Victoria Fernández Herrera
Victoria Fernández Herrera
Abogada

Reforma de la Seguridad Social

Hace algunos días el Poder Ejecutivo dio a conocer el proyecto de ley de reforma de la seguridad social, lo que como todo cambio o esbozo de éste genera cierta inquietud en quienes pueden ser afectados.

Uruguay, como en tantos temas vinculados a las relaciones laborales ha sido pionero en la materia. El proyecto, aunque mantiene ciertos pilares de la Ley No 16.713 que estableció el sistema mixto -régimen previsional actual-, propone modificar un marco amplio de normas.

Si bien la Ley N.º 16.713, se mantendría, tendrá un texto nuevo. Se planea que una vez aprobada la nueva norma, se redactaría un texto ordenado como ocurrió en otros escenarios similares.

De otra forma quedaría un conjunto de leyes difíciles de manejar, además del ya corpulento esquema desconcentrado de normas laborales del país.

Según indica el primer artículo del proyecto, el sistema previsional estará conformado básicamente por una pluralidad de pilares integrados, a partir de un régimen obligatorio de naturaleza mixta que recibe las contribuciones obligatorias y otorga las prestaciones en forma combinada, una parte por el régimen de jubilación por solidaridad intergeneracional y otra por el régimen de jubilación por ahorro individual obligatorio (artículo 4, Ley Nº 16.713).

Sin lugar a dudas, lo que más ruido generó a diversos actores sociales y políticos, en particular al Pit-Cnt, es la edad mínima de causal jubilatoria que según el proyecto pasaría a ser a los 65 años, y que será aplicado de forma paulatina.

El sistema previsional común proyectado, en ningún caso alcanzará a quienes se encuentren en goce de jubilación o retiro en lo relativo a dichas prestaciones.

Es decir que a los actuales jubilados, sea por la Ley N.º 16.713 o por el régimen de transición, el nuevo esquema no les afectaría, el régimen previsional anterior se mantendría vigente para todos aquellos que tengan causal jubilatoria al 31 de diciembre de 2026.

El Pit-Cnt (que sostiene que la reforma integral de la seguridad social tiene como leitmotiv reducir, rebajar derechos, beneficios y prestaciones), por momentos confunde el hecho y derecho de ser escuchado (como cualquier otro actor social), con el de cogobernar.

De esta forma, intenta plantarse como el jugador político de primera línea que fue cuando gobernaba en sociedad con el Frente Amplio.

Pero la realidad de que ahora no es más que otro grupo de presión de los tantos que existen en la sociedad le golpea duro en su autoestima colectiva y hace que tanto sus principales dirigentes, como los distintos sindicatos, erráticamente reboten entre su afán por intervenir en lo político y su quehacer estrictamente vinculado a las relaciones laborales y demás aspectos relevantes al país.

Es evidente que los cambios sociales consecuencia de todo esto que resultan determinantes en las realidades económicas, y las organizaciones buscan formas resilientes de sobrevivencia que muchas veces entran en pugna con derechos pre establecidos y que se consideraban, inamovibles.

Y es en este punto donde hay que concentrar los esfuerzos, esfuerzos de dialogo sin duda alguna.

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