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Salud Mental


@| Yo no voy al “loquero”, pero por las noches no duermo. Yo no voy al “loquero”, pero lloro en la ducha en silencio. Yo no voy al “loquero”, pero me aterra salir de casa y siento que ya no puedo.

El no tener una atención adecuada no significa no tener el problema. La dificultad sigue estando, pero sin ser tratada.

¿Alguna vez usted escuchó “no creo en los cardiólogos”? Imagino que no.
Tampoco cuestionó el tener que tomar medicación para tratar su hipertensión arterial ni su colesterol.

Pero cuando se trata de la Salud Mental… los cuestionamientos abundan.
El famoso “vos tenés que poder” que se le exige a una persona que padece un sufrimiento emocional, es impensado en otras afecciones. Ejemplo: persona con un traumatismo en la rodilla, se percibe la zona inflamada, un cambio de color en la piel y se nota una muesca de dolor en su rostro al caminar. Puedes empatizar con su sufrimiento. A esa persona no se te ocurre pedirle que se esfuerce para estar mejor, como si fuera una mera cuestión de voluntades.

Pareciera que tiene que haber algo que se pueda evidenciar físicamente para poder clasificarlo como un problema de salud. O al menos ¡un laboratorio que así lo indique! Un tensiómetro en donde no queden dudas de que algo está pasando, que hay un problema de salud.

Creo que urge un cambio cultural del que todos tenemos que formar parte y que nos permita entender al ser humano en su totalidad.

El tratamiento comienza cuando uno reconoce que necesita ayuda y toma la decisión de consultar.

Sin Salud Mental no hay bienestar.

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