EDITORIAL
diario El País

Detrás de la reforma

Es obvio para todos que la reforma de la jubilación es imprescindible.

Es obvio para todos que la reforma de la jubilación es imprescindible. Vivimos más años y la natalidad continúa bajando. Vamos camino a la quiebra del Banco de Previsión Social (BPS). Sería una catástrofe que cualquier gobierno trataría de evitar. Habría que apelar a una capitalización, como hubo que hacerlo con Ancap en esa instancia, debido al pésimo manejo bajo la presidencia de Raúl Sendic ¿recuerdan?. Y seguir capitalizando a la institución (BPS) en forma creciente y constante.

Inyectarle fondos significa poner más plata de los uruguayos, ya sea aumentando impuestos y tornando menos competitivos a los empresarios del país; aumentar la inflación a través de emisión monetaria o pedir mayores préstamos. Algo que no es ilimitado y finalmente hay que devolver, más allá de que según se recordará, cuando la crisis del 2002 hubo quienes abogaron por no cumplir con las deudas y que el país cometiera "default". Lamentable aquella postura del FA de no cumplir con los compromisos, a lo que el Presidente Jorge Batlle se rehusó firmemente.

Lo que sucede en fuertes sectores del Frente Amplio (Partido Comunista y Tupamaros) es que tienen su propio fin y para alcanzarlo, tal como se ve con las constantes posiciones obstruccionistas, se dedican a ello en forma permanente. Su interés radica en obtener el fracaso del sistema liberal capitalista, ese que se rige por las reglas del mercado en un ámbito democrático y en un ambiente de progreso y paz social, justamente el marco cultural y económico del Uruguay.

Para cambiar esa característica uruguaya, la vía trazada es la de tomar el poder como sea. Ya lo intentaron en la década del 60 y principio de los 70, por medio de las armas, la violencia, los secuestros y la convulsión social, cosa que felizmente no lograron. Ahora pretenden conseguirlo por las urnas rompiendo el contrato social que existe en la ciudadanía; fomentan la lucha de clases, la discordia, la intranquilidad, el aumento de la inflación y la destrucción de un organismo clave como el BPS, un objetivo de máxima.

¿Qué buscan, por lo menos en el corto plazo? La pobreza.

¿Cómo la pobreza? Así como lo lee. Cuanto más pobres y más ignorantes más votos para la izquierda. Cuanto menos jóvenes preparados para comenzar una vida laboral fructífera, mejor. Más indigencia y frustración, ideal para el caldo de cultivo del resentimiento. De ahí la férrea oposición a mejorar la educación que enfrenta el gobierno. ¿O el lector cree que no hay conexión entre una cosa y la otra? Hay gente inteligente que trabaja en esa línea para debilitar y hasta destruir lo institucional.

Su interés radica en obtener el fracaso del sistema liberal capitalista, ese que se rige por las reglas del mercado en un ámbito democrático y en un ambiente de progreso y paz social, justamente el marco cultural y económico del Uruguay.

Por supuesto muchos en el Frente Amplio, al leer este editorial dirán y hasta lo crean, que esto de buscar la pobreza como un camino hacia el poder es un cuento chino. Volverán a repetir que el FA busca el bienestar del pueblo y traerán a colación, por ejemplo, el plan Ceibal de Vázquez.

Un gran acierto de ese presidente, que por cierto no era un cabal revolucionario sino un médico empresario con ideas socialdemócratas. Por más que haya dejado cargas que mucho pesan hasta hoy con ciertas reformas de su gobierno, como la educativa, cuando se le dio el gran poder a los sindicatos docentes. Además de la laboral, la tributaria y (otro elefante blanco con pies de barro) la de la salud.

Del Presidente Mujica y de Vázquez se puede destacar que tuvieron la virtud de no echar atrás las inversiones de las plantas de celulosa ni la ley de puertos o la desregulación de los seguros ni del marco energético, a pesar de la guerra en contra, siendo oposición.

De haber habido un intento de establecer un sistema a la cubana durante sus gobiernos, la población se hubiera opuesto, pero no se intentó. Por suerte hubo gente cuerda en esos gobiernos del Frente Amplio, basta con nombrar al Contador Astori, ello no quita que las actuales figuras de ese partido den muestras de un radicalismo y una involución de pensamiento que denota un ansia superlativa de tomar el poder y quedárselo. Motivo por el cual, solapadamente propician mayor ignorancia y seres dependientes.

Al Presidente Luis Lacalle Pou le tocaron años nada fáciles. Recibió el gobierno con un déficit del 5% del producto, (Arbeleche lo ha bajado al 2,5%); a poco de asumir le llegó el covid; dos años para aprobar su plan de gobierno (LUC) por todas las mentiras utilizadas, con referéndum incluido y aún así encara dos importantes reformas; Seguridad Social y Educación, tal cual fue su promesa electoral.

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