesando la nostalgia, los estudios de los hijos y otros factores. Además, como en el presente las carreras se han extendido mucho más allá de los 30 años, se puede jugar e incluso ser desnivelantes a edades que antes significaban el retiro. Hay mil ejemplos, pero se puede citar los de Antonio Pacheco y el Cebolla Rodríguez en Peñarol, Ruben Sosa y Álvaro Recoba en Nacional.

Foto: archivo El País.
Ruben Sosa. Foto: archivo El País.

Ya se vislumbraba a fines de la década de 1970, cuando Ildo Maneiro llegó de Francia sorpresivamente a Peñarol, teniendo en cuenta su pasado en Nacional y terminó siendo gran socio de Fernando Morena (quien después también tendría su propia experiencia de retorno). Ladislao Mazurkiewicz volvió, y en dos ocasiones.

Al tiempo se reintegraron a Nacional otros campeones de 1971, que terminaron siendo fundamentales para los títulos de América y del mundo de 1980: Víctor Espárrago, Julio César Morales y Juan Carlos Blanco. En tanto, Julio Montero Castillo y Juan Carlos Mamelli no llegaron al 80, pero fueron campeones uruguayos en 1977. Juan Martín Mugica regresó de Francia a Defensor y ya retirado dirigió a sus antiguos compañeros.

Con estos antecedentes, el tricolor logró el retorno de Hugo de León en 1988 con el éxito conocido.

Antonio Alzamendi, tras salir de Sud América en 1978, hizo casi toda su carrera en el exterior, aunque volvió primero a Nacional y luego a Peñarol, y se retiró en Rampla.

La década de 1990 en el Campeonato Uruguayo estuvo marcada por la presencia de Pablo Bengoechea en Peñarol, que lo trajo tras su periplo por el fútbol español y el argentino. Aquel aurinegro del segundo quinquenio tuvo también el retorno significativo de Carlos Aguilera e incluso el de Luis Romero, aunque el pasaje de este por Europa fue corto.

Pablo Bengoechea y Edgardo Adinolfi
Pablo Bengoechea. Foto: Archivo El País

En Nacional incluso volvió el panameño Julio Dely Valdés, aunque no alcanzó a desnivelar como en su primera etapa en el club. Hubo ejemplos de retornos que no apagaron la nostalgia, pero fueron pocos. Por supuesto, depende de la forma física y técnica que se mantenga.

Se quedaron

Sin embargo, existe una extensa lista de jugadores que emigraron y no volvieron al país, ni siquiera para vivir, al echar raíces en sus nuevos destinos. Elbio Pavoni dejó Defensor y Montevideo hace casi seis décadas para defender a Independiente y pasó a residir en Buenos Aires, como muchos otros colegas. También en México hay una numerosa colonia de exjugadores uruguayos. Pedro Rocha triunfó en Brasil y se quedó allí el resto de su vida. Su compañero del Mundial 1970 Atilio Ancheta llegó a cumplir un breve retorno a Nacional, pero enseguida retomó su vida en Brasil.

Enzo Francescoli pasó de Wanderers a River argentino y desde allí saltó al fútbol europeo. Cuando volvió de Europa lo hizo de nuevo a River. Pese a que alguna vez pensó en defender a Peñarol, el club del cual era hincha de niño, solo se concretó en un amistoso festivo. Sigue residiendo en Buenos Aires y es manager de River.
 

Enzo Francescoli y la Copa Libertadores. Foto: Archivo El País.
Enzo Francescoli. Foto: archivo El País.
ADQUIRIDO AL VALENCIA

Un caso especial: Fernando Morena

Fernando Morena también fue a Europa y al tiempo regresó pero su caso es especial: Peñarol lo fue a buscar a su club español (Valencia) y pagó una suma muy importante por su pase. No se trató del retorno al país de un jugador que finalizaba el contrato.
Hubo factores que pesaron para que se diera esta particularidad. Uno futbolístico, un mal momento de Peñarol que coincidía con uno muy bueno de Nacional. También gravitó que el dólar estuviera artificialmente bajo en Uruguay debido al sistema conocido como “la tablita”, que fijaba de antemano el valor del peso frente a la moneda estadounidense. Finalmente, Peñarol lanzó la campaña “A Morena lo traemos todos”, para lograr la colaboración de los hinchas.
El operativo tuvo excelente resultado deportivo (con Morena volvieron los títulos) aunque la ruptura de la tablita le originó graves problemas económicos al club.
También Gabriel Cedrés fue contratado desde el exterior, en su caso México.
 

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