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El Uruguay que no queremos


@|Hizo bien el Presidente Lacalle Pou remarcando su apoyo “a todos los hombres y mujeres policías del país, que fueron utilizados injustamente cuando nos cuidan a todos los uruguayos”, por más que se afirme que el Presidente “falsifica” y “distorsiona” la postura histórica del Frente Amplio en materia de seguridad.

Cualquiera que haya seguido mínimamente de cerca la campaña por la famosa LUC, habrá leído y oído las frecuentes alusiones a los temidos y “supuestos” abusos policiales que pudieran derivarse de la nueva ley, por parte de sus voceros. Un recurso largamente utilizado por los simpatizantes de izquierdas radicales de toda la región. Un recurso marketinero de alto impacto, dado la sensibilidad del tema ante la población.

Por ello, me pareció repudiable la actuación de Fernando Pereira, novel presidente del Frente Amplio, quien quiso debutar entrando a la cancha marcando fuerte y por lo bajo, presentado unas docenas de supuestos abusos policiales, y señalando que las mismas no prosperaban porque las supuestas víctimas “son hijos de pobres”.

En un cuerpo que tiene más de 33 mil efectivos, que nos cuida la vida y las propiedades a todos, tratando de reprimir, disuadir, y combatir los excesos y la suciedad humana que producimos todos los días.

Para su decepción -y la de los más radicales - no salió nada tan grave, ni parecido siquiera a la actuación policial -obligada por la autoridad militar que gobernaba en aquellos momentos -cuando en los años setenta se cometieron aquellos atroces abusos, que sí fueron vergonzantes para la sociedad.

¡Pero recordemos, sin embargo, que los principales imputados por estos abusos, muertes y torturas, muchos de los cuales han sido identificados y juzgados, no han sido policías, sino quienes ocupaban altos cargos en nuestras Fuerzas Armadas!

¿Por qué entonces Fernando Pereira y su troupe no se tiran contra el Ejército Nacional? Máxime cuando hoy está representado en el Parlamento.

Porque hoy, según el Latinobarómetro 2020, la confianza de los uruguayos en la Policía (seis de cada diez) fue la más alta de la historia (desde 1995).

Las opiniones positivas alcanzan a casi (58%). El estudio muestra, además, que en 2020 la Policía fue la institución que recogió mayor confianza de todas las evaluadas en Uruguay; y en un estudio de Opción Consultores de 2021, la sindicalista más valorada fue Patricia Rodríguez, dirigente de SIFPOM (Sindicato). Por otra parte, en una encuesta de CIFRA, del mismo año, ¡el PIT-CNT recibe un 55% de desaprobación! O sea, mientras la policía fue ganando espacios de credibilidad, la central sindical los fue perdiendo.

Y voy a recordarle al Sr. Pereira y a sus acólitos que, según últimos datos publicados por la Usina de Percepción Ciudadana (La Diaria, 3 diciembre 2021) sobre confianza de la población en cuanto a las instituciones relevadas, solo el 43% confía en los sindicatos. ¡Según estos datos de la Usina: 67% confía en la Policía, mientras que 53% confía en la Justicia, 48% confía en el gobierno, 44% confía en los medios de comunicación y ¡43% en los sindicatos!

Ojalá el FA (y en especial el Partido Comunista) aprendan de estas experiencias. Y que si quieren lograr algo distinto, no sirve seguir haciendo siempre lo mismo (Einstein). Que seguir pretendiendo manipular a la población echándole encima los infaustos hechos de los años de la dictadura, a nuestros actuales policías, es tan cruel como mediocre.

Pienso que este que hoy preside Fernando Pereira, es el Frente Amplio que no queremos, lo votemos o no. Porque no representa a un gran porcentaje de valiosos compatriotas, necesarios todos para la confrontación democrática, en ideas, aportes y valores.

¡Y porque forma parte del Uruguay que no queremos!


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