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El pez por la boca muere...


@|En nuestro país existe un poder que es uno de los tres que independientemente actúa conformando lo que habitualmente se denomina democracia. Ese poder es el Poder Legislativo, donde se votan las leyes que todos y cada uno de los habitantes de nuestro país debemos acatar y respetar.

En la sociedad existen aquellos que respetuosamente las acatan y pagan los impuestos que permiten sostener al Estado, otros que procuran cumplir solamente aquellas que les son exigidas por la autoridad y otros que simplemente no las cumplen y viven al margen de la ley.

En nuestro país, cada cinco años, se eligen diferentes personas que integrarán el Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo.

Allí las diversas corrientes de opinión o partidos políticos proponen a la ciudadanía a quienes supuestamente mejor se desempeñarán en los diversos cargos elegibles durante cinco años. Usted, ciudadano de “a pié”, vota a quién cree que mejor lo representará.

Aparecen aquí las interrogantes: ¿votaría Ud. a alguien que no cumple con las leyes? ¿Votaría Ud. a alguien que no paga regularmente los impuestos y tasas que le corresponden? ¿Votaría Ud. a una persona que es dirigente de una agrupación social o sindical que no paga aquellas obligaciones impuestas por el Estado en beneficio de ese sector del que en particular es el líder?

Si Ud. lo hizo por sus convicciones personales, de disciplina partidaria o por haber sido influenciado por la verborragia de algún candidato, piense antes de volver a hacerlo, si la conducta personal de ese candidato es la de un ciudadano responsable y democrático.

Hacerse el chancho rengo o victimizarse porque alguien le descubrió el pastel, no exime a nadie de culpa.

Si se es propietario de una vivienda en un terreno que figura como baldío y además no se han pagado en los últimos diez años las tasas municipales, no sería propio de la figura de un representante legislativo, por más que sus correligionarios se solidaricen con él.

Aquí vemos cómo el corporativismo del FA actúa siguiendo aquello expresado hace algunos años por un expresidente de que “lo político está por encima de lo jurídico” y pretenden que las irregularidades cometidas durante varios años por uno de sus integrantes son leves y básicamente pergeñadas por la “derecha”.

Si estas hubieran sido de un contrincante político, estarían llamando a la prensa y promoviendo alguna acción penal. Aquí también la prensa juega su rol de acuerdo con sus ideas políticas. Para algunos este político sería una especie de Robin Hood y para otros, todo lo contrario.

En resumen: hay hechos, no opiniones, que este representante nacional no tuvo intenciones de hacer las cosas por derecha como cualquier hijo de vecino con dificultades económicas, como argumenta en su defensa.

Hacerlo le hubiera permitido a algunos de sus colegas laborales cobrar su aguinaldo o su licencia anual.

No sólo por la boca se logran conquistas, a veces hay que predicar con el ejemplo.

Algo que no consideró.

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