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Charles Carrera y la CIDH


@|La pasada semana, nos enteramos que un Senador de la República decidió recurrir a un Tribunal Internacional, porque se siente perseguido por un Ministro.

Algo inédito en un país republicano. No debe existir precedente en el mundo. ¿Un cargo político electo, con fueros parlamentarios, cuyo sonado affaire investiga el Poder Judicial independiente, denuncia a un Ministro del Poder Ejecutivo disponiendo de todas las garantías constitucionales?
Puede llamar al Ministro a Comisión, a Sala o interpelar (como lo hizo en el pasado), o denunciar ante la Justicia.

No resulta creíble. Porque la verdad es que Carrera se rehusó a dar la cara frente al Ministro y a sus colegas en la Comisión de Seguridad del Senado, él y sus camaradas. También parece tener temor a ser investigado por nuestra Justicia estando a los hechos.

Pero como dice el dicho: a lo hecho, pecho. Porque Carrera no tuvo pruritos a la hora de denunciar a honorables jerarcas del gobierno ante Fiscalía, armando, con la ayuda de amanuenses un falso relato sobre el Puerto y su Terminal; no respetando el resultado de una interpretación que promovió y perdió en el Parlamento.

Pero como dijo su líder: “Como te digo una cosa, te digo la otra”; o más bien: has lo que yo digo, pero no lo que yo hago.

Ahora teme enfrentar a la Justicia, fabrica una evasiva y nos dice que se va a la Corte de Derechos Humanos en Washington. Aparenta no querer dar la cara ante la Justicia de su país por hechos graves que lo implican, y utiliza una chicana digna de un sagaz abogado.

Por lo menos nos queda el consuelo de que otros compañeros suyos como Sendic, Calloia, Lorenzo y ahora Cosse, Kechichián, Cendoya y varios más sí lo hicieron y obtuvieron, con la garantía del debido proceso que caracteriza nuestra democracia, resultados acordes a las decisiones recaídas o en proceso.

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