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Comités de base camuflados


@|Una vez más ha quedado bien claro que la izquierda uruguaya carece de escrúpulos para utilizar cualquier método, con tal de obtener rédito político. Algo que viene sucediendo hace bastante tiempo, pero que ahora quedó a la vista: es la utilización de las ollas populares para mantener votos cautivos.

La actitud de la Coordinadora Popular y Solidaria demostró que tiene ese fin, sin dejar de investigar si todos los alimentos llegan a los beneficiarios o son desviados con otros fines.

Desde el momento en que la izquierda comenzó con la recolección de firmas en contra de la LUC, podíamos ver en las notas televisivas a integrantes de las ollas populares con camisetas rosadas del SÍ y con planillas a la vista, a modo de obtener las firmas de aquellos que ahí concurrían.

En declaraciones del senador Gandini, éste afirmó que tiene audios donde a todo aquel referente de una olla que concurría a recoger los insumos a la coordinadora, se le condicionaba la entrega de los mismos a cambio de asistir a talleres en contra de la LUC. El calificativo que se les puede dar a quienes hacen esto, es irreproducible. A tal punto la izquierda demuestra su doble moral, que en el Parlamento, al INDA se le aprobó un aumento en su presupuesto, sin embargo el Frente Amplio se negó a votarlo.

Sólo les interesa el voto y no importa cómo se consigue. El progresismo aplica esto en todos los países.

La misma táctica aplican en Argentina, donde en lugar de utilizar la comida como método de coacción, utilizan los planes sociales, los cuales otorgan a quienes concurren a las marchas y piquetes a favor del kirchnerismo. Éstas son parte de las estrategias que desde el Foro de San Pablo comunican a los referentes de la izquierda de Latinoamérica. La única función de quienes ahí concurren, es cómo planificar para desestabilizar las democracias latinoamericanas.

Desde el mes de agosto que el MIDES le informó a la Coordinadora Popular y Solidaria que tenía plazo hasta fines de setiembre para entregar información con respecto a las ollas, en cuanto a su ubicación y cantidad de platos distribuidos; pues ellos aducían que había aumentado la cantidad de personas que concurrían.

Les pareció mal que se les solicitara esa información sin tener en cuenta que están utilizando recursos del Estado.

La respuesta que dieron fue variando con el correr de los días.

En principio no iban a dar información; después la daban pero que no se publicara; luego no la darían por razones políticas. Finalmente entregaron la información fuera de fecha, por lo tanto el MIDES, con toda razón, informó que los alimentos se repartirían directo a las ollas, pero sin intervención de este comité de base camuflado que es la Coordinadora Popular y Solidaria.

Una primera revisión de ese documento dejó en claro que figuraban 19 ollas que ya no funcionaban y hay otras 9 en estudio. Quizás surjan más novedades pues este documento pasó al departamento jurídico del MIDES.

Evidentemente, quienes están al frente de la Coordinadora Popular y Solidaria están vinculados a la izquierda y cumplen la función de conseguir votos para el Frente Amplio.

La solidaridad es sólo una pantalla para hacer política partidaria.

Hay que ponerle un freno a estos desbordes. Ya tenemos el ejemplo de Cuba, Venezuela y Nicaragua donde el infierno de Dante Alighieri se vuelve realidad.

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