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A los antijudíos...


@|No lo hicieron durante siglos y seguramente no dejarán de hacerlo, pero igual lo trataré. Prefiero lamentar un fracaso que arrepentirme por no haberlo intentado: los que ejercen su diatriba contra los judíos deberían saber que:

Está científicamente comprobado que quienes son perseguidos suelen generar una resiliencia, una capacidad para afrontar la adversidad y una fuerte cohesión para subsistir. En este caso, el anti judaísmo (mal llamado anti semitismo) ha posibilitado, a través de los tiempos, la permanencia del pueblo judío, aunque lamentablemente con un altísimo, doloroso e injusto costo humano.

Los “anti” muestran una ignorancia histórica: impugnan “el último eslabón” y desconocen que éste pertenece a “una añeja y extensa cadena”, iniciada por Abraham (el gestor de religiones fundamentales como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo).

Mal que les pese (a los anti), los judíos seculares y religiosos han gestado una civilización que ha entregado a la Humanidad: el monoteísmo; normas éticas, morales, sanitarias, de higiene, aparte de otros logros comprobables histórica y universalmente. (ver: https://www.youtube.com/watch?v=cN7-DwtXjh4 y https://www.youtube.com/watch?v=eqexQGXax_g).

Los “anti” muestran su inmoralidad y la flechada ceguera ideológica: a) no son capaces de disociar los asesinatos de los terroristas tanto al pueblo civil israelí (que también tiene niños y mujeres) como al palestino (en el cual se escudan demostrando que su fin justifica cualquier medio) y b) tienen una intransigente aversión al imperialismo norteamericano, pero acreditan y defienden la de “siniestros” gobiernos contemporáneos.

Reconozco que hay violencia puntual y circunstancial por parte de la Fuerza de Defensa Israelí, pero ¿la van a equiparar con el envío de miles de misiles sobre civiles? Acaso ignoran que estos terroristas, que admiran y defienden, le declararon la guerra santa (la yihad) a los que no profesan su fe, a los que llaman infieles impíos (incluidos ustedes). El erudito musulmán Ibn Jaldún (1332-1406) escribió: "En la comunidad musulmana, la yihad es un deber religioso, debido a la universalidad de la misión y (la obligación) de convertir a todo el mundo al Islam ya sea por persuasión o por la fuerza...”.

Según el silogismo aristotélico: quienes integran la cadena “abrahámica” no pueden negar su ADN y entonces son asimilables a los que “se pegan un tiro en el pie”. Los patrocinantes del terrorismo son tan responsables y culpables como sus defendidos y por tanto pasibles de la misma condena.

Sus líderes promocionan la ignorancia de su pueblo para dominarlo; viven suntuosamente, gozan de privilegios que sus compatriotas no tienen y les importa un bledo los niños de sus propias mujeres.

Organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han acusado a estos grupos terroristas de cometer crímenes sangrientos contra poblaciones civiles del mundo entero; así como amenazas, secuestros, torturas y asesinatos contra periodistas, difundidos sádica y públicamente.

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