CHAMPIONS LEAGUE

El planchazo en la cara de Griezmann a Firmino que le costó la tarjeta roja

El francés venía siendo el héroe de Atlético de Madrid al haber anotado los dos goles del equipo contra Liverpool, pero la expulsión lo transformó en villano.

Atlético de Madrid vs. Liverpool
El planchazo a la cabeza de Griezmann a Firmino. Foto: EFE

En el minuto 55 del duelo entre Atlético de Madrid y Liverpool, el francés Antoine Griezmann miraba desconsolado, impotente, sin saber muy bien cómo reaccionar a su expulsión con tarjeta roja directa por el indudable golpe involuntario en la cara a Roberto Firmino. 

El duelo por la fase de grupos de la Champions League fue una vertiginosa montaña rusa para el delantero, quien tuvo reiteradas chances de anotar y convirtió en dos de ellas, cuando el equipo perdía por un tanto.

Y es que sin sus dos goles, el equipo rojiblanco no habría empatado el 0-2 que le habían hecho en 13 minutos, ni habría puesto contra las cuerdas como puso al Liverpool, salvado por Alisson. Pero quizá no habría sido derrotado después, por la inferioridad numérica que causó sin querer, al ser expulsado.

En ese primer cuarto de hora el Colchonero no la había tocado y su adversario ya había conectado dos golpes rotundos antes del cuarto de hora: un gol de Mohamed Salah y otro de Naby Keita. Griezmann, aunque estuvo bajo el foco por su recorrido en el Barcelona y una vuelta a la cancha coreada por chiflidos, ha tenido un gran desempeño en el colchonero : 136 goles en 265 partidos.

Y dos de ellos fueron este martes al Liverpool: Koke le devolvió la pelota adentro del área tras una jugada de Lemar para anotar el 1-2 -en el minuto 20- y que después culminó con un control orientado y un tiro cruzado la desbordante conexión con Joao Félix.

Pero también tuvo un gran fallo que dejó a su equipo con 10. Un balón aéreo centraba su atención cuando levantó la pierna derecha de forma desmedida, sin atender a que Roberto Firmino acudía esa misma pelota. La plantilla, al rostro; la expulsión, inmediata.

Su mirada impotente en cuanto vio la roja, sus gestos de incomprensión y las ineficaces explicaciones posteriores sobre un hecho que calificaaba involuntario no pudieron hacer que el árbitro alemán Daniel Siebert detuviese la tarjeta roja en el bolsillo. 

Contrario a su vuelta al Colchonero, Griezmann se marchó de la cancha con una ovación, siendo este su mejor partido desde su vuelta, hasta el minuto 55, donde su expulsión remarcó su permanencia en una montaña rusa.

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