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No es aceptable


@|La situación nacional se va enrareciendo; hechos como los que ocurren ya los hubo en los ´60 y hoy, con el mismo tinte.

La cultura, pilar principal del hombre al futuro es malherida por un conjunto de individuos opuestos a los cambios. Carecen de asidero al no respetar los principios constitucionales que el pueblo acompaña, al atentar contra la libertad de estudiar.

Peor aún, han reclutado a un grupo de supuestos estudiantes a ser maestros como estandarte. Siendo ellos los primeros implicados, quienes deberían formar parte del progreso. Pero, al contrario, se les alinea junto a ideólogos de extraños fines. Señalando con claridad que el atraso y la permanencia del desastre cultural son sus objetivos, destruyendo el intelecto.

Mientras, paros y más paros con ocupaciones, donde quienes pierden son los rehenes, los más pequeños, los más carenciados, al comprometer la instrucción pública.

Vale preguntarse: ¿se tendrá que soportar más pérdidas, las cuales ya han menoscabado varias generaciones?

La ciudadanía debe ser informada de manera veraz y permanente sobre los avatares que penden sobre el pueblo, apoyando lo tan postergado una y otra vez, la ilustración nacional.

¿Seguiremos con ruinas que termina pagando la población?

Pero la enseñanza no sólo es dinero, es la generación que viene la que se injuria de esta manera.

Inaceptable el daño, comprometiendo el crecimiento nacional; recordando todo lo vivido y sufrido. Hoy, atacando a quienes van a sustituirnos, negándoles la ilustración.

Esperemos que el pueblo reconozca la gravedad de los hechos y sus consecuencias. Evitar expirar en lamentos, sin culpables.

El Uruguay se juega su futuro en las nuevas generaciones. Hay que recapacitar en qué se hace y cómo salir del atolladero.

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