Anthony Sosa jugó en Peñarol, fue campeón en Nacional con el Cacique, entrenó junto a Cristiano y busca revancha en Cerrito

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Con una notoria alegría en su voz, Anthony Sosa respondió del otro lado del teléfono. Y es que el atacante volvió a Primera División ya que se transformó en alta de Cerrito de cara al segundo semestre de 2022, club al que llega desde Cerro.

“Esta es la chance que necesitaba”, confesó Sosa en diálogo con Ovación y agregó: “Estaba necesitando una oportunidad así para volver a renovar las ilusiones y tratar de aprovechar al máximo”.

El atacante sostuvo que llegar a un equipo auriverde que acaba de perder a su entrenador, que está último en la Anual y en zona de descenso “no es una presión extra”. “Estoy con muchas ganas y eso no me va a afectar. Voy a dar el máximo y buscaré aportarle intensidad y velocidad al ataque que son mis principales características”, manifestó.

Sosa nació hace 25 años en José Pedro Varela y su carrera tuvo distintas variantes de las que confesó aprendió mucho en cada una de ellas.

El salto lo dio a los 17 años cuando llegó a jugar a la Quinta División de Peñarol, ilusionado con comenzar su carrera profesional. Lo que no imaginó es que poco tiempo después iba a estar en un plantel profesional como en el de Torque, al que defendió en la Segunda División.

Pero su carrera lo llevó una vez más a un plantel juvenil ya que llegó a Liverpool donde jugaba en Tercera y alternaba en los entrenamientos con la Primera División, aunque una vez más cambió de colores para arribar a la Tercera de Nacional.

De ese pasaje por el tricolor guarda un grato recuerdo porque allí fue campeón bajo la dirección técnica del Cacique Medina: “Él y Fernando Machado (su asistente) son dos fenómenos y bien merecido tienen todo lo que están viviendo”.

“Siempre estuvo seguro de lo que quería y en lo personal sabía que estaba seguro de los pasos que tenía que dar. Él y su cuerpo técnico no tienen techo”, confesó sobre el actual entrenador de Vélez que se inició como DT en esa categoría tricolor.

Volvió a Primera poco después y lo hizo para jugar en Progreso donde más maduro dejó muy buenos rendimientos que le permitieron dar el salto al exterior: Nacional de Portugal lo esperaba.

Fue allí donde vivió una situación un tanto agridulce porque viviendo en la ciudad de Madeira lo encontró la pandemia de covid-19, pero eso le permitió vivir la experiencia de entrenar al lado de Cristiano Ronaldo que se encontraba en su ciudad natal.

“Iba al estadio del club a entrenar, donde estábamos nosotros. Me lo crucé varias veces llegando al entrenamiento, pero no tuve la fortuna de poder sacarme una foto y es de lo que me arrepiento”, confesó Sosa que fue campeón y logró el ascenso a la Primera División. “Era increíble verlo entrenar. Estaba siempre con el hijo que le tiraba centros”, recordó entre risas y agregó: “Por la pandemia estaba todo lleno de seguridad y a él no te le podías acercar mucho, pero es un muy lindo recuerdo que me quedará para siempre”.