Empezamos mal
@|Que el partido de oposición, FA, no está en su mejor momento, no es ninguna novedad. Tampoco lo es reconocer la desaparición de sus principales referentes históricos. En consecuencia, es veraz aseverar la ausencia de figuras relevantes en sus diezmadas filas.
Tan es así que en las últimas elecciones internas, resultó electo en forma apabullante un sindicalista, Fernando Pereira, con pobre historial formativo, quizás compensado con un reconocido trabajo como sindicalista y gremialista, con más de 35 años de actividad en su lucha sindical.
El 5 de febrero pasado, asumió como presidente del FA. Pero, diría, empezamos mal, puesto que ya en su primer discurso, ante un escenario partidario motivante, no tuvo mejor idea que decir algo contra el actual gobierno, lanzando la disparatada frase para su tribuna: “Este gobierno no estaba preparado para gobernar”. Error garrafal.
Desatinado, además, porque hasta el menos versado en política sabe que el gobierno electo traía consigo una visión distinta, con cambios trascendentes en su Plan de Gobierno, preparado y consensuado por una Coalición de 5 Partidos que, presentado como “Compromiso por el País”, se comprometía a atender puntos trascendentes para el cambio que la ciudadanía pedía:
1) Las cuentas en orden.
2) Estado Inteligente y Transparente.
3) Empresas Públicas al servicio de la gente.
4) Impulso al crecimiento.
5) Inserción Internacional.
6) Policía respetada, Sociedad pacífica.
7) Política de Defensa.
8) Transformar la Educación.
9) Proteger a los débiles.
10) Agenda de Derechos.
Cada uno de esos 10 puntos se explayaba luego en múltiples ítems vinculados a cada uno, pero faltaba algo más y era la LUC.
En silencio, contra la equivocada frase de Pereira, desde el 2017, el senador Lacalle Pou recorriendo todo el país, hablando con la gente, escuchó, uno a uno, todos sus reclamos y necesidades, para, simultáneamente, apoyado por un calificado equipo de asesores, prepararse para la factible eventualidad de ser electo Presidente. Y preparó un articulado de cerca de 500 temas que, a su asunción, llevaría de inmediato a la Legislatura para su discusión y aprobación por considerarlo la voz del sentir popular y por ello, la herramienta fundamental para su nuevo gobierno: la Ley de Urgente Consideración.
La importancia, necesidad y sentido de la LUC impactó por la rapidez de su presentación y por su estudiada y oportuna temática provocando una reacción positiva en quienes creyeron en él y desordenada e inconexa de la dirigencia del FA; llevando a sus actuales referentes, sorprendidos, a turnarse para “poner palos en la rueda” con falacias y erróneas demandas a todo lo que, como estocadas magistrales del Plan de Gobierno, presentaba la Coalición gobernante.
Pereira, como se habrá dado cuenta, empezamos mal.
Esperemos que mejor informado de la realidad y de la fuerza de la opinión ciudadana, se reubique, y también su partido, para encarar y, si es posible, acompañando los años que le quedan a este gobierno promisorio. Si así sucede, podremos terminar bien.
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